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martes, 21 de abril de 2020

Epidemia del cólera de 1885 en Tembleque. Crónica y datos de prensa de la época y de las actas municipales.

PRIMERA PARTE:
 Información de la prensa de la época y crónica personal de José Antonio Fraguas.
Nuestro buen amigo e historiador, José Antonio Fraguas Díaz, que durante estos días de cuarentena nos va obsequiando regularmente, a los lectores del blog, con relatos variados sobre la historia de Tembleque, bajo el epígrafe de "Historias para pasar un estado de alarma" (y que una vez finalice esta pandemia actual del Coronavirus, recopilaré todos esos relatos), nos ofrece hoy uno muy concreto, que por la temática tan actual, he decidido publicarlo como un artículo más del blog, a fecha de hoy, pues en este caso, José Antonio ha recopilado toda la información que ha podido obtener de las hemerotecas, para enseñarnos de una forma muy didáctica y amena, que tanto en Tembleque, como en Villacañas o El Romeral, (aparte de toda la zona este de España) la epidemia del cólera de 1885 también hizo estragos.

Incluyo en este artículo uno de los muchos recortes de prensa, "La Unión", 25-8-1885, donde destaco los datos de Toledo y Tembleque, así como un mapa de España con las zonas más afectadas, extraído de este artículo.
Os dejo sin más dilación, con su introducción y reportaje, escrito a fecha 21 de abril de 2020:
HISTORIAS PARA PASAR UN ESTADO DE ALARMA
Parece, según los datos que se ofrecen, que muy lentamente la pandemia del coronavirus va retrocediendo.
 Los casos en Tembleque en función de su amplía población de la tercera edad que es uno de los mayores factores de riesgo, podemos decir que han sido escasos aunque haya que contar entre estos algunos decesos. Pero no sólo es esta epidemia la que ha sufrido Tembleque. Alguna otra ha dejado su rastro en la historia.

