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martes, 14 de enero de 2025

El Dr. Enrique García de Ancos, Hijo Adoptivo de Tembleque en 1917.

Nueva cita con la historia de nuestro pueblo, en este caso, a modo de homenaje póstumo, para presentaros al que creo que ha sido el único Hijo Adoptivo que ha tenido Tembleque de manera oficial, Don Enrique García de Ancos, en el año 1917.
Don Enrique García de Ancos
, fue médico titular de Tembleque, entre los años 1879 y 1887.
 Natural de Madrid, nacido el 30 de marzo de 1855, y falleció en Bilbao el 22 de diciembre de 1928según esta fuente y las esquelas de los periódicos de la época, donde comprobamos que era viudo de Dña Dolores Mantilla de los Ríos, y tuvo dos hijos, Ignacio y Mª Dolores. También tenía dos hermanas, Jesusa y Carmen.
Sus abuelos, eran naturales de la vecina localidad de Ocaña.
Este ilustre personaje, en menos de una década que fue el tiempo que estuvo en nuestro pueblo, sin duda alguna dejó profunda huella marcada en el vecindario de Tembleque, no sólo por su trato afable con todos los vecinos y sus conocimientos médicos, sino también, entre otros muchos aspectos, por su profunda carrera profesional, plagada de importantes títulos en el ámbito médico y científico, como se explica en el acta oficial donde se le nombró Hijo Adoptivo de Tembleque, que compartiremos de manera íntegra en este reportaje.
El Dr. Enrique García de Ancos, facultado por Medicina y Cirujía en la Universidad de Madrid, en 1879, aceptó Tembleque como su primer destino para ejercer su carrera profesional, donde fue nombrado Médico Titular Interino el 5 de septiembre de 1880
Apenas un par de años más tarde, en 1882, cooperó en la fundación de un colegio de 2ª Enseñanza, domiciliado en nuestro pueblo, del que fue director, además de impartir las asignaturas de Historia de España y Universal, Francés, Aritmética y Álgebra.
Sin duda alguna, su etapa más intensa en nuestro pueblo, fue durante el verano de 1885, donde Tembleque sufrió los estragos de la epidemia del cólera (véase este artículo del blog). Don Enrique, junto con su otro compañero médico, Don Burgundofero García Ortiz (que en 1892 optaría a una plaza de médico en la Protectora de Mora y ya antes, en 1876 había escrito un trabajo titulado "Influencia de los climas sobre el calor animal"), asistió a cientos de vecinos, tanto de Tembleque como de otros pueblos de alrededor, en aquellos días de terror. Llegaron ambos a realizar hasta 200 visitas diarias, algo que le pasó factura también en la salud, aunque sin embargo, fue el único médico titular de Tembleque que no se contagió por aquel cólera. En 1886, recibió una recompensa honorífica por los servicios prestados durante la epidemia colérica, así como por las acertadas y posteriores medidas sanitarias que ofreció para futuras epidemias. 
En 1887, por razones de salud, y muy a su pesar, tuvo que renunciar a su plaza en Tembleque para desplazarse a Mocejón, donde estuvo ejerciendo durante un año.
En 1888, se le adjudicó, con el número 1 de los opositores, su plaza en el Hospital de Bilbao, (foto adjunta, cortesía del historiador José García Cano), donde culminaría su carrera profesional, escalando puestos y recibiendo numerosos títulos y cargos, que están reflejados en el acta de nombramiento de Hijo Adoptivo de Tembleque en 1917. 
De hecho, sería un año más tarde de este nombramiento, cuando jugaría también un papel fundamental en la epidemia de la Gripe Española, en 1918, aunque en este caso, todos sus servicios los hizo en Bilbao, donde aparte de seguir ejerciendo, también dio varias conferencias y escribió otros tantos artículos científicos.
En su estancia en Bilbao, prestó especial anterior a la mortalidad infantil y publicó un trabajo monográfico sobre el tema. Sucedió a Gorostiza como decano del Cuerpo Médico Municipal en 1916 y dirigió el Cuerpo Médico Municipal durante la pandemia gripal del año 1918. Fue miembro de la comisión organizadora de la Academia de Ciencias Médicas y autor de varias obras de divulgación.
Además, según se lee en este otro artículo dedicado al deporte en Bilbao, se hace referencia a su trabajo en la divulgación sobre las ventajas de las prácticas deportivas de masa:
  Enrique García de Ancos se estableció en Bilbao cuando contaba 33 años. era médico de puertas del Hospital de Atxuri, obtubo la plaza el 1 de septiembre de 1888. En 1890 tuvo una plaza de Médico Inspector de Escuelas y Cadáveres. El 23 de enero de 1890. Fue médico de Higiene Especial y participó en conferencias en el Club Deportivo de Bilbao, que tenían como objeto explicar las ventajas y virtudes de la práctica deportiva en aquellos inicios de la práctica deportiva de masas. 
Una última nota de prensa de su estancia en Bilbao, antes de continuar con su acta de nombramiento de Hijo Adoptivo en Tembleque. Para ello, os invito a leer el artículo titulado: "Polémica entre el Filósofo Guiard y el médico Doctor García de Ancos, sobre la voluntad humana". donde nos explican el rifi-rafe que tuvieron ambos personajes por estar en desacuerdo, durante una conferencia del filósofo, en 1889, que se trasladó durante varias semanas a la prensa local. 
Os dejo una captura de imagen del artículo completo, al cual podéis acceder desde este enlace, dentro del blog de https://ianasagasti.blogs.com/mi_blog/.
En 1903 escribió un libro sobre la mortalidad infantil, titulado: "Algunas consideraciones sobre la mortalidad infantil : memoria presentada al XIV Congreso Internacional de Medicina".
Ya en 1919, tras la epidemia de la Gripe Española, y siendo ya Hijo Adoptivo de Tembleque, escribió otro libro recopilatorio titulado "Conferencias y artículos. Por el Doctor Enrique García de Ancos".
Tras consultar con varias librerías de viejo en Bilbao, así como la biblioteca Nacional, la de Tembleque y la de Castilla-La Macha, me explicaron que existen únicamente dos copias de dicho libro (que tiene 415 páginas); una está en la biblioteca de Bonn, y otra en la Biblioteca de Deusto, en Bilbao, aunque en ambos casos están sin digitalizar y no son ejemplares prestables, tal y como me informaron desde Bilbao. Adjunto foto de la portada del libro.
No obstante, no cesé en mi empeño, y pude contactar con el Museo Vasco de Historia de la Medicina, de Bilbao, donde su administradora y responsable, Begoña Madarieta, y el médico del Ayuntamiento de Bilbao, Juan Gondra, me atendieron vía telefónica muy amablemente y estuvimos compartiendo información sobre el doctor Enrique García de Ancos, ya que, casualidades de la vida, precisamente Begoña estaba preparando una tesis doctoral sobre las médicos de Bilbao, y le era de gran interés saber más aspectos sobre Enrique García de Ancos. Ella misma guarda un ejemplar físico de su libro "Conferencias y artículos" junto con otro libro del mismo autor, y como muestra, me envió algunas páginas digitalizadas, que compartiré en este artículo, además de su propia tesis doctoral, titulada "La salud escolar. Génesis y evolución de la Inspección médica escolar en Bilbao y biografías de los jefes médicos (1919-1982)". Además, Begoña presentó su tesis en julio de 2023, con la nota más alta, sobresaliente cumlaudem. Se puede acceder y descargar su tesis desde este enlace de la Fundación Dialnet,
Por su parte, el doctor e historiador Juan Gondra, también muy interesado en saber algo más sobre Enrique García de Ancos, me comentó que hace unos años, incluso visitó a propósito nuestro pueblo, Tembleque, sabiendo que el Dr. García de Ancos había estado allí ejerciendo a finales del siglo XIX. Ellos desconocían que años después, fue nombrado Hijo Adoptivo de Tembleque, por lo que el intercambio de información fue muy gratificante tanto para ellos como para un servidor, todo en beneficio de saber algo más sobre la historia de esta importante persona.
Aquí os dejo, en formato pdf, un extracto de las primeras páginas y el índice del libro "Conferencias y artículos", del Dr. Enrique García de Ancos, facilitado por Begoña Madarieta:
Ahora que hemos conocido más sobre la vida y obra de Don Enrique García de Ancos, entramos de lleno a su nombramiento como Hijo Adoptivo de Tembleque
Tras 30 años fuera de nuestro pueblo, Don Enrique volvió a Tembleque unos días durante el verano de 1917, y pudo reencontrarse con sus vecinos y amigos. Tanto caló esa agradable visita, que el alcalde de Tembleque en aquella época, Don José Rincón Molina, propuso al resto de concejales: Víctor Ariza Caro, Dionisio Lillo Osuna, Lorenzo Chozas Muñoz, Manuel Muñoz Álvarez, Jerónimo Vizcaíno Ocaña, Luis Bautista Matilla, Fausto Lozano Álamo, Hermenegildo García Rabadán, Marto Muñoz Valera y Samuel Molina Sierra, nombrarle Hijo Adoptivo, y para ello, convocó una sesión extraordinaria, con fecha 22 de noviembre de 1917, donde se expuso ampliamente los motivos por los que debería ser nombrado digno de tan alto reconocimiento. Dice textualmente así:

