La figura de los Serenos estuvo muy arraigada en todos los pueblos y ciudades de España desde finales del siglo XVIII y hasta principios o mediados del siglo XX, y Tembleque no iba a ser menos.
A modo de resumen o introducción, pues ya existen numerosos reportajes mucho más elaborados con la historia de los serenos, como en la wikipedia, el blog Un sereno transitando la ciudad, o el Sereno de Zaragoza, de cuyas webs he cogido prestada alguna fotografía para adaptarlas a este artículo de Tembleque, comentaremos que los Serenos, a nivel general (luego nos centraremos en los serenos de Tembleque), eran los encargados de la vigilancia nocturna por las calles de los pueblos y ciudades, así como de encender las farolas con aceite, cuando aún no existía la electricidad, abrir los portales de viviendas o edificios, llamar a un taxi, o al médico, o a la partera, entre otras muchas y variadas ocupaciones que se podían presentar durante las noches y madrugadas.
De hecho, una de sus labores era dar las horas durante la madrugada, pues en aquella época, pocos vecinos tenían relojes, y mucho menos despertadores. También daban el parte meteorológico, y como la mayoría de las veces, el cielo estaba sin nubes, solían gritar, por ejemplo, a medianoche:"¡Las doce y sereno!", haciendo alusión a que el tiempo estaba sereno. Y de ahí les viene el nombre de "Serenos". Obviamente, cuando llovía, que eras las menos veces, gritarían "¡Las doce y lloviendo!", o lo que fuera oportuno.
Su uniforme de trabajo constaba de una capa, gorra y chuzo, éste último era como un astil con punta, a modo de arma, por si tuvieran que defenderse al toparse a altas horas de la madrugada con algún que otro vecino agresivo o lo que fuere... También portaban faroles, al menos hasta la llegada de la luz eléctrica.
Pero como he dicho anteriormente, nos vamos a centrar, en los serenos de Tembleque, que solían ser tres, concretamente en un curioso caso que me llamó la atención, rescatado del olvido de las actas municipales de finales del siglo XIX.
Hay numerosas referencias, especialmente en las facturas municipales, del dinero empleado en los serenos de Tembleque, como las gorras a una peseta cada una, los propios chuzos, anteriormente citados, o lo que más me llamó la atención, y es que hubo una época en la que los serenos de Tembleque llevaban incluso revólver, como se aprecia en otras actas de principios del siglo XX, cuyas facturas, por poner algunos ejemplos decían literalmente:
6 de febrero de 1907: ...Distintas cuentas para los faroles de los serenos, y azadones y astiles para los chuzos de los serenos.
15 de febrero de 1911: Cuenta de Mateo Montoro, por la recomposición de dos Revólveres, para los serenos de este municipio. 4 pesetas.
8 de marzo de 1911: Cuenta de Tomás Ocaña, de tres cajas de cápsulas para los revólveres de los serenos de esta villa. 5 pesetas 25 céntimos.
A lo largo de toda esa época, no faltan tampoco las facturas por la compra de picón (combustible para las estufas de los serenos), gorras, ropa o demás utensilios.
Paralelamente, también contábamos en Tembleque con la figura del pregonero, que durante buena parte de mediados del siglo XX fue Jesús Toribio "Cacho" (que llegó a compaginar también con la labor de sereno, además de sepulturero), o antes su padre Manuel Toribio, como ya vimos en sendos reportajes del blog: "Cacho, el último pregonero": Enlace a la primera parte, o enlace a la segunda parte.
La fotografía con la que abro este reportaje, es un montaje donde a la derecha vemos a un jovencísimo Jesús Toribio "Cacho", con su uniforme de pregonero o sereno, en los años 50, fumando un cigarrillo en la Plaza Mayor, y a su izquierda, he añadido digitalmente, por ilustrar mejor este artículo, una fotografía del típico sereno de finales del siglo XIX o principios del XX (más acorde con losprotagonistas de la historia que os voy a contar en este artículo), con su chuzo, farol, gorra y capa. Fotografía extraída de este artículo, aunque en realidad aparece en otras muchas publicaciones.
Pero tras esta introducción, vamos al caso concreto por el que he titulado este post "Una historia de Serenos de Tembleque en el siglo XIX, y el arte del escaqueo..."
Nos desplazamos en nuestra particular máquina del tiempo al año 1879, para conocer a nuestros paisanos José Gil, Juan Vega y Claudio Calvo, los tres serenos que ocupaban dicho cargo en aquella época. Pero parece ser que, según se deduce leyendo el acta del 26 de octubre de 1879, no les debía gustar mucho su trabajo, y tendían a escaquearse a menudo.
Las quejas de los vecinos por la ausencia en las calles de estos serenos llegaron a la Corporación Municipal, que no se andaba con chiquitas, ya que tras unas comprobaciones sobre el terreno, decidieron despedirlos fulminantemente y nombrar a otros tres pregoneros.
Para ello, previamente, el procurador y un peón municipal (lo que hoy en día serían los subalternos del Ayuntamiento), salieron alguna noche, desde las 12 hasta las 4 de la madrugada, para vigilar si los veían trabajando por las calles, y tras recorrer todas ellas, y comprobar que efectivamente, no estaban trabajando, se les cesó inmediatamente, quedando tres plazas vacantes:
SESIÓN EXTRAORDINARIA. 26-10-1879.
