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miércoles, 22 de diciembre de 2021

La historia de la Calle Belén. 1889

A lo largo de la historia de Tembleque, como la de cualquier otro pueblo o ciudad, se han ido abriendo o cerrando distintas calles, dependiendo de la configuración y las necesidades de cada municipio, en según qué épocas.
Revisando antiguas actas municipales de finales del siglo XIX, del archivo del Ayuntamiento de Tembleque, encontré unas referencias a la creación de la calle Belén, donde tradicionalmente se lleva a cabo la hoguera de Belén, cada Nochebuena, que me parecieron lo suficientemente curiosas como para plasmarlas en este reportaje, y hablar un poco sobre la historia de esta pequeña pero muy transitada calle.
Y es que hasta el año 1889, no existía la calle Belén en nuestro pueblo.
Consultando el antiguo callejero de 1882 (que podéis consultar íntegramente en este enlace del blog), comprobamos que únicamente había un callejón cerrado, que partía desde el cruce de la calle Comisario, donde la antigua báscula municipal, y finalizaba en lo que hoy en día sería el comienzo del edificio del centro de salud. Antes de 1889, ese callejón no llegaba en ningún caso hasta la calle Rojo; partiría desde las confluencias de las calles Comisario, Oliva y Castelar, aunque en aquella época, el nombre de la calle Oliva no era tal; simplemente era una prolongación de la calle Comisario, y tampoco tenía el nombre la calle Castelar, que por aquel entonces era la calle del Alamillo.
El nombre de Castelar, tal y como expliqué en el reportaje sobre la lápida romana en Tembleque, se le puso ya en el siglo XX, por el político y presidente de la 1ª República, Don Emilio Castelar, cuyo Secretario personal, Don Guillermo Solier, vivió en dicha calle, que pasó a llamarse calle Castelar, eliminando el nombre de calle del Alamillo. A este respecto, hay una referencia en un acta municipal, con fecha 22 de febrero de 1905, donde se explica literalmente:
  ...Dio cuenta el Sr. Presidente (el acalde de Tembleque, que en aquel año era Don Ricardo López-Pintado) que se habían remitido veinticinco pesetas para la erección del monumento a Don Emilio Castelar, dándose lectura de la causa del Presidente de la Comisión ejecutiva, Excmo Sr. D. José López Domínguez, en que da las gracias a este Ayuntamiento por  el donativo indicado. El Ayuntamiento aprobó bien hecha la remisión del indicado donativo. Quizás fue a partir de este momento cuando se le puso el nombre de calle Castelar, aunque no lo puedo confirmar.
Pero volvamos al motivo principal de este reportaje, la historia de la calle Belén:
El motivo principal para la creación de esta nueva calle era el de facilitar el tránsito entre ambas zonas, tal y como se refleja literalmente en el acta municipal con fecha 24 de julio de 1889, y siendo alcalde por aquel entonces Don Martín Barreda:

...Acordaron que para dar más facilidades a este vecindario y mayores medios de comunicación y traslados de unos a otros puntos dentro de la población, lo cual redunda por consiguiente en favor de los habitantes de esta localidad, se abra una nueva calle trasversal, que desde la del Rojo desemboque en la del Comisario...

Hubo una segunda opción, en el caso de que no hubiera sido posible el acuerdo con los vecinos, ya que había que expropiar varias zonas para abrir ese tramo, que consistiría en abrir otro vial entre la calle Cuatro Calles y la Calle Rojo,
atravesando el huerto de los herederos de Ángel Álvarez Ocaña, pero parece ser que no hizo falta esta segunda opción.
El segundo paso que se llevó a cabo fue la adquisición de la casa donde actualmente está el Centro de Salud. Ese edificio es, por tanto, propiedad municipal desde entonces, y ha tenido diversos usos, como vamos a explicar en este artículo.
Extracto del acta municipal con fecha 21 de agosto de 1889:

… También acordaron, a conformidad de los dueños, adquirir en compra por este Ayuntamiento una casa cita en esta población y su calle del Rojo, número 12, a la que tiene su entrada principal mirando al Norte, linda por la derecha con otra de los herederos de Narciso Sánchez Leñero, por la izquierda con la de José Fernández y Cereceda y por la espalda callejón de portadas que desemboca en la calle del Comisario, en cantidad de seis mil trescientas setenta y cinco pesetas (6375 pts) que han de pagarse a los herederos de Francisco Molina y García, a quien en propiedad pertenece indicada casa, en cuatro plazos...