En la Villa de Tembleque a veinte y dos de Noviembre de mil novecientos diez y siete.
 A las once de la mañana y bajo la Presidencia del Sr Alcalde D. José Rincón y Molina, se reunieron en el salón de sesiones de la Casa Consistorial los Sres. expresados al margen, con asistencia de mí, el secretario, para celebrar la sesión extraordinaria para hoy convocada. 
Diose lectura a la papeleta de convocatoria, en la que se consigna que el objeto de la sesión, era dar cuenta de una visita dedicada a este vecindario, por el médico Titular que fue de esta villa, D. Enrique García de Ancos, y en ella acordar lo que proceda que rebela grandes afecciones a cita población.
 Acto continuo, el Sr. Presidente declaró abierta la sesión y dijo:

 Tengo la satisfacción de comunicarles que en los últimos días de septiembre, hemos tenido en esta población a Don Enrique García de Ancos, médico que fue de esta villa en los años 1879 al 1887. En la actualidad desempeña en la invicta villa de Bilbao, entre otros, los cargos de Inspector Municipal de la tercera sección Jefe de la Inspección escolar, Médico civil propietario de la Comisión Mixta de Reclutamiento, Contador del Colegio Médico provincial y Director del Boletín de Estadística de aquella población, es, decano del Cuerpo Médico Municipal y Jefe del mismo, que es el más alto empleo que en la esfera municipal cabe alcanzar, pues lleva consigo la dirección de todos los asuntos sanitarios del municipio. 
Difícil sería, referirles, el afecto que con su peculiar afabilidad demostró para todos, al honrar mi casa, visitándome en concepto oficial y saludando por mi conducto, a la Corporación Municipal como representante de su vecindario, del que conserva gratísimos recuerdos, por las muchas consideraciones y deferencias de que fue objeto en los años que convivió entre nosotros ejerciendo su profesión y que su reconocida modestia juzga excesivas. Hoy, después de treinta años de ausencia ha tenido una verdadera satisfacción al venir de exprofeso a saludarnos, ofreciéndose incondicionalmente en lo que pueda ser útil al vecindario en general.
 Al acompañarle, en su corta permanencia entre nosotros, observé la cariñosa acogida que todos le han dispensado, por lo que creí conveniente, correspondiendo a las espontáneas y recíprocas manifestaciones de afecto, convocarles a la sesión extraordinaria y comunicarles con mayor solemnidad el saludo, que por conducto de la Corporación Municipal dirige al vecindario. 
Alguno de vosotros Señores Concejales por vuestra edad pudierais mejor que yo, hacer exactas referencias del concepto profesional que mereció de este vecindario y de las cualidades personales que siempre han adornado a Don Enrique García de Ancos; pues yo, joven aún en la época de su convivencia en la población, someramente podré reflejar los motivos que le hicieron acreedor del aprecio de todos. 
A Don Enrique García de Ancos, facultado en 1879 por la Universidad de Madrid, para ejercitar la Medicina y Cirugía, se le ofreció campo donde poder desarrollar su vida profesional y ansioso de practicar la carrera que con tanto lucimiento había ultimado, aceptó la venida a este pueblo a ejercerla libremente, muy pronto, reveló sus aptitudes científicas y excelente dotes de caballero que le crearon ambiente muy favorable, y en 15 de junio de 1880 por renuncia de D. José Alonso Rodríguez, la Junta Municipal, presidida por Don Agustín de Torres Sánchez, por unanimidad, le nombró Médico Titular interino de este Municipio, y previa la tramitación legal, en cinco de septiembre del mismo año, la misma Junta, y también por unanimidad le otorgó nombramiento en propiedad de la Titular que interinamente desempeñaba.
 En septiembre del año 1882, familiarizado aún con los estudios de la juventud y entusiasta por la difusión de la cultura, cooperó con otros señores a la fundación de un colegio de 2ª enseñanza, domiciliado en esta población del que fue director y encargado de la explicación de las asignaturas, Historia de España y Universal, Francés, Aritmética y Álgebra. Colegio que obtuvo lucida matrícula de este y otros pueblos inmediatos, y como incorporado al Instituto de nuestra Imperial ciudad de Toledo, una Comisión del Claustro de profesores de este, se personaba en el colegio para examinar a los alumnos que obtuvieron brillantísimas calificaciones.
 Las infinitas significaciones de probidad del Sr García de Ancos, las coronó con sus extraordinarios servicios en el año 1885, que la epidemia colérica invadió con efectos fulminantes la población, produciendo con sus fatales consecuencia días de terror en el vecindario; más que nunca, por circunstancias tan tristes se demandaba por todos el auxilio de la medicina, y Don Enrique García de Ancos, desechando todo peligro, jamás claudicó en el cumplimiento de su deber y con la abnegación propia de un hombre entregado a la ciencia y de nobles sentimientos humanitarios, no vaciló un momento en hacer todas las asistencias que le fueron solicitadas, llegando a ser tantas que dada la irregular topografía de la población, le faltaba tiempo material para su recorrido, trabajo tan excesivo que resintió sus fuerzas físicas hasta ser necesario proveerle de un vehículo y conductor permanentes, para que a la vez de producirle algún reposo, le sirviera de medio más rápido para atender a los coléricos
Encomiando su infatigable constancia en todas las necesidades de la epidemia colérica el Ayuntamiento presidido por D. Manuel Ramírez, en 21 de julio de 1886, acordó proponer al Gobierno de S. M, concediera a D. Enrique García de Ancos, alguna recompensa honorífica por sus relevantes servicios, no sólo en tiempo de la epidemia, sino después, por las acertadas medidas sanitarias que propuso a este Ayuntamiento en evitación de nuevas propagaciones
El B.O del Ministerio de Gobernación de 10 de febrero de 1887, se concedió por el Iltmo. Sr Director General de Beneficencia y Sanidad, ingreso en la Orden Civil de Beneficencia con la Cruz de segunda clase al Médico Titular de Tembleque D. Enrique García de Ancos
En 21 de julio del mismo año, razones de salud, le obligaron a renunciar su titular, y con gran sentimiento de todos, marchó a desempeñar la del pueblo de esta provincia Mocejón de la Sagra, hasta que en 1888, se le adjudicó con el número uno de los opositores, la plaza de Médico del Hospital Civil de Bilbao. En 1891 fue Médico de la Higiene Especial de la invicta Villa antes citada y de Distrito de la Capital hasta 1902, que ascendió a Inspector de Salubridad y Jefe del Cuerpo Médico municipal. Es Doctor en Medicina y Cirugía, fue delegado y representante oficial del Excmo. Ayuntamiento de Bilbao, en el Congreso Médico Internacional celebrado en Madrid en 1903, donde presentó memorias y trabajos que se hicieron constar en sus actas, es autor de publicaciones con informe oficial emitido por la Real Academia de Medicina de Valladolid y nombrado Académico correspondiente; ha sido vocal de un Jurado nombrado por el Excmo. Ayuntamiento de Bilbao para informes de proyectos de esterilización y ozonización de las aguas potables, vocal de la Comisión redactora de las actuales ordenanzas municipales de Bilbao y del proyecto de Mancomunidad de Ayuntamientos de la provincia, ha sido Subdelegado del Distrito del Ensanche de la Capital; vocal tres veces, dos de ellas de Real Orden de la Junta provincial de Vizcaya y comisión permanente, perteneciendo en la actualidad, con derecho por este motivo a honores de Jefe Superior de Administración Civil. 
Concediéndosele por B.O de 12 de julio de 1913, por cuenta de la Cruz que ostentaba de Beneficencia por la de Epidemias con distintivos morado y negro
Por lo que antecede habréis observado Señores Concejales, que el Doctor García de Ancos que tan alta personalidad ha llegado a alcanzar, nació a su vida profesional en esta Villa, prestó en ella eminentes servicios, y de ella conserva tales afecciones que hacen que este pueblo constituya para él, el de su segunda naturaleza, nunca pues más indicada que en este caso, la declaración de hijo adoptivo de esta población que os propongo hagáis, seguros de que el honrar con ella a tan eminente médico, interpretaremos vivamente el sentimiento unánime de este pueblo que se honra en adoptarle, pues nunca se eleva más el nivel moral de un pueblo que cuando reconoce y se enorgullece con los méritos de sus hijos ilustres, e hijo ilustre de este pueblo podemos y debemos considerar al Doctor Don Enrique García de Ancos.
Oído lo manifestado por la Presidencia y Contemporáneos del Sr García de Ancos en su estancia en la población hicieron uso de la palabra los Concejales Sres. Lillo, Muñoz-Valera, Vizcaíno, Ariza y García Norro. 
Todos en sus referencias, elogiaron altamente su personalidad y el Ayuntamiento en pleno, corroborando las manifestaciones de la Presidencia, hace suya la proposición y acuerda por unanimidad en atención a sus grandes méritos declarar hijo adoptivo de esta Villa a D. Enrique García de Ancos, y que por la Alcaldía se le otorgue su correspondiente nombramiento y se le facilite certificación de la presente acta. 
El Sr. Alcalde declaró su satisfacción por el acto que realizaba el Ayuntamiento, con el que ponía de relieve su cultura y los gratos recuerdos de una persona que en una época de su vida se esforzó en bien de este vecindario.