Siendo alcalde de Tembleque Don Agustín de Torres.
…El objeto de esta sesión, era para darles cuenta de que el
Sr Procurador, a consecuencia de haber sabido que los serenos no contaban las
horas varias noches, ni se les veía por las calles, salió a vigilarles en la
del día 24 del actual, y sin embargo de haber recorrido todas las de la
población, en compañía del peón público Valeriano Merino, desde las 12 a las 4
de la madrugada no se encontraron con ninguno de ellos: todo lo que el referido
Sr. Procurador Fernando Álamo le había comunicado, a los efectos conducentes.
En su virtud y enterados Sus Señores, y habiendo conferenciado suficientemente
sobre el particular, acordaron: declarar cesantes a José Gil, Juan Vega y Claudio
Calvo, que desempeñan las tres plazas de Serenos de esta población, por las
causas que van expresadas, y vacantes, por lo tanto, las indicadas tres plazas:
todo lo que se hará saber al público por medio de bando para los que aspiren a
ellas presenten sus solicitudes en la Secretaría de este Ayuntamiento hasta el
domingo próximo dos del entrante mes en cuyo día serán provistas las citadas
vacantes, advirtiendo que sepan leer y escribir y sean licenciados del
Ejército. Dando por terminada este acta que firman Sus Mercedes.
Menos de una semana se tardó en ocupar de nuevo las tres plazas de sereno. En el acta con fecha 2 de noviembre de 1879 se explica perfectamente que finalmente fueron 12 las solicitudes que se presentaron al Ayuntamiento de Tembleque para estas tres vacantes del puesto de sereno, que finalmente fueron ocupadas por los temblequeños Félix García Pozo y Bustos, Martín Palacios y Díaz y Nicolás Mora y Camuñas. Las condiciones previas eran que fueran mayores de edad y licenciados en el ejército. Se explican los méritos de estos tres paisanos, haciendo hincapié en que eran personas de la mayor honradez. Los dos primeros eran licenciados en el ejército, y el tercero, ya había sido sereno previamente en Tembleque durante 16 años, sin ninguna queja por parte del vecindario. Aunque esto último daría un giro radical años más tarde.
De momento, continuamos en la línea del tiempo cronológico leyendo la segunda acta de 1879, que dice tal que así:
SESIÓN EXTRAORDINARIA 2-11-1879
Nombramiento de nuevos serenos:
…Por el Sr. Presidente se manifestó que el objeto de esta
sesión, de que ya tenían conocimiento era para hacer el nombramiento de los
tres serenos cuyas plazas quedaron vacantespor virtud de acuerdo de esta Corporación recaído en sesión
extraordinaria celebrada en 26 de octubre último. En su virtud y estando sobre
la mesa las doce solicitudes presentadas en esta Secretaría, el Sr Presidente
ordenó sean leídas estas por el Secretario como se verificó, y enterados de
ellas Sus Mercedes y teniendo en cuenta los méritos y servicios prestados por
cada uno de los pretendientes, después de conferenciar suficientemente sobre
asunto de tanta importancia para la localidad, por unanimidad acordaron:
Nombrar y nombraron para desempeñar las indicadas tres
plazas vacantes de Serenos de esta Villa a Félix García Pozo y Bustos, Martín
Palacios y Díaz y Nicolás Mora y Camuñas, vecinos de esta población y mayores
de edad, según expresan sus instancias con referencias a las respectivas
cédulas personales que les fueron expedidas por esta Alcaldía; personas de la
mayor honradez y licenciadas del Ejército las dos primeras, y el último Sereno
que ha sido por espacio de 16 años, cuyo tiempo sirvió al municipio sin la más
pequeña queja por parte del vecindario; con el haber que tenían asignados sus
antecesores o sea cinco con cincuenta J. diarios (jornales diarios) cada uno, desempeñando las funciones de cabo el
Félix García Pozo, por ser el que tiene condiciones más a propósito para
ejercer este cargo; y obligaciones que se les impongan, siempre que no dejen de
ser compatibles con el servicio de la vigilancia nocturna, que es el objeto
principal para el que son nombrados; extendiéndoles los oportunos oficios
credenciales para que puedan acreditar son tales Serenos y sean reconocidos y
considerados por las personas a quienes los presenten. Dando por terminada este acta que firman los expresados
señores…
Pero esta historia no termina aquí. Tal y como dije anteriormente, este caso daría otro giro de guion 7 años más tarde. Y es que en esta última acta de 1886, se explica que precisamente el sereno Nicolás Mora, que fue el que previamente había estado ejerciendo durante 16 años sin ninguna queja por parte de los vecinos, ahora había cometido "reiteradas faltas en el cumplimiento de su deber", y de nuevo fue cesado de manera fulminante, nombrando de manera inmediata a un sustituto interino, Don Julián de la Torre y Santiago, también licenciado en el ejército "y persona de buena conducta", al no haberse presentado ningún otro candidato.
SESIÓN EXTRAORDINARIA. 13-10-1886.
Siendo alcalde de Tembleque Don Manuel Ramírez.