Sucinta historia del cólera de 1885 en Tembleque.
Hablando con mi padre en estos días en que estamos en las casas sin salir por el estado de alarma, salió la conversación del “año del cólera” que contaban los viejos que se juntaban al lado de la antigua báscula municipal de Tembleque. Estos viejos a los que se refiere mi padre habían conocido en su adolescencia o juventud aquel drama que se vivió recordando, entre otros datos que ya se le han olvidado a mi padre,  la incesante procesión de fallecidos por el cólera hacia el antiguo cementerio situado junto a la ermita del Loreto. Es el cólera del año de 1885, un drama que se vivió en España y del que Tembleque no quedó exento. Reconozco que me asaltó la curiosidad y en esta Semana Santa me puse a investigar.
En el citado año, en primavera, con foco inicial en Valencia, se desató en España una epidemia de cólera morbo asiático que afectó a gran parte de la España peninsular. Según los datos consultados, esta pandemia se notó especialmente en las provincias de la mitad Este. Para que nos hagamos una idea: tomamos Madrid, como punto central y de arriba abajo trazamos una línea recta, pues todas las provincias que quedarían a su derecha sufrieron fuertemente el azote de la enfermedad. La parte Oeste, con sus excepciones claro está, quedó bastante más libre de este mal.
Con respecto a la provincia de Toledo podemos hacer un esquema similar. La zona de La Mancha fue bastante más azotada que la parte occidental de la provincia, la zona de las tierras de Talavera de la Reina.
Dentro de la zona manchega hay tres pueblos que son significativos en donde se cebó el cólera: Villacañas, El Romeral y Tembleque. Es cierto que en las informaciones periodísticas salen otros muchos pueblos manchegos: La Guardia, Lillo, La Puebla de don Fadrique (actual  La Villa de Don Fadrique), La Puebla de Almoradiel, Miguel Esteban, Quintanar de la Orden, Corral de Almaguer, Quero… pero los datos, en proporción a su número de habitantes, no eran tan duros en muertos y en infectados como los tres pueblos mencionados en primer lugar.
Las informaciones pormenorizadas sobre víctimas del cólera se empezaron a publicar a primeros de agosto. Concretamente, es 03/08/1885 cuando se ofrecen los primeros datos de Tembleque arrojando un resultado de 6 infectados y 4 fallecidos.  Los periódicos estuvieron dando datos día a día durante ese mes hasta que a partir de septiembre las noticias empezaron a darse por provincias y no pueblo a pueblo como en el mes precedente. Desconozco la razón de ello aunque me temo que una de ellas sería no alarmar a la población ofreciendo datos pueblo por pueblo.
Sólo en Tembleque, un pueblo de poco más de 3400 habitantes en aquel año, en agosto de 1885 los periódicos dan cuenta de 350 infectados y 91 fallecidos por el cólera. Cifra que, como veremos después, fue casi el doble. Hay que tener en cuenta que los datos de los periódicos no se refieren al día inmediato anterior a la publicación del mismo, sería, al menos, con dos o más días de retraso (la inmediatez con la que hoy en día se trabaja era impensable en 1885). Así, los diarios del día 24, día de San Bartolomé, fiesta de Nuestro Padre Jesús de Nazareno, publican que en Tembleque hubo 8 muertos y 24 infectados. Otros días nos cuentan que son 6, 4, 7, 3, 6, 5, 8,… los fallecidos hasta completar la fatídica cifra. A ello hay que unir los casos de los infectados (invadidos se les llamaba en aquella época) con cifras que también son dramáticas. Días de 30 infectados, otros de 26, otros de 23, 11, 21, 12, 17 y así un día tras otro.
Ante estos datos, amigo lector, le sugiero que piense sobre los métodos de higiene que había en aquel año no sólo en Tembleque sino el cualquier punto de la geografía. El temor entre la población sería atroz, Sirva un dato que aparece en el periódico La Correspondencia de España de fecha 01/09/1885 sobre un hecho ocurrido en La Guardia. Dice así: “En el pueblo de La Guardia (Toledo) está ocurriendo lo que acaso en ninguna otra población, debido a la arbitrariedad de sus autoridades, que sin otra ley que su capricho proceden inhumanamente.  Hace pocos días falleció uno de sus vecinos, y sin otra razón que la de haber estado en el inmediato pueblo del Romeral, invadido del cólera, en el acto de expirar fue trasladada su señora, delicada, sexagenaria y en mal estado de salud, con sus hijos, al campo, donde falleció al día siguiente. Al propio tiempo fueron expulsados de la población 25 o 30 individuos por el delito de haber visitado al enfermo.Si nos fijamos bien en el texto de la noticia no dice que el fallecido hubiera muerto de cólera sino que por haber estado en El Romeral y, al poco de regresar, morir, era causa suficiente para que se tomaran esas medidas tan, tan dramáticas. Estamos hablando de un caso muy radical pero que indica el pavor que debía haber en los pueblos ante esta ingente cantidad de muertos. Por suerte, no hemos encontrado datos sobre hechos similares acaecidos en Tembleque.
Finalmente, en octubre se dio por finalizada esta pesadilla. El mismo periódico, La Correspondencia de España, en su edición del martes 27/10/1885 informaba de lo acaecido en Tembleque en las fechas precedentes: En Tembleque (Toledo) se ha celebrado el domingo último una solemnísima función religiosa a Jesús Nazareno, en acción de gracias por la terminación de la epidemia. El lunes 19 se celebró un grandioso funeral por el eterno descanso de las víctimas, que allí han ascendido a 170. A ambas funciones ha asistido una numerosa y escogida orquesta de voces e instrumentos de esta corte (Madrid), bajo la dirección del reputado profesor de música del colegio de Escuelas Pías de San Fernando D. Mariano Lozano; y ha predicado el elocuentísimo orador sagrado D. José Moya, canónigo de la Santa Iglesia catedral de Toledo.
Si en este año de 2020 no hemos celebrado en las calles la Semana Santa ni vamos a celebrar la romería del Cristo del Valle, pensemos que en 1885, los temblequeños no tuvieron ni fiestas patronales ni la romería del Cristo del Valle de septiembre, pasando aquellos meses de zozobra con muchas más dificultades y bastante menos medios que los que ahora tenemos.