Este nombramiento, tuvo su correspondiente respuesta desde Bilbao, por parte de Don Enrique, y también quedó reflejada en el acta de la sesión plenaria con fecha 3 de abril de 1918. En esa ocasión, el alcalde accidental era Don Dionisio Lillo Osuna, y los concejales: Juan José Toribio Mora, Fausto Lozano Álamo, Gerónimo Vizcaíno Ocaña, Federico Mercado Pérez y Hermenegildo García Rabadán. Con las siguientes palabras, Don Enrique agradeció su nombramiento a la Corporación y todo el pueblo de Tembleque, recordando algunos de los momentos vividos en nuestro pueblo, con especial atención a la mencionada epidemia del Cólera de 1885:

Hondamente conmovido por la honrosa distinción que se ha dignado otorgarme ese ilustre Ayuntamiento de su digna Presidencia, confiriéndome el título de hijo adoptivo de esta Villa, correspondiendo así con exquisita cortesía al verdadero afecto que les profeso, tomo la pluma para dirigir a la Corporación Municipal por intermedio de su Presidente, mi más respetuoso y rendido homenaje de gratitud, sin encontrar, a la verdad, palabras adecuadas para verificarlo de una manera digna por revelar acto tan delicado y simpático como el que motiva esta comunicación, un alto ejemplo de verdadero civismo y de elevadas dotes de inteligencia y nobleza de sentimiento poco comunes desgraciadamente en España, cuyos pueblos, aún los más señalados por su cultura suelen olvidar casi siempre, cuando no menospreciar, los buenos servicios y las pruebas de cariño y de abnegado trabajo que les dieran sus funcionarios o servidores en épocas aciagas o difíciles para el vecindario.= 
Ante todo he de hacer constar que recibo este nombramiento y lo estimo cual merece, y quisiera poderme hacer digno de tan preciado honor, por su significación singular y extraordinaria, siendo como es a mi juicio producto de la benevolencia de un noble pueblo, más que de la verdadera justicia, pues, aunque entusiastas y numerosos, y no exentos de peligro, no fueron sin embargo mis esfuerzos y servicios de antaño, tan relevantes como el premio que ahora con excesiva largueza me conceden al recordarlos.= Valga no obstante como último y complementaria justificación de esta recompensa, mi expresivo saludo hecho personalmente el pasado verano, con una visita realizada como tributo de acendrada simpatía y gratitud al mismo. 
Nada hay ciertamente, que enlace y aúne mejor los corazones de un vecindario, que la tribulación y la adversidad, y no hubo época para ese pueblo, en muchos años más luctuosa, que aquel verano de 1885 de triste recuerdo, en el que todos los vecinos rivalizaron en abnegación y espíritu de sacrificio por servir y atender al procomún, poniendo a mi disposición a todas horas como único médico de los titulares que se conservó indemne de la epidemia, cuantos medios estuvieron a su alcance para socorrer pronta y eficazmente a la población invadida que perdió, asistida por el que suscribe, más de 150 habitantes en el espacio de poco más de un mes, sembrando el pánico esta mortandad entre todos los vecinos.
En aquellos días los que no huyeron de Tembleque, que los hubo que volvieron la espalda al peligro, olvidando así todos los deberes de ciudadanía, confraternizaron más estrechamente, afrontándolos, y esos vecinos decididos, que permanecieron unidos y lucharon firmes, crearon sin darse cuenta esos lazos, en los que tuve gran parte, de más íntima e inolvidable amistad, que en un principio no se estiman bastante tal vez porque no se perciben ni sienten con claridad sus manifestaciones hasta que para el tiempo y algún acontecimiento nuevo o especial los renueva, reviviendo entonces más potentes como reviven los recuerdos de las campañas contadas entre antiguos camaradas al conmemorar tristes o felices aniversarios, o en los alegres momentos del banquete iniciado para festejar fechas memorables, apretándose entonces más y más entre los comensales aquel vínculo de perdurable cariño. 
Así considero yo ahora después de este inmerecido nombramiento, más vivo el afecto a tanto antiguo y malogrado amigo que yace ya en tierra vencido por las cruentas luchas de la vida, a las que en este solemne instante debo dedicar con efusión un entrañable y triste recuerdo, y a tantos otros que aún viven por fortuna y que siguen luchando y esforzándose para hacer prosperar a ese bueno y querido pueblo, grande y rico en los tiempos de Cervantes, a cuyos supervivientes de 1885 dedico desde aquí también ahora un sentido y cariñoso saludo, lleno de la más viva emoción.
 Deseo pues, que conste en acta estos sentimientos míos con que de un modo mezquino y pobre puedo responder a la noble y generosa acción grabada en el acuerdo por el que se me confirió tan señalado honor, haciendo así mismo constar que si ese pueblo no me vio nacer en su recinto, es la tierra de mis mayores, pues de Ocaña eran mis abuelos y ascendientes por la línea paterna.= 
Esperando se dignará V. (usted) dar cuenta a la Corporación que preside de este escrito de gracias, cúmpleme ahora y siempre ponerme a disposición de la misma con filial complacencia, y para todo aquello que pueda considerarme útil.= Dios guarde a usted muchos años.=
 Bilbao, 4 de marzo de 1918.= Dr. Enrique García de Ancos. 

El Ayuntamiento quedó enterado por unanimidad del contenido de la misma y acordó así mismo se le dé cuenta por oficio al interesado Sr. García de Ancos.