… El Sr. Alcalde manifestó que habiendo cometido reiterada
faltas en el cumplimiento de su deber el Sereno Nicolás Mora había determinado
suspenderle y nombrar interino para sustituirle a Julián de la Torre y
Santiago, licenciado del ejército de la Fila de Cuba y persona de buena
conducta. Enterados Sus Mercedes acordaron: que reuniendo, como Sereno, el
interesado las condiciones legales prevenidas para el desempeño de dicho cargo,
no habiéndose presentado ningún otro pretendiente y considerándole muy capaz
para obtener este destino, queda nombrado en propiedad tal Sereno el referido
Julián de la Torre y Santiago, de esta vecindad a quien se le habrá saber y
proveerá de la oportuna credencialde su
nombramiento. Dando por terminada esta acta…
Sin ninguna duda debe haber otras muchas anécdotas o historias de los serenos de Tembleque, algunas olvidadas definitivamente y otras rescatadas de los polvorientos libros que se conservan en el archivo antiguo del Ayuntamiento, como ha sido este caso concreto, y que me ha servido para introducir y dar un poco a conocer el tema de los serenos en Tembleque.
Preguntando recientemente a nuestro paisano Vicente (hasta hace poco el presidente de la Asociación de Pensionistas), que en los años 50 ya era un adolescente, me comenta que recuerda a algunos los últimos serenos, como Eulogio, Félix y Jesús, acercándose a la calle Rojo, junto a la actual tahona, pues enfrente vivía el alcalde de aquella época, Miguel Rabadán. Los serenos se acercaban siempre allí a primera hora de su ronda, la medianoche, a las 12, para cantar aquello de: "¡Las 12 y sereno!", para posteriormente continuar la ronda por el resto de las calles del pueblo, siempre juntos los tres serenos, al menos hasta los años 50, y ya en los últimos coletazos, los años 60, constaban únicamente dos serenos, el cabo Eulogio y Jesús Toribio "Cacho", que compaginaba ambas labores, la de sereno con la de pregonero, entre otros muchos trabajos, como sepulturero.
Félix Serrano. Sereno en Tembleque. Años 50
Gracias a la publicación de este reportaje, nuestra paisana Charo Alcalde nos ha facilitado una fotografía de don Félix Serrano, uno de los últimos serenos de Tembleque.
Charo es la nieta de Félix, y conserva esta foto de su abuelo, ataviado con su uniforme de sereno, incluida su gorra y chuzo, posando junto a una fachada de Tembleque, aproximadamente en los años 50. ¡Muchas gracias!
En Tembleque, debió existir la figura de los serenos hasta al menos bien entrada la década de los 60, ya que gracias a nuestro paisano Adolfo Revuelta, que también está revisando las actas históricas de mediados del siglo XX, me facilitó una con fecha de febrero de 1963, cuyo protagonista es el sereno Eulogio:
...Se dio cuenta de una instancia del Cabo Vigilante Nocturno de este Ayuntamiento, Don Eulogio Fernández Pérez, en la que solicita se le conceda la excedencia voluntaria, en dicho cargo, por plazo de un año, de acuerdo con lo establecido en el Reglamento de Funcionarios... Acordaron por unanimidad acceder a lo solicitado, toda vez que lleva ejerciendo el propiedad el referido cargo mucho más tiempo del que se fija en el referido Reglamento.
En el mismo acta se abordó el tema de la sustitución temporal de Don Eulogio, ya que por esas fechas sólo había una persona que prestara dichos servicios.
Y en posteriores actas de esa década de los 60, ya se comprueba que nuestro paisano, Jesús Toribio "Cacho", compaginaba las tareas de pregonero y sereno, en ocasiones llamado dicho cargo vigilante nocturno. Ya en los últimos años, únicamente se contó con dos serenos, el cabo Eulogio y Jesús Toribio, al no creer conveniente la Corporación Municipal contar con más efectivos.
Os copio un extracto del acta con fecha de 26 de enero de 1964, facilitado por Adolfo Revuelta, donde se comprueba que desde la Corporación Municipal ya tendían a disminuir las plazas de vigilantes nocturnos:
...Anular una de las dos plazas que figuran de Vigilante Nocturno, los que están sin cubrir, por considerar debidamente atendido el servicio con el Cabo Vigilante Nocturno y un Vigilante Nocturno.
El 11 de septiembre de 1965, el propio Jesús Toribio recibió un premio por parte de la Corporación Municipal, como recompensa por sus servicios prestados como Vigilante Nocturno, tal y como se puede leer en el siguiente acta:
A petición de varios Concejales fue incluido en el orden del día una propuesta para otorgar al funcionario municipal D. Jesús Toribio García una gratificación en concepto de premio metálico como recompensa a su buen comportamiento y laboriosidad mostradas constantemente en los trabajos y ocupaciones que le son propios. La Corporación entera notifica tal moción y en consecuencia aprueba por unanimidad conceder a dicho funcionario un premio de Mil pesetas (1000)en prueba de reconocimiento a su destacada ejemplaridad acordándose se haga constar en el expediente personal del interesado.
Y poco más tarde, el 28 de julio de 1866, se explica en otra acta que prácticamente desaparece la Plaza de Vigilante Nocturno.