La adquisición de esa casa era imprescindible, para poder abrir la nueva calle, que según el acta, llevaría por nombre "Calle Belén". No se especifica el motivo, pero se puede deducir que el motivo del nombre fue porque tradicionalmente, al inicio de esa calle (en las confluencias antes citadas, en la antigua báscula municipal) allí se hacía y se sigue haciendo la hoguera de Belén, cada 24 de diciembre, en Nochebuena. 
No sólo se compró esa vivienda, sino que también fueron necesarios varios metros de corrales anexos, para poder configurar la nueva calle.
El primer uso que se le dio a esta casa fue para alquilarla a dos de los Maestros de Tembleque. Además, en un futuro, se pretendía amortizar la inversión con más alquileres a particulares, como pude comprobar en otras actas de principios del siglo XX, donde pasaría posteriormente a tener otros usos, como lo fue principalmente el de oficina de telégrafos, tal y como se explica en el reportaje dedicado a la oficina de Correos de Tembleque, en este enlace del blog.
Extracto del mismo acta con fecha 21 de agosto de 1889, explicando más detalladamente el uso de la vivienda que se iba a comprar:

...destinando citada finca a establecimiento de casas habitaciones para dos Maestros de Instrucción Primaria, y con objeto de abrir en la misma la nueva calle que llevará el nombre de “Calle de Belén”, cuyas dos obras consideran esta de pública utilidad, pues tiende a acortar las distancias de unos a otros puntos de la población y a facilitar el tránsito por la misma de sus habitantes, y ambas beneficiarán a los intereses generales, toda vez que realizada la primera, o sea la de habitación para viviendas de Maestros, se obtendrá una economía anual de quinientas pesetas (500 pts) que hoy se satisfacen por alquileres de casas habitaciones para dos Profesores, la cual en pocos años resarcirá a los fondos municipales de este gasto, quedando de propiedad del pueblo la repetida casa...

...También acordaron, conforme también el dueño, adquirir en compra, por cantidad de doscientas cincuenta pesetas (250 pts) un pedazo del corral o traspuerta de la casa de propiedad de José Fernández y Cereceda situada en la Calle del Rojo número 11, en una extensión de 60 a 70 metros superficiales, a fin de que por ella se dé paso a la nueva calle que va a abrirse, entre la del Rojo y la del Comisario...

Ya a finales de años, se designó al arquitecto para la tasación y medición de la vivienda de la calle Rojo, imprescindible para proceder con las obras de la nueva calle Belén, según el acta del día 20 de noviembre de 1889:

...nombraron a Don Ezequiel Martín Martín, arquitecto de la Excma. Diputación de esta provincia, a fin de que proceda a la medición y tasación de la casa Calle del Rojo número 12, de propiedad de los herederos de Francisco Molina y García, que ha de adquirirse por este municipio con destino a habitaciones de Maestros de 1ª Enseñanza, y para dar salida a la nueva calle que se denominará de Belén: que se le haga saber el nombramiento por el correspondiente oficio que se le pasará por el Sr. Alcalde...
A continuación, comparto en formato
pdf, con opción de descarga desde Google Drive, las páginas originales completas, así como la transcripción literal, con más datos, de las actas municipales consultadas en este reportaje, con fechas 24 de julio, 21 de agosto, 9 de octubre y 20 de noviembre, todas del año 1889:
Así pues, la historia de la calle Belén data de finales de 1889 o principios de 1890.
En las fotografías que adjunto a este reportaje, se puede apreciar la comparativa de la zona en 1882, antes de la creación de la calle Belén, y en la actualidad, con imágenes de satélite.
Siempre ha sido una calle muy transitada, hoy en día especialmente por estar el Centro de Salud, en ese edificio municipal que se explica en el reportaje.
Ese edificio, como hemos comentado, comenzó su uso para alquilar habitaciones a dos Maestros. Luego siguieron los distintos alquileres particulares, para continuar albergando la oficina de telégrafos. A mediados del siglo XX, se derribó el edificio, por antigüedad, quedando un solar durante varios años, que incluso tenía un pozo, con fatídicas consecuencias para una familia del pueblo, por el fallecimiento por ahogamiento de un niño pequeño, vecino de la zona, en los años 70.
Posteriormente, se construyó el consultorio médico, aún con Franco en el poder. En ese momento, se retranqueó aún más la calle, para ensancharla un poco más en la desembocadura con la calle Rojo, para finalizar, ya en plena transición, a principios de los años 80 del siglo XX, con el actual Centro de Salud de Tembleque, que pertenece al SESCAM, y que es el principal motivo del gran tránsito de vecinos y vehículos por esta pequeña y céntrica calle.
Espero que este reportaje haya servido para aprender un poquito más sobre la historia de Tembleque.
Todas las imágenes del artículo, están igualmente alojadas en este álbum de Google Photos:

miércoles, 29 de octubre de 2014

125 aniversario del Cementerio de San Isidro.


En 1889 se construyó el actual Cementerio de Tembleque, el Cementerio de San Isidro. Echando cuentas podemos comprobar que este año 2014 es el 125 aniversario del camposanto. Este acontecimiento, que quizás a muchos les haya pasado inadvertido, me lo comentó nuestro paisano Jose Luis Escribano. Aprovechando la efemérides, y con su ayuda, y la de más vecinos que iremos presentando, vamos a aprender algo más sobre la historia del cementerio de Tembleque.

Antes de continuar con el reportaje, edito varios años después, con fecha de octubre de 2021, para ampliar información sobre los inicios del actual cementerio, gracias a las actas municipales del siglo XIX, que consulté posteriormente a la publicación de este reportaje:
Gracias a la información de las actas municipales de finales del siglo XIX, se puede afirmar que uno de los principales motivos, si no el único, que se tuvo en cuenta para la construcción del nuevo cementerio, fue por la epidemia del cólera que se sufrió en Tembleque, en 1885, y de la que tenéis amplia información en este reportaje del blog.
Especialmente el mes de agosto de 1885, había sido trágico, con más de un centenar de fallecidos. Ese verano, ya había gran temor en el vecindario, y por primera vez, fueron varios los vecinos que propusieron la creación de un nuevo cementerio, por el enorme temor a que las miasmas (efluvios de los cadáveres en descomposición), de los cadáveres del cercano cementerio situado junto a la ermita del Loreto, provocaran más casos de muerte por cólera en el vecindario. A su vez, también se creía que las lagunas con aguas estancadas o corruptas de la vega, provocaban igualmente enfermedades. Se cita textualmente, el 22 de julio de 1885:
 ...solicitan varios vecinos, que se construya un nuevo cementerio, en atención a encontrarse el que existe en malas condiciones, por la proximidad a la población (recordamos que dicho cementerio antiguo estaba situado junto a la ermita del Loreto)y que las miasmas (Efluvio maligno que, según se creía , desprendían cuerpos enfermos, materias corruptas o aguas estancadas) que han de desprenderse de la descomposición cadavérica, necesariamente han de ser perjudiciales a la salud, por lo que debe procurarse su clausura... 
Así pues, ese sería el desencadenante para tener en cuenta la construcción del nuevo cementerio, tema que se retomó muy pocos años después, en 1888, con el acuerdo, "por considerarlo de la mayor importancia y beneficiosas a los intereses sanitarios y del vecindario" de la Junta Local de Sanidad y el Sr. Párroco de Tembleque, Don Cándido García de los Huertos.