Comparto a continuación algunos recortes de prensa y esquelas, facilitadas por Begoña Madarieta, extraída de la prensa de la época, como el Noticiario bilbaino o la Gaceta del Norte.
He comenzado este reportaje destacando que el Dr. Enrique García de Ancos había sido el único Hijo Adoptivo que ha tenido Tembleque, aunque esto tampoco es del todo cierto.
En realidad, hubo otro Hijo Adoptivo en Tembleque, aunque no lo considero por méritos que hizo en nuestro pueblo, sino más bien por mandato desde el Gobierno Central. Me explico:
El 27 de enero de 1926, fue nombrado Hijo Adoptivo de Tembleque al Excmo. D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, según se puede leer textualmente:
"El objeto de la sesión era tratar referente al nombramiento de Hijo Adoptivo de esta Villa al Excemo. Sr. D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, según deseos del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia.
Acto seguido fue leída una moción del Sr. Alcalde, en la que manifiesta: que entiende medio apropiado, para satisfacer la deuda de gratitud que este pueblo como todos, tienen contraída con el Excmo. General D. Miguel Primo de Rivera, que con patriotismo insuperable, viene desarrollando desde el Gobierno una labor tan fructífera y acertada, que no tardará mucho tiempo en ocupar nuestra querida patria merced a ella, el puesto de honor en el concierto del mundo que le corresponde por sus condiciones y su historia. El nombramiento de tan invicto Caudillo de hijo adoptivo y predilecto de esta Villa de Tembleque.
El Ayuntamiento por unanimidad, hallando fielmente interpretados sus deseos en la proposición del Sr. Alcalde, acordó aprobarlo y congratularse de un acuerdo tan honroso y de justicia, como así mismo que se libre certificación para su remisión al Excemo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia, quien a su vez, hará llegar a manos de su Excelencia."
27 de enero de 1926.
Acta original del 27 de enero de 1926, en el archivo antiguo del Ayuntamiento de Tembleque.
He querido dejar también esta última reseña, aunque creo que nada tiene que ver un nombramiento con el otro, ya que en el caso de Miguel Primo de Rivera, estuvo condicionado por los deseos del Gobernador Civil, algo que seguramente fue extensible a numerosos pueblos de España, y en el caso de Enrique García de Ancos, sí que fue por méritos propios ganados a pulso durante su estancia y labor desempañada en Tembleque, como he explicado en todo el reportaje.
Para finalizar, adjunto en formato pdf, las actas escaneadas de los libros originales del Ayuntamiento de Tembleque, que forma ya parte de nuestra historia local, así como su trascripción literal. Todo ello con acceso desde este enlace de Google Drive, con opción de descarga:

lunes, 5 de junio de 2023

Memoria sobre el paludismo en Tembleque a principios del siglo XX. Por el Dr. Julián García Suelto. "¡Horror dá pensarlo!"

A lo largo de la historia de Tembleque, al igual que en el resto de pueblos y ciudades, hemos sufrido distintas pandemias o epidemias, como podéis recordar en este mismo blog, como lo fue la epidemia de Tercianas, entre 1786 y 1802, la epidemia del Cólera, en 1885 o la Gripe Española, en 1918.
Dejando al margen la reciente pandemia del Coronavirus, que también tratamos en este blog a modo de diario, en el reportaje de hemeroteca de hoy, nos vamos a centrar en el paludismo que sufrimos en Tembleque a principios del siglo XX, de la mano de un excelente trabajo manuscrito por el médico de Tembleque en aquella época, el Dr. Julián García Suelto, natural de Cabañas de Yepes, aunque ejerció casi toda su vida en Tembleque, que tituló "Memoria sobre el paludismo en la villa de Tembleque".
Para ello, contamos con la inestimable colaboración de su nieta, Gloria García Suelto, que muy amablemente me invitó a su vivienda, una auténtica casa manchega del siglo XIX, casi palaciega, en el mismo centro de Tembleque, que la conserva a la perfección, manteniendo su amplio patio y zaguán, así como su cueva, o los corredores y estancias superiores, como lo eran las grandes casas de nuestro pueblo, de las que poco a poco cada vez van quedando menos.
Y es que la familia García Suelto, es una estirpe muy ligada al mundo de la medicina; tanto su abuelo, Julián García Suelto, como su tío o su padre, Francisco Barba y Medina y Juan Manuel García Suelto, fueron médicos en Tembleque.
Muy recordado es su padre, Don Juan Manuel, por haber atendido a varias generaciones de vecinos de Tembleque a lo largo del siglo XX.
En la casa de Gloria, se mantiene casi intacto el despacho de su padre y su abuelo, con el mismo mobiliario, libros, títulos, diplomas, fotografías familiares y un sinfín de recuerdos. En este artículo, además del manuscrito sobre el paludismo, compartiremos también fotografías tomadas durante aquella visita a la casa de la familia García Suelto.
Gloria recuerda perfectamente a su padre, Juan Manuel, pues ella de niña solía acompañarle, trabajando en alguna de las estancias de su vivienda, y atendiendo, por ejemplo, a numerosos heridos de los accidentes de tráfico, que a mediados del siglo XX eran demasiado habituales en la carretera de Andalucía a su paso por Tembleque. Todos los accidentes que ocurrían entre La Guardia y Madridejos, o al menos muchos de ellos, los atendía el médico Don Juan Manuel en su propia casa de Tembleque. Ha visto multitud de heridas de todas clases. Nos ahorraremos los detalles...
El médico Juan Manuel García Suelto, saludando
a la Reina Sofía, en una visita a Tembleque. 1976
El caso es que en su vivienda, conserva un libro familiar muy especial, manuscrito en parte por su abuelo, Julián García Suelto, a principios del siglo XX, aproximadamente en 1911 ó 1912, aunque también incluye otros muchos escritos, como luego os explicaré.
Se trató de un encargo que le hizo el Ayuntamiento, para explicar cómo nos afectó el paludismo en Tembleque, sus causas, su forma de combatirlo, y un largo etcétera, donde nos hacemos una idea muy aproximada de cómo se vivía en nuestro pueblo a principios del siglo XX, con los miedos que ocasionaba el posible contagio por malaria o paludismo, y que terminó con una frase muy ilustrativa que he destacado en el título del reportaje: "¡Horror dá pensarlo!". Luego os explicaré su contexto.
El paludismo, o malaria, es una enfermedad que se propaga a las personas a través de la picadura de un mosquito concreto, cuyos parásitos plasmodium originan la enfermedad, con fiebres altas que pueden llegar a ser mortales. Actualmente tiene tratamiento y en España está erradicada, pero hubo épocas, como las que vamos ahora a tratar, en que afectaba de una manera endémica, y Tembleque no fue una excepción.
En nuestro pueblo, especialmente en las épocas lluviosas, donde se formaba la laguna de la vega, que no dejan de ser aguas estancadas, es cuando más se atribuía a la proliferación de estos mosquitos, que traían la malaria. Ya desde antiguamente, se asociaba este fenómeno y otras enfermedades a las lagunas de Tembleque, con su agua estancada.
En algunas actas del Ayuntamiento de Tembleque de principios del siglo XX, ya se advertía de este problema:
El 17 de marzo de 1909, siendo alcalde Don Ricardo López Pintado, se podía leer estas dos notas al respecto:
… Circular del Gobierno Civil de Sanidad, (no sólo en Tembleque, sino en todos los pueblos de la zona) para que se hagan barracas de madera para aislar los primeros casos de cualquier enfermedad contagiosa que pudiere presentarse.
 El Sr. Presidente dio cuenta de las malas condiciones en que se encuentra la zanja de desagüe del camino de Toledo, que desemboca en el sitio denominado de la vega, en las cercanías de esta población, y que por efecto del estancamiento de aguas, en dicho sitio hay emanaciones que pueden producir paludismo o cualquier enfermedad contagiosa. El Ayuntamiento, comprendiendo la necesidad de hacer las obras necesarias para llevar a cabo el desagüe y no contando con fondos suficientes para atender a obra tan necesaria para la salud pública, acordó por unanimidad, solicitar a la Excma. Diputación Provincial que de la cantidad que tenga presupuestada para calamidades públicas, conceda a este Ayuntamiento si a bien lo tiene, la cantidad que crea conveniente.
Ese mismo año 1909, en junio, se hacía también alusión al mal estado de los pozos que abastecían agua a los vecinos:
…También dijo que los dueños de pozos abastecedores de agua, habían contestado a los oficios que se les dirigió para que pusieran en ellos bomba, y que era conveniente que pusieran filtros, que no tienen medios para implantar esas mejoras.
Zaguán de la casa familiar
Y es que en Tembleque, siempre nos hemos abastecido del agua de pozo para consumo humano, y antiguamente, eran muchos los pozos utilizados, unos con mejor calidad que otros, y desde luego, tal y como veremos en el trabajo del Dr. García Suelto, los pozos de Tembleque también pudieron ser una fuente muy importante de contagio de enfermedades, por el mal estado de sus aguas y sobre todo por la contaminación a la que estaban expuestos.
De hecho, a finales del siglo XIX, en Tembleque se decidió trasladar el Cementerio Municipal desde su ubicación original, junto a la ermita del Loreto, a la actual, tras la epidemia del Cólera de 1885, pues se pensaba que las miasmas de los difuntos en descomposición, podrían ser la causa de la contaminación de nuestros pozos, por la propagación de dichas miasmas a través de las aguas subterráneas del casco urbano.
Cántaros de agua para llenar de los pozos.
En Tembleque, casi todas las casas disponían de pozo para el uso diario
, aunque eran muy pocos los que tenían agua potable, por lo que había que cuidarlos estos últimos con mucho mimo, y eso no ocurría habitualmente, como veremos en el trabajo del doctor.
Los vecinos acudían con sus cántaros para llenar agua potable de estos pozos, cántaros como los de las fotografías adjuntas, por cortesía de nuestro paisano Antonio Lobo, que conserva estos ejemplares en cerámica.
Arrebañaderas.
También conserva otras piezas que se solían utilizar a menudo en los pozos de la época, como son estas arrebañaderas, que son unos ganchos que se utilizaban para recoger las cosas que podían caer al fondo del pozo, e incluso cuerpos, pues no eran extrañas por aquel entonces las muertes de animales o personas de todas las edades en los pozos, ya fuera por caídas accidentales o incluso por suicidios. En todos estos casos se utilizaban estas arrebañadoras o ganchos para recoger los cuerpos del fondo del pozo.