Resumiendo dicho acta (foto adjunta por cortesía de Adolfo Revuelta, al igual que la anterior), trata sobre la amortización de la plaza de Vigilante Nocturno, vacante desde que Eulogio pidió la excedencia en 1963, ya que la Corporación, tras leer el informe favorable del secretario, considera innecesaria la provisión de esta plaza por no ajustarse a las exigencias reales de los servicios de vigilancia nocturna...
Parece que de esta manera la figura del sereno fue definitivamente desapareciendo, quizás considerando a Jesús Toribio "Cacho" como la última persona en ejercer dicho cargo, para ser la Policía Local y la Guardia Civil los encargados de la vigilancia en general, como en la actualidad.
El local donde estaban los serenos de Tembleque se encontraba anexo a un edificio municipal de Tembleque situado en la Plaza de la Orden, ya desaparecido, en la explanada donde actualmente se encuentra el kiosko de chucherías. Recupero una fotografía de 1964 donde se ve dicho local, a la izquierda.
Antes de continuar, me gustaría compartir un vídeo desde la vecina localidad de Turleque, con una simpática representación de lo que eran los serenos en nuestros pueblos a principios del siglo XX, perfectamente ataviados con su capa, el chuzo, el farol y su gorra. Fue una pequeña interpretación por parte de la Asociación Etnográfica de "Los Amigos del Carro", dentro de sus actos conmemorativos por el 775 Aniversario de la Carta Puebla, como ya dejamos reflejadoen este reportaje del blog.
Me encantó esa breve actuación, donde además interpretaron un precioso poema, y por eso decidí rescatar ese clip de vídeo para ilustrar mucho mejor este artículo sobre los serenos:
"De la luna soy amante, de los hombres confesor, de la noche caminante, y de los sueños, protector".
Por quien quiera echar un vistazo a las actas originales del siglo XIX que he transcrito en este reportaje, con su caligrafía original, os dejo unas copias en la siguiente imagen, y así se puede comparar o incluso corregir la transcripción que un servidor ha hecho, pues puede tener algún error.
Antes de finalizar, compartimos unas fotografías de uno de los utensilios originales utilizados por los serenos o faroleros de Madrid, concretamente en el distrito de La Latina, en 1910, así como un cartel de Felices Pascuas..
Son objetos originales que ha logrado rescatar nuestro paisano Antonio Lobo, y que muy amablemente me ha facilitado para poder ilustrar mejor este reportaje.
Como complemento perfecto para finalizar este reportaje, contamos una vez más con el trabajo de nuestro buen amigo y mejor historiador José García Cano, que en 2021 escribió un interesante artículo titulado: "El cuerpo de la Policía Local de Consuegra. Apuntes para la historia", donde nos detalla de manera genérica la historia de los cuerpos de seguridad en Consuegra, pero que igualmente es trasladable al resto de los pueblos de la comarca, como en este caso Tembleque. Nos habla de los primeros alguaciles, guardias urbanos, serenos, etc... hasta llegar a la actual Policía Local.
Podéis encontrar el pdf original desde la página de www.konsuegra.es, donde también hay otros muchos trabajos históricos realmente excepcionales.
Para poderlo incluir en este artículo del blog, lo he dejado igualmente alojado en este enlace de Google Drive.
Espero que este artículo haya sido del agrado de los lectores. Para mí es un verdadero placer poder rescatar estas pequeñas historias olvidadas de nuestro pueblo.
Agradecimientos a nuestro paisano Vicente Fernández, por su testimonio, así como a José García Cano, tanto por la cesión de su trabajo sobre la historia de la Policía Local como por la ayuda prestada a la hora de la transcripción de algunas palabras manuscritas de las actas del siglo XIX, en ocasiones casi ininteligibles. Y también un agradecimiento muy especial a nuestro paisano Adolfo Revuelta, que al igual que un servidor, está repasando las actas antiguas del Ayuntamiento de Tembleque, en este caso de mediados del siglo XX y me facilita numerosos datos a petición de un servidor, para documentar mejor este reportaje.
Recientemente, gracias al archivo de la web de RTVE a la carta, hemos podido recuperar varios reportajes del NO-DO grabados en Tembleque. Concretamente son dos los vídeos (de momento, o que sepamos, y agradecimientos a Euyín, por los enlaces a los mismos), donde aparecen sendos programas, que aprovechando la publicación de este post, he unido en un único vídeo de Youtube. No obstante, también añadiré los enlaces a los originales de RTVE, por si hubiera problemas con el copyright. El primero de ellos, grabado en 1970, pertenece al documental sobre las cátedras ambulantes, y en concreto, con la sección femenina.
El vídeo original está disponible en este enlace de la web de RTVE. También se emitió un pequeño extracto el el programa "Ochéntame otra vez", de TVE.
Aparece en primer lugar el pregonero, Manuel Toribio "Cacho", (Reportaje-homenaje hacia él, en este enlace del blog, de 2011), para continuar con las imágenes de varias de nuestras vecinas, en tareas de costura, en un lugar muy concreto, sobre los arcos del callejón del toril, en el ala oeste de nuestra Plaza Mayor.