SEGUNDA PARTE: (aún en edición)
 Datos obtenidos de las actas de defunciones y las actas de sesiones plenarias del Ayuntamiento de Tembleque.

Un año después de la publicación de este reportaje, lo edito para añadir más información, extraída de las actas municipales de 1885, tanto de defunciones como de las sesiones plenarias del Ayuntamiento de Tembleque.

Y es que al principio de aquel fatídico verano de 1885, ya se palpaba el miedo entre el vecindario. Luego comprobaremos que fue finalmente el mes de agosto, con muchísima diferencia del resto de meses del verano, el que resultó realmente terrorífico en nuestro pueblo, pero sigamos el orden cronológico con la información de las actas de sesiones plenarias del Ayuntamiento de Tembleque:

Con fecha 24-6-1885:
 se constituía la Corporación con la Junta de Sanidad, a fin de adoptar medidas y precauciones para evitar la invasión de la epidemia colérica.
También había temor a que las aguas estancadas de la laguna de la Vega, (algo que ya se vivió en la anterior epidemia de tercianas en Tembleque), pudieran ayudar a propagar enfermedades epidémicas. Por ello, se pretendió directamente desecar la laguna, que se había formado nuevamente, tras abundantes lluvias. Tal y como se dice en este extracto del acta municipal con fecha 8-7-1885:
...que se adopten los medios de desecar la laguna, que por las aguas fluviales se ha formado en la Vega, por ser las miasmas que de ellas se desprenden altamente perjudiciales a la salud pública y causa quizá del desarrollo de cualquiera enfermedad epidémica...
El caso es que no se tenía muy claro el método a utilizar, para poder desecar por completo una laguna, y visto que debían solicitar un presupuesto extraordinario, por ser una obra muy costosa, por parte del Ayuntamiento se explicó:
 ...sintiéndolo mucho, no pueden por ahora, tomar determinación en asunto de tanta importancia por las razones anteriormente expuestas, y la de tener que atender a cubrir los gastos que lleva consigo la adopción de medidas preservativas, para evitar sea infectado este pueblo de la enfermedad colérica y hacer la presente si por desgracia se presentara, no creyendo oportuno gravar con mayores impuestos a este vecindario, dada la escasa cosecha que va ha recolectarse, amenazada de ser nula por la plaga de langosta de que está invadido este término...
Poco después, el 15-7-1885, el miedo volvía al vecindario, por ver el cólera ya muy cerca de Tembleque, al informarse del fallecimiento de una vecina de El Romeral, según se relataba en el acta correspondiente:
Se dio cuenta del oficio del Sr. Alcalde del Romeral, fecha 12-7-1885, manifestando haber fallecido en dicho pueblo una mujer de un cólico con síntomas sospechosos. Que lo dice para que se adopten las medidas convenientes.
Con fecha 22-7-1885, aparte de clausurar los establecimientos de la enseñanza, si se considera conveniente esta medida a la salud pública, observamos que el temor sigue en Tembleque, y fueron varios los vecinos que por primera vez, solicitaron la creación de un nuevo cementerio, que a la postre sería el actual cementerio de San Isidro, inaugurado en 1889. Cito textualmente:
...solicitan varios vecinos, que se construya un nuevo cementerio, en atención a encontrarse el que existe en malas condiciones, por la proximidad a la población (recordamos que dicho cementerio antiguo estaba situado junto a la ermita del Loreto), y que las miasmas (Efluvio maligno que, según se creía , desprendían cuerpos enfermos, materias corruptas o aguas estancadas) que han de desprenderse de la descomposición cadavérica, necesariamente han de ser perjudiciales a la salud, por lo que debe procurarse su clausura... 
El cólera ya estaba haciendo estragos en Tembleque, y así continuó durante todo el verano. De hecho, en agosto hubo tantas muertes, (134), y se deduce que otros cientos o más de enfermos, que quizás por por ese o por algún otro motivo, durante dicho mes no hay referencia en las actas de las sesiones plenarias, pasando directamente a seguir escribiendo al respecto ya en el mes de septiembre.
Se recibieron varias subvenciones de 500 ó 1000 pesetas por parte del Gobierno: 2-9-1885:
...manifiesta haberse consignado a este pueblo 500 pesetas por el Ministerio de Gobernación para atender a las necesidades de la epidemia y que se autorice persona que las recoja... o dos semanas después, el 16-9-1885: Se acordó autorizar al Regidor de este Ayuntamiento, D. Miguel Ruano para que perciba de los fondos municipales la cantidad de mil pesetas concedidas a este pueblo para atender a los gastos de la epidemia colérica...
 Sería ya a finales de septiembre de ese mismo año 1885, cuando se dio por finalizada la epidemia, con la Misa anteriormente descrita en el artículo, pero de la que profundizaré un poco más, al trascribir el acta municipal con fecha 21-9-1885:

En la Villa de Tembleque a veintiuno de septiembre de 1885: Se reunieron en la Sala Capitular los Señores de su Ayuntamiento y Vocales de la Junta local de Sanidad de la misma, cuyos nombres al margen se expresan, en sesión extraordinaria y pública a que habían sido convocados, bajo la presidencia del Sr. Alcalde S. Manuel Ramírez y Peña, con asistencia del Sr D. Cándido García de los Huertos, Cura Párroco Rector de esta Iglesia, a quien se le había pasado atenta invitación, asociados de mí su Secretario, por quien se hizo lectura de la anterior y fue aprobada. El Sr Presidente manifestó que el objeto de esta sesión, de que ya tenían conocimiento, era para conferenciar y acordar el día en que debe cantarse el Te-Deum, una vez que según informes de los facultativos, afortunadamente ha terminado la epidemia colérica en esta población. En virtud, enterados los Señores concurrentes, y habiendo conferenciado acerca del particular, por unanimidad acordaron, de conformidad con dicho Sr. Cura Párroco, que en el día de mañana y hora de las nueve de la misma, se celebre función religiosa en esta Iglesia, compuesta de Misa cantada, plática que pronunciará citado Sr. Cura y solemne Te-Deum, en acción de gracias por haber el Todopoderoso ejercitado un acto más de su divina Misericordia haciendo desaparecer de este pueblo tan terrible azote. Que se haga saber al vecindario por medio de bando, y ponga en conocimiento del Ilmo. Sr Gobernador Civil de esta provincia para su conocimiento y por si tiene a bien hacerlo público en el boletín oficial de esta provincia; con lo cual se dio por terminado el acto, extendiéndose la presente que firman los expresados Señores, de que yo el Secretario certifico. =

Estas Misas eran muy habituales en todos los pueblos por donde iba desapareciendo el cólera, y Tembleque no iba a ser menos.
Ese mismo día, aunque saldría reflejada en acta posterior, apenas dos días después, el 23-9-1885, sería uno de los médicos de Tembleque, Don Burgundofero García Ortiz, quien haría una exposición de los servicios prestados durante toda la epidemia colérica en Tembleque.
Transcripción literal:

… Se dio cuenta de la exposición que con fecha 21 del actual dirige al Sr. Alcalde el médico Cirujano Titular de esta Villa D. Burgundofero García Ortiz en solicitud de que se le expida certificación en que se enumeren los servicios que ha prestado a este vecindario y corporación durante la permanencia del Cólera morbo asiático en esta localidad. En su consecuencia, hecha lectura de referida exposición, enterados sus mercedes por unanimidad: acceder a la pretensión del recurrente y que se libre la certificación pretendida en los términos siguientes: Que esta corporación ha visto con grande satisfacción la habilidad e inteligencia con que el Médico Cirujano Titular de esta Villa D. Burgundofero García Ortiz ha prestado los auxilios de la ciencia a los enfermos que constituyen su clientela ordinaria mientras ha existido en esta población el Cólera morbo asiático; que como servicios extraordinarios dignos de la mayor gratitud se ofreció a asistir y ha asistido a los enfermos del hospital de coléricos, quienes en su totalidad no eran vecinos de este pueblo: que también ha prestado sus servicios incondicionalmente a todos los vecinos sin distinción de clases, que, careciendo de facultativos, han reclamado su asistencia: que en lo más fuerte de la epidemia ha sustituido por dos veces a su compañero D. Enrique García de Ancos elevándose a doscientas el número de visitas que diariamente ha tenido que hacer no arredrándole el estado de debilidad en que estaba constituido a causa de una indisposición anterior: que  ha prestado a las autoridades locales activa y eficaz cooperación durante los estragos de la epidemia para organizar y ejecutar el servicio de inspección y vigilancia de transeúntes y viajeros instalación y dirección de salas de fumigación y desinfección y servicios de hospital de coléricos y saneamiento del cementerio; y como extremos importantísimo, que el resultado práctico de sus servicios es tan satisfactorio que, según los datos que obran en esta Secretaría, la mortalidad en los enfermos a quienes ha asistido no excede del diez y ocho por ciento. Danto por terminada esta acta que firman los expresados Señores de que yo el Secretario certifico. =

Antes de continuar, comparto en pdf las páginas originales de estas dos últimas actas, del 21 y 23 de septiembre de 1885, por adjuntar el documento gráfico, el cual podéis descargar desde este enlace de Google Drive. Estamos hablando de un apartado importante de la historia de Tembleque:

Para finalizar con la información obtenida de las sesiones plenarias, quisiera añadir un extracto de la carta escrita por el otro médico titular de Tembleque durante el cólera, Don Enrique García de Ancos, y al que dedicaré otro reportaje más en profundidad, porque realmente lo merece.
 Es una carta escrita en 1918, más de 30 años después de la epidemia del cólera, y como vais a comprobar, el recuerdo estaba aún muy presente en este médico, tal y como quedó reflejado en sus palabras: 

...no hubo época para ese pueblo (Tembleque), en muchos años más luctuosa, que aquel verano de 1885 de triste recuerdo, en el que todos los vecinos rivalizaron en abnegación y espíritu de sacrificio por servir y atender al procomún, poniendo a mi disposición a todas horas como único médico de los titulares que se conservó indemne de la epidemia, cuantos medios estuvieron a su alcance para socorrer pronta y eficazmente a la población invadida que perdió, asistida por el que suscribe, más de 150 habitantes en el espacio de poco más de un mes, sembrando el pánico esta mortandad entre todos los vecinos.
 En aquellos días los que no huyeron de Tembleque, que los hubo que volvieron la espalda al peligro, olvidando así todos los deberes de ciudadanía, confraternizaron más estrechamente, afrontándolos, y esos vecinos decididos, que permanecieron unidos y lucharon firmes, crearon sin darse cuenta esos lazos, en los que tuve gran parte, de más íntima e inolvidable amistad, que en un principio no se estiman bastante tal vez porque no se perciben ni sienten con claridad sus manifestaciones hasta que para el tiempo y algún acontecimiento nuevo o especial los renueva, reviviendo entonces más potentes como reviven los recuerdos de las campañas contadas entre antiguos camaradas al conmemorar tristes o felices aniversarios, o en los alegres momentos del banquete iniciado para festejar fechas memorables, apretándose entonces más y más entre los comensales aquel vínculo de perdurable cariño.