Seguramente por todas estas referencias, fue por lo que la Corporación Municipal de Tembleque encargó un amplio estudio al Dr. García Suelto, que había estado ejerciendo de Médico Titular, junto a sus compañeros Víctor Ortiz Villajos y Juan Manuel Carramolino, desde 1902 hasta finales de 1911, según se comprueba en actas de esos años. Y lo más probable, es que esta Memoria sobre el Paludismo, la escribiera El Dr. García Suelto al final de carrera y de su vida, cuando ya su salud empezaba a mermarse, entre 1911 y 1912, ya que en este trabajo, el propio Julián explica que lleva 10 años como médico en Tembleque.
Julián García Suelto.
Tras consultar el acta de defunción de Julián García Suelto, gracias a las gestiones con el personal del archivo del Ayuntamiento de Tembleque, comprobamos que Julián falleció muy joven, a los 48 años de edad, el día 12 de diciembre de 1912, a causa de una insuficiencia mitral, por problemas de corazón. Dejó viuda a su mujer, Amparo Melgar y Jiménez de Torres, y huérfanos de padre a sus tres hijos: Gloria, Filiberto y Juan Manuel.
De hecho, según me trasladó su nieta Gloria, fijaos hasta dónde llegaba el compromiso y la preocupación de Julián con la causa de la propagación de enfermedades, que incluso poco antes de morir, consciente él de que además de los problemas del corazón también padecía tuberculosis, pidió a sus familiares ser enterrado en una zona del cementerio concreta, donde el terreno era más húmedo, para que su descomposición fuera más rápida, y además, pidió que a su cadáver le echaran cal viva, con el propósito de que sus huesos, tras la descomposición, en definitiva sus miasmas, antes mencionadas,  no propagaran ninguna enfermedad a la población de Tembleque. Así se hizo, y de hecho, muchas décadas después, al hacer restos en su tumba, aparecieron sus restos aún con la protección de la cal. Todo un ejemplo de solidaridad y compromiso con sus vecinos de Tembleque, en vida y en muerte.
En el acta del 28 de junio de 1906 se explica la renovación de los contratos de estos tres médicos de Tembleque antes citados, Víctor Ortiz Villajos, Juan Manuel Carramolino y nuestro protagonista, Julián García Suelto, que transcribo para completar la información:

Se dio lectura al contrato celebrado el 1 de junio de 1902, donde se establece que el término del mismo es de 4 años, que terminarán el 30 de junio de 1906, y demás condiciones, entre ellas el que la asistencia médica a 200 familias pobres, como máxima, la desempeñarán los tres Médicos por la cantidad anual de 666 pesetas y 61 céntimos cada uno de ellos, distribuyéndose el número indicado de familias, equitativa o proporcionalmente entre los tres repetidos médicos. Después de hacer uso de la palabra varios concejales, se dio uso de palabra a los Sres Médicos, quienes manifestaron que estaban dispuestos a desempeñar el servicio de asistencia Médica, como Médicos Titulares, a familias pobres, en las mismas condiciones que se comunican en el contrato que se ha leído, y que concluye a fin de junio, y que en cuanto a término del nuevo contrato, no se comunique en él plazo ninguno, sino que se establezca como dispone la Instrucción de Beneficencia, que es por tiempo ilimitado, resultando de este modo, una economía para el Ayuntamiento, toda vez que de otra suerte, habría de establecer dos Médicos Titulares con 1500 pesetas anuales cada uno de ellos. Los manifestantes, atendiendo al estado del Municipio, aceptan gustosos el servicio de asistencia médica como médicos titulares en las condiciones expresadas. El Ayuntamiento por unanimidad, acordó aprobar la proposición hecha por los tres médicos, y que se formalicen los contratos en los términos mismos al contrato finalizado, con la única variación que en él se haga, que sea por tiempo ilimitado, en vez de cuatro años, que determina o señala el contrato de 1902… 

Y en otra acta del 15 de noviembre de 1911, se explica los motivos de su dimisión, por salud.

Comunicación presentada por el D. Julián García Suelto, en la que presenta su dimisión de Médico Titular de esta Villa, fundamentada en tener muy quebrantada su salud y por lo tanto no poder trabajar con el interés que siempre ha demostrado en el cumplimiento de su deber. El Ayuntamiento por unanimidad le admitió mencionada dimisión, quedando esta Corporación, satisfecha del celo e inteligencia con que ha desempeñado mencionada titularidad, por espacio de número de años de consideración, por los que ha atravesado epidemias de distintas clases y muy complicadas, en esta localidad. También se acordó por unanimidad, nombrar interinamente Médico Titular a D. Julio Villarrubia, en atención a que dicho cargo no puede estar vacante, por ser indispensable la asistencia médica para los pobres de solemnidad incluidos en la Beneficencia de esta Villa, acordando igualmente se comunique mencionada vacante en forma reglamentaria, para proveerla en propiedad, y la consignado en el presupuesto. 

Tras esta larga introducción, entramos de lleno en el manuscrito de Julián García Suelto, titulado "Memoria sobre el paludismo en la villa de Tembleque", dividido en varios capítulos.