También veremos unas lecciones de primeros auxilios que parece que está rodado en la zona del valle de Tembleque, en el río Algodor. Tras las imágenes de unas charlas a los agricultores (estas parecen estar rodadas en otro pueblo distinto), volvemos a la Plaza Mayor, donde las mujeres de la sección femenina realizan unos bailes. Finaliza esta primera parte del vídeo con imágenes de los tradicionales Coros y Danzas, bajo los arcos principales de la Plaza Mayor. Todo ello con una excelente calidad de imagen, y además en color.
La segunda parte del vídeo (en youtube a partir del minuto 4), corresponde a un reportaje grabado en 1974 sobre la elaboración del queso manchego. El vídeo original, donde se incluyen más reportajes grabados en otros lugares, lo podéis ver en este enlace de la web de RTVE (a partir del minuto 2':50'').
En cuanto al reportaje grabado en Tembleque, será la familia Bernal, apodada "Los religiosos" la absoluta protagonista, y veremos, además de cómo se realiza artesanalmente la elaboración del queso, en familia, también escenas preciosas del pastor y sus ovejas, en distintos parajes de Tembleque, todos en lo que prácticamente es el casco urbano, actualmente con urbanizaciones de viviendas construídas, pero antaño, eran grandes eras donde se podía pastar.
La zona de los tarays de la zanja, detrás de la iglesia, junto a la ermita del Loreto, en la actual Calle Fray Francisco de Tembleque, a la altura de la actual Residencia de Mayores, con la Casa de las Torres de fondo, etc... Un documento excepcional para conservarlo, sin duda. A continuación podemos ver todas estas escenas que os he descrito juntadas en un único vídeo de youtube, de casi 7 minutos de duración:
He extraído varias capturas de imagen de este precioso vídeo, como habéis comprobado, por tener también fotografías del mismo, y serán con las que finalice este artículo, en el siguiente álbum online. Espero que haya sido de vuestro agrado, y os haya traído muchos recuerdos.
En 1889 se construyó el actual Cementerio de Tembleque, el Cementerio de San Isidro. Echando cuentas podemos comprobar que este año 2014 es el 125 aniversario del camposanto. Este acontecimiento, que quizás a muchos les haya pasado inadvertido, me lo comentó nuestro paisano Jose Luis Escribano. Aprovechando la efemérides, y con su ayuda, y la de más vecinos que iremos presentando, vamos a aprender algo más sobre la historia del cementerio de Tembleque.
Antes de continuar con el reportaje, edito varios años después, con fecha de octubre de 2021, para ampliar información sobre los inicios del actual cementerio, gracias a las actas municipales del siglo XIX, que consulté posteriormente a la publicación de este reportaje:
Gracias a la información de las actas municipales de finales del siglo XIX, se puede afirmar que uno de los principales motivos, si no el único, que se tuvo en cuenta para la construcción del nuevo cementerio, fue por la epidemia del cólera que se sufrió en Tembleque, en 1885, y de la que tenéis amplia información en este reportaje del blog.
Especialmente el mes de agosto de 1885, había sido trágico, con más de un centenar de fallecidos. Ese verano, ya había gran temor en el vecindario, y por primera vez, fueron varios los vecinos que propusieron la creación de un nuevo cementerio, por el enorme temor a que las miasmas (efluvios de los cadáveres en descomposición), de los cadáveres del cercano cementerio situado junto a la ermita del Loreto, provocaran más casos de muerte por cólera en el vecindario. A su vez, también se creía que las lagunas con aguas estancadas o corruptas de la vega, provocaban igualmente enfermedades. Se cita textualmente, el 22 de julio de 1885:
...solicitan varios vecinos, que se construya un nuevo cementerio, en atención a encontrarse el que existe en malas condiciones, por la proximidad a la población(recordamos que dicho cementerio antiguo estaba situado junto a la ermita del Loreto), y que las miasmas(Efluvio maligno que, según se creía , desprendían cuerpos enfermos, materias corruptas o aguas estancadas) que han de desprenderse de la descomposición cadavérica, necesariamente han de ser perjudiciales a la salud, por lo que debe procurarse su clausura...
Así pues, ese sería el desencadenante para tener en cuenta la construcción del nuevo cementerio, tema que se retomó muy pocos años después, en 1888, con el acuerdo,"por considerarlo de la mayor importancia y beneficiosas a los intereses sanitarios y del vecindario" de la Junta Local de Sanidad y el Sr. Párroco de Tembleque, Don Cándido García de los Huertos.
Ya en enero de 1889, se estuvieron viendo las distintas ubicaciones posibles, para decantarse por la que todos conocemos, en terrenos de Dª. Joaquina (Fdez) Alejo, D. José Lozano Cereceda, D. Nicasio Marín, D. José María de Melgar y D. Saturnino García Camuñas, situados a distancia de 731 metros de la población Norte de la misma, por el carril denominado de Nuestra Señora de Gracia (que parte desde la desaparecida ermita de San Blas). En marzo de 1889 se acordó el inicio de las obras, y en junio de ese mismo año se darían por finalizadas; y más adelante, dentro de este mismo año 1889, en octubre, sería nombrado el primer guarda enterrador, Don Nicolás Infantes Fernández, con el sueldo de 1peseta y 25 céntimos diarios. En noviembre, se instaló la placa que sigue estando a la entrada del cementerio. Según se cita en las actas municipales: "Se abonó al vecino Calisto Vizcaino, de Aranjuez, la cantidad de 160 pts, por una lápida de mármol con inscripción del nuevo cementerio y pila para el agua bendita que se colocará en la capilla del mismo". En la parte inferior de la placa (adjunto fotografía), aparece la firma: C.L. VIZCAINO. ARANJUEZ. Ahora sabemos que en realidad se trata del señor que hizo la placa de mármol. Lo podéis leer en vuestra próxima visita al cementerio.