D. Enrique García de Ancos. Médico de Tembleque en 1885. Carta fechada en abril de 1918.

Para finalizar este reportaje, nos centramos en las actas de defunciones del año 1885.
Desde luego, no hay ninguna duda de que el mes fatídico y terrorífico fue el de agosto. 
Tembleque, en aquella época, tenía aproximadamente 3500 vecinos censados.
Durante todo el año 1885, hubo en Tembleque un total de 261 defunciones en general (de todas las causas), y de ellas, sólo en el mes de agosto se contabilizaron un total de 134.
El resto de meses del año 1885, se desglosa con los siguientes datos de defunciones (sin entrar aún en los datos específicos de muertes por cólera):

Enero: 9
Febrero: 12
Marzo: 10
Abril: 9
Mayo: 3
Junio: 6
Julio: 16 (de los que 10 fallecidos, están concentrados en los tres últimos días del mes)
Agosto: 134 
Septiembre: 23
Octubre: 13
Noviembre: 5
Diciembre: 19

Con esta estadística general, queda más que claro que el cólera hizo estragos especialmente desde finales de julio, absolutamente todo el mes de agosto, en el cual todos los días morían una media de entre 5 ó 7 vecinos, y también, aunque ya en menor medida, durante septiembre.

jueves, 26 de abril de 2012

El puente sobre el río Algodor.


Todos hemos pasado por él, ya sea para ir a Toledo o para alguna Romería del Cristo del Valle, aunque desde hace casi 20 años ha caído en el olvido. Se trata del puente sobre el río Algodor, cuya historia os voy a tratar de contar. (En la foto de la izquierda, un "Rubicar" pasando sobre él, en los años 80).
Para ello hace ya bastante tiempo que me puse en contacto con Jose Antonio Fraguas Díaz, que en 2006 escribió un interesantísimo reportaje publicado en el libro de las ferias y fiestas de aquel año, con muchísimos detalles y toda la historia de su construcción, y que a continuación rescato:

Lo que no publicó por aquel entonces fueron los planos originales de aquel antiguo puente, previo al de hierro que todos hemos conocido; él mismo se encargó de guardar una copia proveniente del Archivo General de la Administración (AGA), situado en Alcalá de Henares, y ahora todos nos podemos hacer una idea de cómo era, también con la colaboración de Ana Casas, en el tratamiento de la imagen panorámica:



Os dejo tres detalles de los planos, para verlo y leer la leyenda con mayor nitidez. Firmado por el ingeniero D. Rafael Monares en 1868.


Aquel puente, como Jose Antonio nos explica en su magnífica crónica, duró apenas 6 años, pues en una fortísima tormenta, que causó centenares de víctimas (359) en Consuegra, el 11 de septiembre de 1891, aquella construcción cedió, derrumbándose por completo.
Hubo otra gran inundación en Tembleque y alrededores, el 14 de septiembre de 1893, un par de años después, que causó 43 víctimas mortales en los silos de Villacañas. Sobre ambas tragedias ya escribí sendos reportajes en VDT, cuyos enlace tenéis en cada fecha, por no volver a extenderme más.

De aquella última inundación, la de 1893, se escribe precisamente alguna crónica en los diarios de la época, como en esta de "El Liberal", fechada el 17 de septiembre de 1893, donde se nos narra un penoso viaje desde Toledo hasta Villacañas, pasando lógicamente por Tembleque, explicándonos que a la altura del río Algodor se encuentran las ruinas de un antiguo puente que cedió en la inundación de 1891, y que aún no se ha repuesto, con las tremendas dificultadas para atravesar la zona. Os dejo un breve extracto de aquella crónica. Se trataba de las ruinas del puente cuyos planos originales os he mostrado en este artículo.