Comienza con una introducción, donde explica los motivos por los que decidió aceptar este encargo por parte del Alcalde de Tembleque:

Cábeme la satisfacción de que el Sr. Alcalde de esta villa de Tembleque, por acuerdo de su Ayuntamiento me haya encargado el hacer la memoria o informe relativo al cuestionario formulado por la Dirección general de Sanidad en la Circular dirigida a los Sres. Gobernadores de Provincia, para el cumplimiento de la Ley de 30 de Enero último referente al paludismo: encargo que acepté gustoso aún cuando convencido que no lo desempañaría en consonancia con los adelantos que hoy registra la ciencia, por considerarme con pocas fuerzas para ello, y faltarme el tiempo para el estudio por atender a la enfermería, pero tratándose de asunto de tanta trascendencia, pues no es el paludismo una de las menores fuentes de la decadencia orgánica que tanto tratamos hoy de regenerar, por la miseria fisiológica a que conduce a los individuos afectos de tal dolencia, no he titubeado en aceptar, persuadido de que si no hago un informe minucioso por sus términos escogidos, será todo lo más práctico posible para los fines que se persiguen.
 Una vez entrado en materia, iré por orden contestando a las preguntas que en dicho cuestionario se hacen, y ante todo creo conveniente dar una ligera idea topográfica de esta facultad localidad de lo que puede tener relación con la Medicina.

A continuación, el doctor explica la situación topográfica tan peculiar de Tembleque, por las lagunas que la rodean en épocas de lluvias, tan cerca del casco urbano, y cuya lenta evaporación, al ser un suelo casi impermeable, sería la causa principal del desarrollo de la bacteria causante de la enfermedad:
Estando situado Tembleque en un hoyo y existiendo a su alrededor tres lagunas llamadas de la Vega, Villaverde y Serna, que únicamente embalsan agua cuando llueve mucho y torrencialmente como ocurre en las grandes tormentas. A una altura sobre el nivel del mar de 640 metros, siendo un suelo compuesto de los arrastres que conducen las aguas y por lo tanto de muchas substancias procedentes del reino vegetal; estando dos de dichas lagunas, lamiendo las tapias del pueblo y aún a veces penetrando en las calles e inundando las cuevas; siendo el subsuelo de las mencionadas lagunas impermeable por pertenecer al terciario lacustre; causas que hacen que estos depósitos se consuman por evaporación lenta y por lo tanto sea la causa más indicada para el desarrollo del Bacillus Malarie, pues al irse desecando lentamente van muriendo una infinidad de seres acuáticos que allí se habían desarrollado, y queda sobre la tierra inundada, una capa legamosa compacta que se puede extraer a grandes trozos a manera de mantos.

A continuación, en el segundo capítulo, dividido en 9 puntos, el doctor García Suelto nos explica las diferencias entre los vecinos que están permanentemente expuestos a estas humedades, que son los que viven en los márgenes del valle del Algodor, a los que únicamente están expuestos en épocas lluviosas, cuando se forman las tres lagunas. Algo extensible al resto de pueblos de los márgenes del río Tajo o demás ríos con agua.
En los siguientes puntos, el 2, 3 y 4, nos explica las épocas más propicias para el desarrollo de la enfermedad, así como los cultivos que más le afectan
 II 
 Punto 1º: Fuentes de paludismo en la villa de Tembleque; para contestar debidamente a este punto debemos dividirlo en dos preguntas: Fuentes continuas y fuentes intermitentes.
 Llamaré fuentes continuas a aquellas cuyos efectos se vienen manifestando sin interrupción sobre todo en los individuos dedicados a las labores agrícolas en el valle de este término municipal, llamado de Algodor por cruzarle el río de este nombre.
 Se entenderá por fuentes intermitentes a las lagunas ya mencionadas en la época de las grandes tormentas en que como dejo dicho se llenan de agua las concavidades naturales del terreno y al evaporarse originan el paludismo, no sirviendo precaverse la mayor parte de las veces pues con el mero hecho de salir de una habitación o abrir una ventana se nota la fetidez del olor desprendido de los miasmas palúdicos.
 Punto 2º: Regiones de la Provincia en que más daños produce el paludismo: difícil es contestar a esta pregunta a priori no habiendo recorrido la Provincia en su totalidad y siendo de bastante extensión, pero indudablemente: cruzándola en su mayor parte el río Tajo, en los pueblos situados en sus márgenes o cerca de él y sobre todo en los individuos destinados a los riegos es en quienes tal enfermedad se ceba preferentemente, habiendo ocasiones que se les conoce por su tinte marcado y característico. (Tocando en definitiva el solventar esta cuestión a la Junta Provincial de Sanidad, con los datos aportados por cada uno de los pueblos de la Provincia).
 Punto 3º: Épocas en que es mayor el desarrollo palúdico: En verano y otoño sin descartar del todo la primavera, especialmente el mes de mayo, máxime cuando se suceden los días húmedos y calurosos determinando una evaporación rápida.
 Punto 4º: Géneros de cultivo en las regiones más castigadas por el paludismo. El de huertas sobre todo en el valle del Algodor y Villaverde y en ellas se siembran y cultivan, patatas, zanahorias y otros hortalizas que por su riego intermitente favorecen el desarrollo del Hemabeva Lavevari; en las otras lagunas cuando están secas se siembran cereales. 

Destaco a continuación el punto número 5, por parecerme especialmente interesante, ya que se hace un alegato contra el mal estado de los pozos de Tembleque, donde según Julián, sus aguas están en peores condiciones que las de Marruecos, por la ausencia total de higiene. ("En esta población (Tembleque) la higiene es un mito") Denuncia no ya sólo a los numerosos carruajes que se aglomeran a llenar agua de los pozos, por el barrizal y lodazal que dejan, y que vuelve a filtrarse a esas mismas aguas subterráneas, ya que además no existía ningún alcantarillado ni desagüe. También destaca los numerosos estercoleros que se encuentran durante todo el verano en el casco urbano, por los mismos motivos, pues se filtran todas esas sustancias nocivas e infectadas (no dejan de ser excrementos de animales) a lo largo del verano al subsuelo de Tembleque, y en definitiva, al agua supuestamente potable de los pozos. Incluso propone como una posible solución, que todos estos estercoleros, al menos cada 8 días, se los llevaran al campo, fuera de la población, para mitigar sus efectos y olores nauseabundos por todo el pueblo, y quizás así erradicar esta enfermedad epidémica.

Punto 5º: Cauces o acequias destinados a riegos, empresas fabriles o industriales, su pendiente, máxima e influencia de ellas en la salud pública: No existe en este pueblo ninguno porque las huertas que hay se riegan con norias, extrayendo el agua de pozos. Y a propósito de esto he de manifestar que en este pueblo estamos en materia de aguas potables, en peores condiciones que lo puedan estar en el corazón del Imperio Marroquí; la higiene está aquí en mantillas por no decir que se desconoce en absoluto; se bebe el agua de pozos que no siendo en gran número se aglomeran a su alrededor en algunas horas del día tal número de carruajes y caballerías que se forma a sus inmediaciones un verdadero lodazal como pudiera haberle en cualquier camino de herradura, lo cual se filtra otra vez a los pozos siendo luego ingerido y ocasionando trastornos digestivos y del aparato urinario; así como no existiendo alcantarillado ni teniendo desagües las casas, puesto que en la mayoría de ellas, las aguas pluviales y arrastres naturales de limpieza, van a parar a especie de pozos negros (sumideros), por las corrientes subterráneas todos esos restos se ponen en comunicación con los pozos destinados a abrevaderos, a semejanza de lo que ocurre con los estercoleros que en este pueblo son bastantes profundos. Además como ya dejo dicho en esta población la higiene es un mito, pues se da el caso de que al llegar los últimos días del mes de agosto y todo septiembre, remueven estos haciendo grandes montones que a veces esperan largo tiempo en las calles antes de ser transportados al campo, ofreciendo un espectáculo desconsolador al transeúnte y lo que es más grave originando el desarrollo de la fiebre tifoidea bajo la forma epidémica.
 Dicha enfermedad epidémica podría hacerse desaparecer en opinión del que subscribe si cada ocho días se sacaran tales materias al campo lejos de la población. Y digo esto porque sin duda en los estercoleros es donde el Bacillus de Eberth propio de esta enfermedad tiene su apropiado medio de vida por las condiciones de calor y humedad que en ellos se encuentran.