Y ya finalizando el año, a finales de diciembre de 1889, se clausuró el antiguo cementerio y se abrió el nuevo, como se dejó reflejado literalmente en el acta de la sesión extraordinaria con fecha 29-12-1889, y siendo alcalde de Tembleque Don Martín Barreda y Gil:
... para acordar lo que proceda respecto a la clausura del antiguo cementerio y apertura del nuevo, en atención a haber precedido la bendición de este que tuvo efecto el día 25 del actual (Navidad) y a haberse llevado los requisitos y formalidades legales al efecto.
... por unanimidad acordaron: tenga lugar la clausura del antiguo cementerio y apertura del nuevo denominado de San Isidro y que los cadáveres que hayan de ser inhumados o enterrados el día primero de Enero entrante (1890), lo sean en dicho nuevo cementerio, continuándose haciendo en este todas las inhumaciones desde la fecha últimamente citada, y con respecto a la traslación de los cadáveres, de acuerdo con el indicado Sr. teniente Cura, en representación del Sr. Cura y encargado de la parroquia, sean acompañados por el Clero o parroquia los que hayan habitado en el distrito del sur, que comprende las calles hasta el puente de la Iglesia, en la ermita de la Veracruz; y los que hayan vivido en el del Norte, que comprende las demás calles de la población, desde mencionado puente hasta la de la Virgen de Gracia en la ermita de Nuestra Señora de este nombre, en cuyas dos ermitas, y respectivamente según el distrito que a cada uno corresponda, con arreglo a la división que para este fin se ha marcado y queda expresado, serán despedidos los cadáveres por el repetido Clero o Parroquia. Que se haga saber al vecindario por medio de bando para conocimiento de los habitantes de esta Villa, dictándose en él las demás prevenciones que, referentes al asunto, tenga por conveniente el Sr. Alcalde para evitar dudas.
También se acordó, con autorización del Sr. Cura, se traslade para la colocación en el nuevo cementerio, la peana de piedra y Cruz de hierro que hoy existe en el antiguo cementerio, situado en su centro, y demás efectos o muebles para la conducción de cadáveres. Dando por terminada este acta, que firman los expresados señores...
Continuamos con el reportaje dedicado al 125 aniversario.
No todos las personas saben que antiguamente, el cementerio de Tembleque estaba ubicado en la parte posterior de la Ermita del Loreto, hasta su traslado en 1889 a su actual emplazamiento, en la parte norte del pueblo, junto a la carretera de la estación.
Mapa de 1884.
Es algo que podemos comprobar simplemente consultando antiguos mapas de nuestro pueblo, en la cartografía del Instituto Geográfico Nacional. Os dejo alguna imagen, concretamente de 1884, (a la izquierda) extraída a su vez de este artículo del blog de Juan Luis Redajo. Son cinco años antes de la construcción del actual.
Mapa de 1937.
Bien es cierto que en esa misma cartografía, en un mapa de 1937 todavía aparece situado el antiguo cementerio tal y como en 1884, desconozco si por algún error del cartógrafo, o porque aún quedara algo del cementerio junto a la ermita del Loreto. Es poco probable, pues las primeras tumbas del cementerio actual, datan de finales del siglo XIX, justo cuando acababa de construirse, según la placa que figura en su entrada.
No obstante, podremos leer en este reportaje, un valioso documento de 1892, donde se habla del funcionamiento o reglamento del cementerio que acababa de construirse, con todo lujo de detalles. Es fácil suponer que debió pasar un período de tiempo de transición durante el traslado definitivo, en este pequeño baile de cifras en cuanto a años se refiere.
Desconocemos la extensión exacta del cementerio antiguo. A mediados del siglo XX, cuando ya se había trasladado hacía más de 50 años, se plantaron unos tarays bordeando lo que se supone que pertenecía al cementerio, zona que desde entonces se divide en varias parcelas con distintos propietarios. No obstante, edito este artículo una vez publicado, para añadir el plano original, que muy amablemente me ha facilitado nuestro amigo y vecino de Consuegra Luis Miguel Gallego, extraído del Instituto Geográfico y Estadístico, y fechado por el topógrafo en 1880. Es un documento inédito y extraordinario, donde podemos ver en su parte inferior derecha, el plano original de la Ermita del Loreto, y cómo en la zona central del cementerio existía una Cruz. También había un Corral en su parte norte. Con los datos y la escala, se puede desde luego ubicar con total exactitud todos los elementos. Muchísimas gracias por el aporte, Luis!: (Pinchar para ampliar a la máxima resolución posible, aunque a continuación os mostraré el enlace de descarga del original).