El puente de hierro que todos hemos conocido se levantó a partir de 1900, con muchos años de retraso respecto al derrumbe del anterior. Fue utilizado por todos los que pasaban por la carretera CM410 (la carretera de Mora); debido a su estrechez, era obligatorio el paso alterno de vehículos, pues no cabían dos a la vez; si mal no recuerdo, tenían preferencia los vehículos que iban en sentido Tembleque, teniendo que detenerse los coches que salían hacia Toledo, si acaso coincidían en el famoso puente de hierro. Esto fue así hasta 1993, momento en que se contruyó un puente paralelo, el actual, a muy pocos metros del antiguo, que ha quedado semioculto por los matorrales y en completo desuso. Tan sólo los peregrinos que hacen el camino a Santiago pasan por él. He añadido más fotos al álbum, con las marcas típicas del camino de Santiago, concretamente el Camino de Santiago de Levante GR 239. 
En 1993 se asfaltó y remodeló toda la carretera, desviándola también en la zona del castillo de Mora, por facilitar los viajes hacia Toledo.  Hermosa obra de calderería, según palabras del propio Jose Antonio Fraguas. En el año 2000 se pintó íntegramente en rojo, y así continúa en la actualidad.
Existía el rumor (revisar edición posterior de este mismo reportaje) de que el ingeniero de este formidable puente había sido Gustave Eiffel, el mismo de la famosa torre en París que lleva su nombre. Este importantísimo dato prácticamente se puede confirmar, pues nuestro paisano y seguidor del blog Ángel López asegura haber visto una placa incrustada a la entrada del puente, confirmando que dicha estructura fue obra de Gustave Eiffel. Dicha placa, algo más pequeña que una matrícula de coche, y posiblemente hecha en bronce, desapareció hace muchos años; seguramente alguien la sustrajo. Puesto de nuevo en contacto con Jose Antonio Fraguas, que también sabía del rumor, nos hemos comprometido a recuperar los planos de este último puente, que casi con toda seguridad tiene su ubicación localizada, para confirmar al 100 % este dato. De conseguirlo, lo dejaría plasmado en una segunda entrega de este reportaje. Según Ángel López, este es motivo principal por el que dicho puente, aunque en desuso, sigue en pie.
Buscando en internet información sobre Eiffel, aunque no he encontrado nada relativo a este puente concreto, sí se explica que tras la construcción de la famosa torre Eiffel, él y su equipo diseñaron multitud de puentes y viaductos tanto en España como en otros países, especialmente dirigidos al tráfico de ferrocarriles y carruajes, como debió ser nuestro puente.
No obstante, me veo en la obligación de editar este reportaje en marzo de 2019, con nuevos e importantísimos datos sobre la construcción de este puente de hierro:
A principios del año 2019, un lector de este reportaje, llamado Roberto Félix, nos indicó en un comentario que este puente no es obra de Eiffel, sino de la empresa asturiana Duro-Felguera.
Ante este nuevo comentario, decidí investigar para intentar averiguar si era cierta esta afirmación. Parece ser que así es, a pesar de no poner en duda que nuestro vecino Ángel vio (y mantiene) esa placa con el nombre de Eiffel, la construcción, ahora sí, podemos afirmar que pertenece a esta empresa asturiana, Duro-Felguera.
Aunque en un principio un servidor desconocía la existencia de esta empresa, rápidamente pude localizarla por internet, y comprobar que es una importantísima empresa de siderurgia que cotiza en bolsa, y que lleva tres siglos funcionando en nuestro país, (XIX, XX, y XXI) desde que se fundó en 1858, por Pedro Duro Benito.
Les mandé un email a su sección de contacto, explicándole mis dudas sobre la construcción de este puente sobre el Río Algodor.
Al cabo de unos pocos días, muy amablemente se puso en contacto conmigo Pelayo Canga, del departamento de comunicación e imagen de la empresa, y estuvimos hablando sobre el tema largo y tendido. Tras consultar en su amplio archivo documental, lograron encontrar los planos originales de este puente de hierro, y confirmar que fue una construcción de Duro-Felguera, a pesar de no encontrar el año exacto de este proyecto.
Los planos son los siguientes (los añado al álbum online), en cuya leyenda dice:
"PROYECTO DE UN PUENTE METÁLICO DE DOS TRAMOS CONTÍNUOS DE 25m DE LUZ SOBRE EL RÍO ALGODOR EN LA CARRETERA DE ORGAZ A HORCAJO."