En los últimos puntos de este capítulo II, el doctor García Suelto nos señala más datos sobre la forma de propagarse la enfermedad. Incide también en la ausencia total de árboles en Tembleque, (y que los pocos que hay, terminan destruyéndolos), explicando que si se plantaran unos millares de ecualiptos, es muy probable que se desterrase esta enfermedad.
También nos explica que la mortalidad no es muy alta, pero sí que provoca que se agraven otras muchas enfermedades, que literalmente "conducen a la mansión del descanso eterno" a muchos vecinos. También nos habla de los químicos (medicinas) utilizadas por él con los enfermos, con resultados satisfactorios.

 Punto 7º: (Nota del traductor: desconocemos si hubo un punto 6º, que no está descrito en el libro original, o el autor se saltó un número al escribir su texto). Vientos dominantes en las regiones en que tienen asiento los focos palúdicos: Los vientos más comunes en este pueblo son el del E. o solano en el verano, y en las demás épocas del año el N. N.O.. Estando situados los pantanos pluviales dos al E. y otro al NO., de aquí se deduce que según soplen los vientos así se notan los efectos del paludismo, siendo estos mayores cuando tienen agua los primeros pantanos pues debido a la mayor extensión pantanosa y al predominio de ese viento se concentran grandes cantidades de agua, dando lugar al desarrollo de la Plasmodia malárica.
 Punto 8º: Propagación de las afecciones palúdicas a regiones o pueblos que carezcan de aguas estancadas: Existiendo actualmente la creencia de que el miasma palúdico, no se eleva ni tiende a difuminarse mucho y no existiendo pueblos más próximos en esta zona no cree el que subscribe que el paludismo aquí desarrollado pueda afectar a otro alguno a pesar de que los aires pueden transportarle, máxime no existiendo –como aquí sucede- colinas o arbolados que pudieran detenerlo. Hemos de hacer constar que aquí se carece en absoluto de arbolado y lo poquísimo que hay cual si fuera perjudicial se tiende a destruirlo cuando probablemente si se plantaran unos millares de ecualiptos es muy probable que se desterrase la enfermedad que nos ocupa.
 Punto 9º: Morbilidad y mortalidad en este pueblo debido al paludismo: En cuanto a la morbilidad por más que se carece de estadísticas exactas se puede afirmar sin miedo a faltar a la verdad, que cuando existen depósitos de H2O, de toda la enfermería que existe durante el verano y otoño, las tres cuartas partes son producidas por el paludismo en sus diferentes manifestaciones y modalidades, abundando principalmente las fiebres, en forma de tercianas, cotidianas y cuartanas, sin dejar de observarse las larvadas intermitentes y alguna que otra perniciosa, pneumoníaca, cardiological, neurálgica, álgida, diaforética y comatosa pero principalmente las tres primeras formas. Para concluir este punto diré que en mi práctica de 10 años en este pueblo, he podido observar que habiendo agua en las lagunas, en la mayoría de las enfermedades por no decir en todas, como complemento de su medicación adecuada he usado largamente de la química y a decir verdad no me arrepiento pues los resultados obtenidos han sido altamente satisfactorios.
 En cuanto a la mortalidad si bien es verdad que no ocasiona muchas defunciones directamente, origina como es sabido bastantes casos de anemia, determina además infinidad de infartos de hígado, bazo, etc y por último ocasiona este estado patológico conocido con el nombre de caquexia palúdica y otras muchas afecciones digestivas, respiratorias, nerviosas, que conducen a la mansión del descanso eterno a muchos seres que a no haber sido infectos por los hematozoos palúdicos no hubieran sucumbido prematuramente.

A continuación, casi para finalizar, nos habla de las medidas para erradicar la enfermedad, que pasarían por la construcción de un canal de desagüe de las lagunas, un proyecto inviable, incluso a día de hoy (2023), pero que sin embargo ya se trató por parte del Ayuntamiento de Tembleque en esta época de la que estamos hablando, finales del siglo XIX y principios del XX. Incluso mucho antes, a principios del siglo XIX. Jamás se llegó a hacer, por el enorme costo que supondría, (se pretendía conducir el agua de las lagunas hasta algún punto concreto del río Algodor, salvando desniveles y una larga distancia de unos 14 ó 15 kilómetros) y difícilmente se volverá a retomar, con el cambio climático y las continuas sequías actuales, que hacen que ya no se vuelvan a formar estas lagunas de forma duradera, ni mucho menos. Ya veremos a ver en un futuro...
 III
 Una vez contestadas aunque muy a la ligera los puntos a que se refiere la circular de la Dirección de Sanidad, circular que tanto beneficio ha de reportar a la sociedad porque hará desaparecer una causa de muerte y mitigará los sufrimientos de la Humanidad, creemos conveniente decir algo acerca de las medidas que se pudieran tomar en este pueblo para acrecentar su salubridad.
 El Municipio que representa a todos los habitantes debe tomar la iniciativa en todas cuantas mejoras conducentes al fin ya expresado. Mas sus esfuerzos por lo regular verán impotentes dado que el mejor remedio sería la construcción de un largo y costoso canal de desagüe empresa poco hacedera si el Gobierno provincial y el Poder Central no se interesan en ella pues careciendo este municipio de los recursos necesarios a cubrir las atenciones más perentorias tales como beneficencia en Instrucción pública mal podría realizar una obra de índole semejante.

Para finalizar, nuestro paisano, el doctor Julián García Suelto, nos describe una serie de medidas que los vecinos de Tembleque deberían realizar, para erradicar la enfermedad.
Os recomiendo la lectura completa de ellas, que no tienen desperdicio, basadas principalmente en la higiene, la limpieza, la eliminación de estercoleros, etc.. aunque quisiera destacar nuevamente la alusión al tema del mal estado de las aguas de los pozos, precisamente por la frase que destaco en el título de este reportaje: "Horror dá pensarlo", para reflexionar, y es que el doctor, nos explica que los pozos del pueblo donde se abastecen los vecinos, no tienen vigilancia, y que sería muy sencillo para cualquier criminal o enajenado, ocasionar un día de luto a toda la población, arrojando cualquier sustancia nociva a ellos...

 En cuanto a los demás medios más fáciles de llevar a la práctica son:
 -Hacer grandes plantaciones de “Ecualiptus occidentalis”, árbol de crecimiento rápido, de gran tamaño que se cría con facilidad y soporta temperaturas bajas.
 -Extraer los estercoleros cada ocho días como dejo dicho. 
 -Rellenar los saca-tierras y castigar severamente al que los abra para evitar que embalsen agua.
  -Obligar a que los animales muertos sean enterrados profundamente o conducidos a largas distancias del pueblo con el fin de evitar los olores nauseabundos y los productos tóxicos, patógenos provenientes de su putrefacción.
 -Hacer una selección de las viviendas pues existiendo algunas que están casi a la misma altura que las corrientes subterráneas, están las paredes (valga la frase) manando agua y por lo tanto en su grado tal de humedad perjudicialísimo para la salud. 
 -Limpiar las vías públicas y evitar que en ellas se formen charcos por falta del desnivel suficiente, sobre todo en las inmediaciones de los pozos potables. Y ya que de los pozos de agua potable se habla, bueno será hacer constar que esta es malísima por contener gran cantidad de materias selenitosas (yeso) que originan muchos padecimientos del tubo digestivo, aparato urinario, y lo que es más triste aún, que no estando los pozos convenientemente vigilados le sería muy fácil a un criminal o un enajenado ocasionar, ¡horror dá pensarlo! un día de luto a la población arrojando cualquier substancia nociva a ellos.
 Tales son Sr. Alcalde las medidas que a juicio del informante debieran adoptarse para desterrar de este pueblo tan temible huésped que aun cuando no de una manera continua llegan ocasiones en que originan multitud de males y origina la miseria fisiológica y material del pueblo.
Firma: Julián García Suelto.

