Día 24. 7 de abril. Enlace al post y comentarios de Facebook.
También os puedo comentar que el vecino con el que mantengo contacto telefónico, y que está en aislamiento domiciliario, ya se encuentra perfectamente, sin ningún síntoma, aunque continúa con el aislamiento preventivo. En un principio, me dice que todos los días le llamaba su médica desde el centro de salud de Tembleque, para hacer ese seguimiento, aunque parece ser que lleva ya 5 días sin recibir ninguna llamada, desde el pasado jueves. Afortunadamente, insisto, él ya se encuentra bien, y si mañana no le llaman, pues intentará él contactar por teléfono con su médica, para ver cómo debe proceder. No sabe si aunque se encuentre bien, pueda o no tener aún el virus, ni si le harán finalmente un test para confirmar que no es positivo, y que no pueda contagiar a nadie, o le darán el alta así sin más, sin ninguna revisión.
Hoy ha sido un día muy primaveral; ya de madrugada estuvo lloviendo bastante, así como por la tarde, todo ello con ratos de sol. El campo está en su mejor momento. Hacía años que las siembras, a estas alturas del año, no estaban tan tremendas como en este 2020. Parece que estos días no se nota el cambio climático. La naturaleza nos está dando una auténtica lección, y nos enseña que también ella necesitaba un respiro, como lo está teniendo en todo el mundo durante esta pandemia, con niveles de polución y contaminación bajísimos, nunca vistos.
Desde el Ayuntamiento, esta mañana, en la única tregua que ha dado la lluvia, han vuelto a salir a desinfectar, tanto los contenedores como las entradas a establecimientos comerciales. Además, se ha echado herbicida en las aceras con más vegetación salvaje. Lógicamente, hay parcelas urbanas que en la actual situación, los propietarios no pueden salir a desbrozar, y si a esto le sumamos las abundantes lluvias, pues os podéis imaginar cómo han crecido las malas hierbas. Así que en algunas zonas, se ha empezado a fumigar con herbicidas, paralelamente a la desinfección general.
También me informan que han comenzado a repartir guantes y mascarillas por todas las casas del pueblo, para ir concienciando a nuestra gente que hay que salir con mascarillas, que no haya excusas. A ver si es posible que vayan llegando a todos los domicilios lo antes posible.
Le he preguntado también por el tema de los guantes desechables y mascarillas tiradas en la calle. Están muy pendientes de ello, y de momento no han puesto ninguna multa al respecto. Hoy, al contrario que en días anteriores, no he recibido ninguna foto por parte de nadie comentándome lo de las mascarillas en el suelo. Ójala de una vez por todas la gente haya comenzado a concienciarse de este tema.
En cuanto al confinamiento en las casas, según la Guardia Civil de Tembleque, nos comentan el buen comportamiento en general de nuestros vecinos. Lo estamos haciendo muy bien. Hay que aguantar un poco más; no nos podemos relajar ahora.
Por lo demás, nuestra rutina de estos días en el blog se basa en compartir distintos artículos de la Semana Santa, mezclando con los asuntos de actualidad. También hoy hemos tenido la agradable visita virtual de nuestro amigo e historiador Pepe García Cano, para mostrarnos un documento histórico sobre la creación de una Sociedad filarmónica en Tembleque, en 1845, documento excepcional que sin duda les encantará a nuestros músicos.
También recibimos en este muro las reflexiones o crónicas de nuestro paisano Julián, o desde Toledo, también de forma diaria, las crónicas de Juanelu Hombre de Palo. Todas dignas de leer, cada una con su estilo particular, y que nos agradan con su lectura los ratos confinados en casa.
Cómo no, nuestra vecina Isabel, continúa amenizando con su particular espectáculo infantil a sus vecinos de la calle Victoria. Ya se ha convertido en otra actividad diaria muy seguida en redes sociales. Entre todos, vamos llevando lo mejor posible el confinamiento, cada uno como mejor sabe hacer.
No me extiendo más por hoy. Finalizo con una estupenda fotografía de Euyín, que resume perfectamente cómo nos encontramos en nuestras casas, con las vistas a la Iglesia de Tembleque, detrás de las rejas de la ventana, y amenazando lluvia. Por cierto, llueve ahora mismo, según finalizo esta nueva crónica.
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