 Ya en enero de 1889, se estuvieron viendo las distintas ubicaciones posibles, para decantarse por la que todos conocemos, en terrenos de Dª. Joaquina (Fdez) Alejo, D. José Lozano Cereceda, D. Nicasio Marín, D. José María de Melgar y D. Saturnino García Camuñas, situados a distancia de 731 metros de la población Norte de la misma, por el carril denominado de Nuestra Señora de Gracia (que parte desde la desaparecida ermita de San Blas). En marzo de 1889 se acordó el inicio de las obras, y en junio de ese mismo año se darían por finalizadas; y más adelante, dentro de este mismo año 1889, en octubre, sería nombrado el primer guarda enterrador, Don Nicolás Infantes Fernández, con el sueldo de 1peseta y 25 céntimos diarios. En noviembre, se instaló la placa que sigue estando a la entrada del cementerio. Según se cita en las actas municipales: "Se abonó al vecino Calisto Vizcaino, de Aranjuez, la cantidad de 160 pts, por una lápida de mármol con inscripción del nuevo cementerio y pila para el agua bendita que se colocará en la capilla del mismo". En la parte inferior de la placa (adjunto fotografía), aparece la firma: C.L. VIZCAINO. ARANJUEZ. Ahora sabemos que en realidad se trata del señor que hizo la placa de mármol. Lo podéis leer en vuestra próxima visita al cementerio.
Y ya finalizando el año, a finales de diciembre de 1889, se clausuró el antiguo cementerio y se abrió el nuevo, como se dejó reflejado literalmente en el acta de la sesión extraordinaria con fecha 29-12-1889, y siendo alcalde de Tembleque Don Martín Barreda y Gil:
... para acordar lo que proceda respecto a la clausura del antiguo cementerio y apertura del nuevo, en atención a haber precedido la bendición de este que tuvo efecto el día 25 del actual (Navidad) y a haberse llevado los requisitos y formalidades legales al efecto.
... por unanimidad acordaron: tenga lugar la clausura del antiguo cementerio y apertura del nuevo denominado de San Isidro y que los cadáveres que hayan de ser inhumados o enterrados el día primero de Enero entrante (1890), lo sean en dicho nuevo cementerio, continuándose haciendo en este todas las inhumaciones desde la fecha últimamente citada, y con respecto a la traslación de los cadáveres, de acuerdo con el indicado Sr. teniente Cura, en representación del Sr. Cura y encargado de la parroquia, sean acompañados por el Clero o parroquia los que hayan habitado en el distrito del sur, que comprende las calles hasta el puente de la Iglesia, en la ermita de la Veracruz; y los que hayan vivido en el del Norte, que comprende las demás calles de la población, desde mencionado puente hasta la de la Virgen de Gracia en la ermita de Nuestra Señora de este nombre, en cuyas dos ermitas, y respectivamente según el distrito que a cada uno corresponda, con arreglo a la división que para este fin se ha marcado y queda expresado, serán despedidos los cadáveres por el repetido Clero o Parroquia. Que se haga saber al vecindario por medio de bando para conocimiento de los habitantes de esta Villa, dictándose en él las demás prevenciones que, referentes al asunto, tenga por conveniente el Sr. Alcalde para evitar dudas.
También se acordó, con autorización del Sr. Cura, se traslade para la colocación en el nuevo cementerio, la peana de piedra y Cruz de hierro que hoy existe en el antiguo cementerio, situado en su centro, y demás efectos o muebles para la conducción de cadáveres. Dando por terminada este acta, que firman los expresados señores...