Podéis descargar la imagen con su resolución original, de 3 Mb, en este enlace: https://photos.app.goo.gl/CokxziQS2upRZrbp8
Vista aérea más o menos reciente. 1982
Nuestro vecino, el Maestro Don Jesús Antonio, me estuvo comentando algunos aspectos sobre el terreno, ya que su padre, a mediados del siglo XX, construyó un chalet y una granja en la zona. Fue por aquel entonces, siendo Don Jesús Antonio aún un niño, cuando recuerda que se pusieron los tarays que aún hoy en día podemos ver.
Vista aérea actual. Abril 2013.
También me comentó que junto a la ermita del Loreto se construyó un parque, donde se plantaron algunos árboles más (alguno de los cuales hoy en día son los que casi tapan la ermita, por su enorme tamaño), y algunas plantas decorativas en forma de rosetón. También pusieron más hileras de tarays en la zona central, formando varios pasillos, de las que sólo se conservan las que ahora parecen delimitar el contorno. Recuerda que en el lugar donde actualmente está el bar de "Puerta de la Mancha", de Felipe, antiguamente había una especie de caseta construida, que según le comentaron hace mucho tiempo, personas mayores que él, se trataba de una construcción que formaba parte del antiguo cementerio. Hay que comprender que en la época del antiguo cementerio, en el siglo XIX, no había ninguna carretera, ni siquiera calle o camino, en lo que hoy es la vía de servicio de la A4, por lo que el cementerio y la ermita del Loreto estaban anexos al resto del pueblo, sin ninguna limitación.
Como siniestra curiosidad, recuerda que al hacer los agujeros para plantar esos árboles del parque, aparecieron varios restos óseos humanos, que lógicamente debían pertenecer a enterramientos del cementerio antiguo. Dichos restos, recuerda que los metieron en unos sacos y los trasladaron al actual cementerio de San Isidro.
Don Jesús Antonio y familia, durante las obras en 1987.
En la Ermita del Loreto (véase este reportaje con imágenes antiguas), jamás recuerda que se utilizara para ninguna misa ni ninguna celebración especial. Nunca tuvo culto, al menos tras la Guerra Civil. Recuerda que hubo un tiempo en que los vecinos comentaron la posibilidad de celebrar la Festividad de la Virgen de Nª Sra del Loreto, aprovechando la Ermita en su nombre, pero nunca se llevó a cabo. No obstante, desde aquella época, la ermita quedó dividida por la carretera de Andalucía, hoy en día desviada por la actual autovía, y su olvido y deterioro ha sido constante desde entonces.
Obras del puente de El Romeral. 1987
De hecho, el propio Jesús Antonio me facilitó una fotografía familiar y una panorámica de la zona, donde podemos ver parte de las obras de construcción del puente de El Romeral, que parte precisamente desde la ermita del Loreto. Un documento gráfico histórico, sin duda. Año 1987. Tras escuchar este testimonio, no sería de extrañar que aún quedaran bajo tierra algunos huesos de difuntos del siglo XIX o anteriores.
En cuanto al cementerio actual, construido en 1889, hace unos meses encontré, en una visita al archivo del ayuntamiento de Tembleque, un antiguo documento manuscrito fechado en 1892, y titulado "Reglamento para el orden y administración interior del Cementerio de San Isidro". Es un documento excepcional que he querido rescatar y compartir con todos los lectores. Está escaneado a base de fotografías con el teléfono móvil, por lo que algunas páginas se ven más nítidas que otras. Sea como fuere, más o menos creo que se puede leer de una manera aceptable, dada la antigüedad de dichos legajos. Lo podéis hacer en la siguiente presentación online:
No obstante, para facilitar su lectura, me propuse transcribirlo de manera fiel, y tras muchas horas de trabajo, creo haberlo transcrito letra a letra, palabra a palabra, con letra de imprenta. En el apartado final de las firmas conté con la colaboración deÁngel de la Fuente Nogales, funcionario en el Ayuntamiento de Tembleque con bastante experiencia en este tipo de caligrafía, por tratar a menudo con documentos de esta antigüedad.
Capilla del cementerio
En él, podemos comprobar que por aquel entonces, el guarda enterrador vivía en el propio cementerio, el cual tenía una sala de disecciones y autopsias. Se explican los lugares destinados a panteones, (de primera y de segunda) a particulares, entierros de niños (Párvulos), o gente que se suicidaba...(según me comentaba una vecina, María, estos últimos enterramientos tenían lugar en la zona popularmente llamada "el corralillo". Era algo mucho más habitual que hoy en día, sin duda). También se habla, entre otras muchas curiosidades, de las medidas de los nichos, distancias entre pasillos, lápidas, precios de cada enterramiento, la Capilla, y un larguísimo etcétera.
Velatorio
Velatorio
El guarda enterrador y su familia, no podían decir palabras obscenas, por vivir en un lugar sagrado. Era el encargado de absolutamente todo, como podréis comprobar. Os adjunto algunas fotografías que pude realizar hace poco, en el interior de la Capilla, o en el velatorio, ambos lugares nada más entrar, uno a cada lado.
Nieves Muñoz.