A continuación compartimos el trabajo íntegro manuscrito del Dr. García Suelto, con su caligrafía original, así como su correspondiente transcripción, desde este enlace de Google Drive:
Pero es que en el libro familiar completo, aparte del trabajo o Memoria sobre el Paludismo en Tembleque, también se incluyen multitud de poemas, escritos, ensayos y un largo etcétera, en ocasiones son publicaciones originales de la familia García Suelto, y en otros casos son copias transcritas entre la década de los 10 y de los 20, del siglo pasado, de famosos autores de todas las épocas, dignos de compartir.
Con una caligrafía cuidadísima, en una encuadernación de lujo. Así pues, me comprometí con Gloria, a digitalizar el libro de manera íntegra, que fue un auténtico placer poder ojearlo y hojearlo entre mis manos, para poder ahora compartirlo y disfrutarlo de manera íntegra con los lectores que así lo deseen. Sus 172 páginas las podéis leer o descargar desde este enlace de Google Drive:
Para finalizar, compartimos un álbum fotográfico, con algunas de las imágenes publicadas en este artículo, en la casa de nuestra vecina Gloria García Suelto, la nieta del Dr. Julián García Suelto.
Vivienda de la familia García Suelto, en la calle Romeral.
Detalles del zaguán y su entrada.
Detalle más nítido de la inscripción.
Fotografía de antes de la última restauración.
Diversos retratos familiares.
Gloria García Suelto en la actualidad, posando en el despacho de su padre y su abuelo,
 Juan Manuel García Suelto y Julián García Suelto. Conserva su mobiliario original.

lunes, 6 de junio de 2022

Carta de despedida de la Dra. Dña Asunción. Médico de familia del Centro de Salud de Tembleque.

Hasta siempre Tembleque.

 Corría el año 1987 cuando llegué a Tembleque para dedicarme, como médico de familia, a cuidaros y a veces hasta curar a algunos
 No sabía cuánto tiempo iba a estar, pero aquí me establecí, creció mi familia y seguí ocupándome de vosotros.
Mis primeros recuerdos de Tembleque son la calle Romeral levantada (creo que metiendo los cables o algo así), donde muy cerca empecé a vivir y recuerdo pasar mi consulta en la cámara agraria, con una estufa de butano y ventilación a través de un balcón que no cerraba bien. 
 Luego nos trasladamos al edificio del centro de salud para iniciar nuestras consultas allí.
 En 1990 empezamos a funcionar como Centro de Salud, justo cuando nació mi hija menor.
 Y desde entonces he estado procurando lo mejor para los temblequeños.
 Además de mi trabajo como médico, he participado con vosotros en muchas actividades: Asociación de Mujeres "El Clavel, Residencia de mayores San Bartolomé, Educación para la salud en el colegio Antonia González, en el grupo de teatro Alborada, disfrutando carnavales, romerías... es decir, toda una vida. 
 Aquí me he sentido valorada y querida, he criado a mis hijos, he hecho amistades y he procurado ayudaros y cuidaros como he sabido y podido. 
 Últimamente con el dichoso virus y la pandemia han cambiado muchas cosas en la atención médica, pero hemos procurado mantener lo esencial; no se ha cerrado nunca la puerta del centro aunque hayamos tenido que tomar precauciones que por suerte habéis entendido bastante bien. 
 Pero llega el momento de hacer un giro en la vida y pasar el relevo de vuestro cuidado a otros compañeros.
 Sabéis que me voy con tristeza, pues mi trabajo me gusta, pero hay que cambiar en algún momento y éste es ahora.
 Sentiros abrazados y estad seguros de que siempre seguiréis en mi memoria y que podéis contar conmigo para lo que os pueda aportar... porque no me voy, solo me jubilo... 

 Asunción Castro. Tembleque. Junio 2022.

Con esta emotiva carta de despedida, la Doctora Dña. Asunción Castro, médico de familia del Centro de Salud de Tembleque durante 35 años,
(había comenzado previamente en Quismondo) se despide, por jubilación, de todos los temblequeños.
Poco más puedo añadir yo a sus palabras, aunque en este artículo vamos a incluir algunas imágenes de la fiesta sorpresa que tuvo en su despedida.
Su último día ejerciendo fue el pasado 31 de mayo de 2022. Para entonces, sus compañeros y compañeras del centro de salud, le habían preparado una pequeña sorpresa, tal y como ya sucediera en 2019 con el que fuera sus compañero durante toda su etapa laboral, el Dr. Don José.
Para ello, la llamaron para una supuesta atención en la Residencia de Mayores "San Bartolomé", en complicidad por nuestra paisana Rita, directora de la Residencia, y en cuanto llegó, se encontró con que todos los residentes y personal de la Residencia la recibieron con los brazos abiertos, para poder despedirse de todos ellos, con los que siempre ha tenido un trato muy especial.
Muchos de los médicos que han pasado por Tembleque
, han dejado huella en la historia local, por distintos motivos, ya sea por el trato con todos sus vecinos, sus disponibilidad a la hora de atender, tanto en consulta como en domicilio, o porque les haya tocado lidiar con algunas circunstancias adversas.
A la Dra Asunción creo que le ha tocado de todo esto un poco.
Durante la epidemia del cólera de 1885, en Tembleque fueron los médicos D. Burgundofero García Ortiz y Enrique García de Ancos, los que le tocaron lidiar con aquella fatídica epidemia, que tantos muertos dejó en Tembleque, especialmente en agosto de 1885. 
En la epidemia de la Gripe Española de 1918, en Tembleque fue el médico D. José Hoya Montero, en colaboración con el farmacéutico Maximiliano García, a los que le tocó lidiar con esta epidemia.
Pues bien, la Dra Asunción Castro, entre otras muchas cosas, pasará también a la historia de Tembleque por ser la médico titular que le tocó lidiar con la pandemia del Coronavirus, una pandemia que de hecho, aunque los datos ya sean mucho mejores, aún no ha acabado. Pero desde luego, que en aquellos primeros fatídicos meses de marzo, abril y mayo de 2020 (que fuimos relatando día a día también en este blog), era habitual ver a Asunción, junto con sus compañeros y enfermeros, vestidos de arriba a abajo con esos llamativos EPI, los equipos de protección individual, para evitar contagios. Fueros los primeros en exponerse al virus, con muy pocas armas en aquellos primeros meses.

Esta última pandemia, aunque especialmente al principio, se cobró varias víctimas entre nuestros vecinos, la verdad es que Tembleque ha sido uno de los pueblos donde quizás menos ha afectado, en líneas generales, y muy especialmente en nuestra Residencia de Mayores, que supo lidiar muy bien con el Covid, comparándolo con otros lugares.
Ahora, con unas cifras infinitamente mejores, es hora de que nuestra médica, la Dra. Asunción, se pueda jubilar con la conciencia bien tranquila, por todo su trabajo no ya durante esta última pandemia, sino por sus 35 años al servicio sanitario de Tembleque.

Además de la fiesta sorpresa en la Residencia de Mayores "San Bartolomé", también sus amigos, compañeros y familiares, la invitaron a una comida de despedida, en el Restaurante "La Chimenea de Turleque", donde se emocionó especialmente cuando recibió una placa conmemorativa, que decía así:
"No hay mejor recompensa que la que nos da el trabajo bien hecho. Por todos los años de dedicación al pueblo de Tembleque. Con cariño, tus pacientes. Año 2022"

A continuación podemos ver dicho vídeo, (por cortesía de Euyín, al igual que las fotos) donde veremos a una emocionada Asunción, rodeada de su familia y amigos, dedicando también al final unas emotivas palabras:
Finalizo este artículo dando mi más sincera enhorabuena a Dña. Asunción, que además también ha sido mi médica desde que vivo en Tembleque, siempre con un trato de lo más agradable, y con gran profesionalidad.
Compartimos el resto de imágenes, algunas por cortesía de Euyín, y otras desde la Residencia o aportadas por la propia Asunción, a través de este álbum de Google Photos:

Edito este artículo con fecha 13-6-2022, para añadir el reportaje publicado por el diario "La Tribuna de Toledo" :