Continuamos con el reportaje dedicado al 125 aniversario. 
No todos las personas saben que antiguamente, el cementerio de Tembleque estaba ubicado en la parte posterior de la Ermita del Loreto, hasta su traslado en 1889 a su actual emplazamiento, en la parte norte del pueblo, junto a la carretera de la estación.
Mapa de 1884.
 Es algo que podemos comprobar simplemente consultando antiguos mapas de nuestro pueblo, en la cartografía del Instituto Geográfico Nacional. Os dejo alguna imagen, concretamente de 1884, (a la izquierda) extraída a su vez de este artículo del blog de Juan Luis Redajo. Son cinco años antes de la construcción del actual.
Mapa de 1937.
Bien es cierto que en esa misma cartografía, en un mapa de 1937 todavía aparece situado el antiguo cementerio tal y como en 1884, desconozco si por algún error del cartógrafo, o porque aún quedara algo del cementerio junto a la ermita del Loreto. Es poco probable, pues las primeras tumbas del cementerio actual, datan de finales del siglo XIX, justo cuando acababa de construirse, según la placa que figura en su entrada.
No obstante, podremos leer en este reportaje, un valioso documento de 1892, donde se habla del funcionamiento o reglamento del cementerio que acababa de construirse, con todo lujo de detalles. Es fácil suponer que debió pasar un período de tiempo de transición durante el traslado definitivo, en este pequeño baile de cifras en cuanto a años se refiere.
Desconocemos la extensión exacta del cementerio antiguo. A mediados del siglo XX, cuando ya se había trasladado hacía más de 50 años, se plantaron unos tarays bordeando lo que se supone que pertenecía al cementerio, zona que desde entonces se divide en varias parcelas con distintos propietarios.
No obstante, edito este artículo una vez publicado, para añadir el plano original, que muy amablemente me ha facilitado nuestro amigo y vecino de Consuegra Luis Miguel Gallego, extraído del Instituto Geográfico y Estadístico, y fechado por el topógrafo en 1880.
 Es un documento inédito y extraordinario, donde podemos ver en su parte inferior derecha, el plano original de la Ermita del Loreto, y cómo en la zona central del cementerio existía una Cruz. También había un Corral en su parte norte. Con los datos y la escala, se puede desde luego ubicar con total exactitud todos los elementos. Muchísimas gracias por el aporte, Luis!: (Pinchar para ampliar a la máxima resolución posible, aunque a continuación os mostraré el enlace de descarga del original).
Podéis descargar la imagen con su resolución original, de 3 Mb, en este enlace: https://photos.app.goo.gl/CokxziQS2upRZrbp8


Vista aérea más o menos reciente. 1982
Nuestro vecino, el Maestro Don Jesús Antonio , me estuvo comentando algunos aspectos sobre el terreno, ya que su padre, a mediados del siglo XX, construyó un chalet y una granja en la zona. Fue por aquel entonces, siendo Don Jesús Antonio aún un niño, cuando recuerda que se pusieron los tarays que aún hoy en día podemos ver.



Vista aérea actual. Abril 2013.
También me comentó que junto a la ermita del Loreto se construyó un parque, donde se plantaron algunos árboles más (alguno de los cuales hoy en día son los que casi tapan la ermita, por su enorme tamaño), y algunas plantas decorativas en forma de rosetón. También pusieron más hileras de tarays en la zona central, formando varios pasillos, de las que sólo se conservan las que ahora parecen delimitar el contorno. Recuerda que en el lugar donde actualmente está el bar de "Puerta de la Mancha", de Felipe, antiguamente había una especie de caseta construida, que según le comentaron hace mucho tiempo, personas mayores que él, se trataba de una construcción que formaba parte del antiguo cementerio. Hay que comprender que en la época del antiguo cementerio, en el siglo XIX, no había ninguna carretera, ni siquiera calle o camino, en lo que hoy es la vía de servicio de la A4, por lo que el cementerio y la ermita del Loreto estaban anexos al resto del pueblo, sin ninguna limitación.

Como siniestra curiosidad, recuerda que al hacer los agujeros para plantar esos árboles del parque, aparecieron varios restos óseos humanos, que lógicamente debían pertenecer a enterramientos del cementerio antiguo. Dichos restos, recuerda que los metieron en unos sacos y los trasladaron al actual cementerio de San Isidro.

Don Jesús Antonio y familia, durante las obras en 1987.
En la Ermita del Loreto (véase este reportaje con imágenes antiguas), jamás recuerda que se utilizara para ninguna misa ni ninguna celebración especial. Nunca tuvo culto, al menos tras la Guerra Civil. Recuerda que hubo un tiempo en que los vecinos comentaron la posibilidad de celebrar la Festividad de la Virgen de Nª Sra del Loreto, aprovechando la Ermita en su nombre, pero nunca se llevó a cabo. No obstante, desde aquella época, la ermita quedó dividida por la carretera de Andalucía, hoy en día desviada por la actual autovía, y su olvido y deterioro ha sido constante desde entonces.