Hablando de la entrada, me comentaba nuestra vecina Nieves Muñoz, (a la que agradezco que me abriera las puertas de estos lugares que os menciono), que el arco de medio punto situado sobre la entrada al cementerio, está restaurado por la III Escuela Taller de Tembleque, en los años 90, que fue también la encargada en aquella ocasión de restaurar la ermita de la Veracruz, para transformarla en la actual biblioteca. La propia Nieves estuvo soldando parte de la estructura de forja que vemos en ese arco. A continuación podéis leer con más calma la transcripción literal del documento manuscrito anterior, que tiene muchas más curiosidades que os animo a descubrir:
Podéis descargar este pdf, transcrito del original, a través de este enlace de google drive. En la actualidad, en la web del ayuntamiento se encuentra la actual Ordenanza Fiscal Reguladora de la Tasa del Servicio del Cementerio Municipal, que también dejo aquí publicada, por ampliar la información:
Me puse en contacto también con la familia Rodelgo Núñez-Polo, que tenía la antigua funeraria en Tembleque, por si me podrían aportar alguna información más para añadir a este reportaje. Muy amablemente, María, la sobrina de quien fuera el dueño de la funeraria entre 1907 y 1959, me atendió en su domicilio, y aunque no conserva ninguna fotografía del antiguo carro funerario, me hizo un formidable dibujo del mismo, tal y como ella y su hermana Isabel lo recuerdan, con todo lujo de detalles, y que con mucho gusto comparto con todos en el blog, además de la pequeña redacción que me prepararon ambas hermanas explicando todos los detalles:
Dibujado por María Rodelgo Núñez-Polo, sobrina del que fuera propietario de la funeraria, Vicente Núñez-Polo
COCHE FUNERARIO DE CABALLOS. TEMBLEQUE. De 1907 a 1959:
La forma del coche era de tipo galera, con cuatro ruedas; dos grandes y dos pequeñas, y una lanza para enganchar dos caballos o mulas.
En la madera, había dibujos hechos de realce, y cuatro columnas que sujetaban el techo.
Las colgaduras eran de terciopelo negro con flecos de oro en el borde.
Para los caballos había arreos y adornos, también de terciopelo negro y flecos de oro, y para las cabezas, dos penachos de plumas negras.
El dueño del coche y de la funeraria era Don Vicente Núñez-Polo González-Ávila, también era el organista de la Iglesia y el director de la banda de musica.
Colaboran: Isabel y María Rodelgo Núñez-Polo.
Además de esta redacción, María me comentó que este carro, del que ya nada conserva, cuando estaba ya en desuso, se utilizó en el rodaje de alguna película de época, aunque no recuerda el título.
Otras curiosidades que me comentó es que en aquella etapa de la funeraria, había varias clases de entierros: Los entierros de Primera, donde el párroco acompañaba a la familia del difunto hasta el mismo cementerio, para realizar allí el responso. Los entierros de Segunda, donde el párroco acompañaba a la familia únicamente hasta la desaparecida Ermita de San Blas, y los entierros de tercera, donde el responso se daba en la Ermita de la Veracruz (actual biblioteca), y luego ya la familia era la encargada de trasladar al fallecido hasta el cementerio. Aunque según hemos comprobado por las actas municipales, en el caso del acompañamiento del párroco hasta la ermita de la Veracruz, o la ermita de San Blas, estaría más bien motivada por la zona (norte o sur del pueblo) donde tenía su domicilio el fallecido.
También era la familia del difunto la que se encargaba de poner los caballos o las mulas en este carro, y guiarlos al cementerio, donde ya el guarda enterrador (se explica en los documentos anteriores) se encargaba del entierro.
No quisiera despedir este reportaje sin hacer especial mención a uno de los vecinos más recordados en nuestro pueblo en el pasado siglo XX. Me refiero a Jesús Toribio, "Cacho", que entre sus múltiples funciones en el ayuntamiento de Tembleque, destacando la figura de "Pregonero" también fue el enterrador en Tembleque durante varias décadas. Podéis recordar un amplio reportaje dividido en dos entregas que ya publiqué en el blog, a modo de homenaje póstumo:
Un tema como es el de los cementerios, podría dar para escribir muchísimas cosas más, pero de momento yo creo que con este reportaje es más que suficiente para que todos hayamos aprendido algo más sobre la historia del nuestro, el cementerio de San Isidro, al que más tarde o más temprano, todos tendremos que terminar en él.
Aprovechando la próxima Festividad de Todos los Santos, el 1 de noviembre, donde muchos vecinos acudiremos al camposanto, quisiera compartir con todos el siguiente vídeo, con un recorrido hacia ambos cementerios, el actual y el antiguo. Además, podemos comprobar que la carretera de la estación, en su tramo hasta la rotonda del cementerio, ha sido recientemente acondicionada en sus laterales, limpiándolo de malas hierbas y rellenando sus márgenes de zahorra. Espero que el reportaje, aunque bastante siniestro por el tema que trata, os haya gustado. Muchas gracias a todas las colaboraciones que desinteresadamente me han ayudado a la elaboración del mismo. Jose Luis Escribano, Ángel de la Fuente, Nieves Muñoz, María Rodelgo y su hermana Isabel, Don Jesús Antonio y Juan Luis Redajo. Espero no haberme olvidado de nadie...
También os dejo el siguiente álbum de fotografrías, desde Google Photos, con todas las que habéis podido ver en el artículo, y algunas más.