Me puse en contacto nuevamente con José Antonio Fraguas, para contarle este giro en la investigación, y recordando, me comentó que cuando hizo las fotografías publicadas en este artículo, le sonaba que en alguna zona del puente había una inscripción.
Iniciales encontradas SDF
Así que recientemente, me pasé de nuevo por el famoso puente, para una inspección ocular más minuciosa, y pude comprobar que en algunos tramos, bajo el perfil superior, efectivamente, se encontraban grabadas las siglas "S D F", junto a los remaches, que según Fraguas, podrían ser "Siderurgia Duro Felguera", y posteriormente, la empresa me confirmó que eran "Sociedad Duro Felguera", pues a lo largo de la historia, se han utilizado varias siglas para denominar a la empresa Duro Felguera.
Puente de Consuegra. 1905
Estuve también en contacto con el historiador Consaburense Pepe García Cano, pues tras este giro, cabía la posibilidad de que esta empresa también hiciera los puentes de hierro de Consuegra, pues se construyeron por las mismas fechas, tras la inundación de 1891, (adjunto fotografía de 1905, facilitada por Pepe García Cano), aunque finalmente, Duro Felguera no encontró documentación al respecto de los puentes de Consuegra, aunque por las pistas, pudiera ser de otra gran empresa, también asturiana, de Mieres, ya desaparecida.
En cuanto a Duro-Felguera, os extraigo un documento, facilitado muy amablemente desde su departamento de comunicación e imagen, y que podéis leer a través de este enlace de issuu.com.
También os añado unas fotografías de distintas publicaciones de otros puentes similares construidos por esta misma empresa, en Talavera de la Reina, o Alcoy, en 1908, fechas muy cercanas a las del puente sobre el Río Algodor, que debió ser a principios del siglo XX.
En la empresa Duro Felguera, no les consta ningún tipo de colaboración con Gustave Eiffel, aunque en algunas publicaciones de la época, se comentaba la similitud de algunas de sus construcciones. Pudiera ser esta una referencia de lo que vio nuestro vecino Ángel en aquella desaparecida placa donde venía el nombre de Eiffel, pero no lo podemos asegurar.
De momento, esto es todo lo que os puedo contar, que no es poco, ya que al fin hemos logrado dar con los planos originales del puente de hierro, así como su procedencia, la empresa de siderurgia asturiana Duro-Felguera.


Así pues, espero que este reportaje os haya despertado la nostalgia, y la próxima vez que paséis por la zona, prestéis más atención a ese gran testigo inmóvil de nuestra historia, con incontables viajes a Toledo y al valle que habremos protagonizado gracias a él; inmortalizado además por google maps, (imagen de la derecha).
Os dejo con un álbum fotográfico (enlace a través de Google Photos), con imágenes del año pasado y otras de 2001, con el puente de hierro prácticamente recién pintado, además de otras instantáneas analógicas de los años 80, cortesía de nuestro protagonista. También añado las fotografías y planos añadidos en posteriores ediciones de este reportaje.
Edito nuevamente este reportaje, en abril de 2020, para añadir el enlace a un formidable artículo publicado en el blog de Roberto Félix, con más datos sobre este puente, incluyendo una excepcional fotografía de época, (que añado en la parte inferior) con dos personas posando en el exterior del puente, fechas del proyecto, construcción, etc, también con mención a un servidor y a José Antonio Fraguas. En realidad, la colaboración entre todos es lo que ha hecho posible la elaboración de toda esta información. 
Mi agradecimiento en este reportaje va en exclusiva a Jose Antonio Fraguas Díaz, por su gran colaboración y facilidad a la hora de recuperar el material gráfico de este artículo, y también a la empresa asturiana Duro-Felguera, por las gestiones realizadas para conseguir los planos originales del puente de hierro y demás información al respecto, y cómo no, a Roberto Félix, por la colaboración y la aportación del resto de datos que nos faltaba para culminar este reportaje.