Obras del puente de El Romeral. 1987
De hecho, el propio Jesús Antonio me facilitó una fotografía familiar y una panorámica de la zona, donde podemos ver parte de las obras de construcción del puente de El Romeral, que parte precisamente desde la ermita del Loreto. Un documento gráfico histórico, sin duda. Año 1987.
Tras escuchar este testimonio, no sería de extrañar que aún quedaran bajo tierra algunos huesos de difuntos del siglo XIX o anteriores.
En cuanto al cementerio actual, construido en 1889,  hace unos meses encontré, en una visita al archivo del ayuntamiento de Tembleque, un antiguo documento manuscrito fechado en 1892, y titulado "Reglamento para el orden y administración interior del Cementerio de San Isidro". 
Es un documento excepcional que he querido rescatar y compartir con todos los lectores. Está escaneado a base de fotografías con el teléfono móvil, por lo que algunas páginas se ven más nítidas que otras. Sea como fuere, más o menos creo que se puede leer de una manera aceptable, dada la antigüedad de dichos legajos. Lo podéis hacer en la siguiente presentación online:

Podéis descargar una copia de este manuscrito en pdf en este enlace de google drive.

Distribución de cuarteles.
No obstante, para facilitar su lectura, me propuse transcribirlo de manera fiel, y tras muchas horas de trabajo, creo haberlo transcrito letra a letra, palabra a palabra, con letra de imprenta. En el apartado final de las firmas conté con la colaboración de Ángel de la Fuente Nogales, funcionario en el Ayuntamiento de Tembleque con bastante experiencia en este tipo de caligrafía, por tratar a menudo con documentos de esta antigüedad. 
Capilla del cementerio

En él, podemos comprobar que por aquel entonces, el guarda enterrador vivía en el propio cementerio, el cual tenía una sala de disecciones y autopsias. Se explican los lugares destinados a panteones, (de primera y de segunda) a particulares, entierros de niños (Párvulos), o gente que se suicidaba...(según me comentaba una vecina, María, estos últimos enterramientos tenían lugar en la zona popularmente llamada "el corralillo". Era algo mucho más habitual que hoy en día, sin duda). También se habla, entre otras muchas curiosidades, de las medidas de los nichos, distancias entre pasillos, lápidas, precios de cada enterramiento, la Capilla, y un larguísimo etcétera.

Velatorio
Velatorio
El guarda enterrador y su familia, no podían decir palabras obscenas, por vivir en un lugar sagrado. Era el encargado de absolutamente todo, como podréis comprobar.
Os adjunto algunas fotografías que pude realizar hace poco, en el interior de la Capilla, o en el velatorio, ambos lugares nada más entrar, uno a cada lado.

Nieves Muñoz.
 Hablando de la entrada, me comentaba nuestra vecina Nieves Muñoz, (a la que agradezco que me abriera las puertas de estos lugares que os menciono), que el arco de medio punto situado sobre la entrada al cementerio, está restaurado por la III Escuela Taller de Tembleque, en los años 90, que fue también la encargada en aquella ocasión de restaurar la ermita de la Veracruz, para transformarla en la actual biblioteca. La propia Nieves estuvo soldando parte de la estructura de forja que vemos en ese arco. 
 A continuación podéis leer con más calma la transcripción literal del documento manuscrito anterior, que tiene muchas más curiosidades que os animo a descubrir:
Podéis descargar este pdf, transcrito del original, a través de este enlace de google drive.
 En la actualidad, en la web del ayuntamiento se encuentra la actual Ordenanza Fiscal Reguladora de la Tasa del Servicio del Cementerio Municipal, que también dejo aquí publicada, por ampliar la información:

Me puse en contacto también con la familia Rodelgo Núñez-Polo, que tenía la antigua funeraria en Tembleque, por si me podrían aportar alguna información más para añadir a este reportaje. Muy amablemente, María, la sobrina de quien fuera el dueño de la funeraria entre 1907 y 1959,  me atendió en su domicilio, y aunque no conserva ninguna fotografía del antiguo carro funerario, me hizo un formidable dibujo del mismo, tal y como ella y su hermana Isabel lo recuerdan, con todo lujo de detalles, y que con mucho gusto comparto con todos en el blog, además de la pequeña redacción que me prepararon ambas hermanas explicando todos los detalles:
Dibujado por María Rodelgo Núñez-Polo, sobrina del que fuera propietario de la funeraria, Vicente Núñez-Polo

COCHE FUNERARIO DE CABALLOS. TEMBLEQUE. De 1907 a 1959:
La forma del coche era de tipo galera, con cuatro ruedas; dos grandes y dos pequeñas, y una lanza para enganchar dos caballos o mulas.
En la madera, había dibujos hechos de realce, y cuatro columnas que sujetaban el techo.
Las colgaduras eran de terciopelo negro con flecos de oro en el borde.
Para los caballos había arreos y adornos, también de terciopelo negro y flecos de oro, y para las cabezas, dos penachos de plumas negras.
El dueño del coche y de la funeraria era Don Vicente Núñez-Polo González-Ávila, también era el organista de la Iglesia y el director de la banda de musica. 


 Colaboran: Isabel y María Rodelgo Núñez-Polo.


Además de esta redacción, María me comentó que este carro, del que ya nada conserva, cuando estaba ya en desuso, se utilizó en el rodaje de alguna película de época, aunque no recuerda el título.
Otras curiosidades que me comentó es que en aquella etapa de la funeraria, había varias clases de entierros: Los entierros de Primera, donde el párroco acompañaba a la familia del difunto hasta el mismo cementerio, para realizar allí el responso. Los entierros de Segunda, donde el párroco acompañaba a la familia únicamente hasta la desaparecida Ermita de San Blas , y los entierros de tercera, donde el responso se daba en la Ermita de la Veracruz (actual biblioteca), y luego ya la familia era la encargada de trasladar al fallecido hasta el cementerio. Aunque según hemos comprobado por las actas municipales, en el caso del acompañamiento del párroco hasta la ermita de la Veracruz, o la ermita de San Blas, estaría más bien motivada por la zona (norte o sur del pueblo) donde tenía su domicilio el fallecido.
 También era la familia del difunto la que se encargaba de poner los caballos o las mulas en este carro, y guiarlos al cementerio, donde ya el guarda enterrador (se explica en los documentos anteriores) se encargaba del entierro.

No quisiera despedir este reportaje sin hacer especial mención a uno de los vecinos más recordados en nuestro pueblo en el pasado siglo XX. Me refiero a Jesús Toribio, "Cacho", que entre sus múltiples funciones en el ayuntamiento de Tembleque, destacando la figura de "Pregonero" también fue el enterrador en Tembleque durante varias décadas. Podéis recordar un amplio reportaje dividido en dos entregas que ya publiqué en el blog, a modo de homenaje póstumo:
“CACHO”, el último pregonero (PRIMERA PARTE) 
“CACHO”, el último pregonero (SEGUNDA PARTE)
Un tema como es el de los cementerios, podría dar para escribir muchísimas cosas más, pero de momento yo creo que con este reportaje es más que suficiente para que todos hayamos aprendido algo más sobre la historia del nuestro, el cementerio de San Isidro, al que más tarde o más temprano, todos tendremos que terminar en él.
Aprovechando la próxima Festividad de Todos los Santos, el 1 de noviembre, donde muchos vecinos acudiremos al camposanto, quisiera compartir con todos el siguiente vídeo, con un recorrido hacia ambos cementerios, el actual y el antiguo. Además, podemos comprobar que la carretera de la estación, en su tramo hasta la rotonda del cementerio, ha sido recientemente acondicionada en sus laterales, limpiándolo de malas hierbas y rellenando sus márgenes de zahorra.
 Espero que el reportaje, aunque bastante siniestro por el tema que trata, os haya gustado.
Muchas gracias a todas las colaboraciones que desinteresadamente me han ayudado a la elaboración del mismo. Jose Luis Escribano, Ángel de la Fuente, Nieves Muñoz, María Rodelgo y su hermana Isabel, Don Jesús Antonio y Juan Luis Redajo. Espero no haberme olvidado de nadie...
También os dejo el siguiente álbum de fotografrías, desde Google Photos, con todas las que habéis podido ver en el artículo, y algunas más.