Día 11. 25 de marzo. Enlace al post y comentarios en Facebook.
Hoy el día ha amanecido soleado, aunque sólo ha sido un espejismo, pues terminó con relámpagos. Sea como fuere, la rutina sigue siendo la nota predominante entre la mayoría de vecinos.
Esta mañana tuve ocasión de ir a la farmacia a por recetas. Os recuerdo que durante esta situación, las recetas se obtienen llamando por teléfono al centro de salud de Tembleque, e indicando tu nombre y el medicamento, se cargan automáticamente en vuestras tarjetas sanitarias del SESCAM, para recogerlas luego en la farmacia. Una vez allí, sólo tres clientes dentro del local, guardando la distancia de seguridad. Si llegan más, hay que esperar fuera. Comprobé que al igual que en otras muchas farmacias, no tienen en estos momentos ni mascarillas, ni gel, ni guantes, ni termómetros, tal y como anuncian en un cartel en su entrada, para evitar colas innecesarias.
Paralelamente, se siguen fabricando mascarillas desde el taller de costura TECOTEX, de Tembleque, aunque estas son para enviar a los centros sanitarios que se indiquen desde Sanidad.
Ahora entiendo porqué, aunque la mayoría de los vecinos llevan mascarillas, algunos otros no. Tan simple como que no hay donde comprarlas. Es más, os voy a contar mi caso personal. Como muchos sabéis, soy agricultor, y guardaba 4 ó 5 mascarillas nuevas, que normalmente usamos para los tratamientos fitosanitarios. Pues bien, ¿os podéis creer que me las han robado? Así de claro...
Precisamente esta mañana he estado preparando mi cuba de fitosanitarios para incorporarme lo antes posible a la desinfección de las calles del pueblo, por parte de la Asociación de Agricultores de Tembleque. Nos estamos turnando para colaborar entre todos los compañeros. Entre mañana o el viernes volveremos a desinfectar.
Por mi trabajo como agricultor, hoy he tenido también ocasión de salir al campo a trabajar. Es de los pocos colectivos que podemos y debemos continuar, para garantizar la cosecha. A algunos les puede parecer un privilegio, poder salir al campo, pero os aseguro que lo hacemos con miedo, especialmente por la salida y llegada al pueblo con nuestros vehículos. Estamos mucho más expuesto que la mayoría de vecinos, pero bueno, quedándonos con el lado positivo, os comento que al igual que el pueblo está en estos días parado, estancado, en el campo la primavera ha llegado con ganas, y gracias a las últimas lluvias, las cosechas se están poniendo tremendas. También las malas hierbas de los caminos, así como la de algunas parcelas urbanas dentro del pueblo, que lógicamente no van a poder limpiarse hasta que pase esta cuarentena. Malas noticias para los alérgicos.
Una de las pocas buenas noticias que que ha generado esta crisis del coronavirus, es la bajada de precios de combustible, muy positivo tanto para agricultores como transportistas. No me importará en absoluto que vuelvan a subir, siempre y cuando el motivo sea por haber vencido por fin al virus. Al regresar al pueblo, ya casi al anochecer, a lo lejos se veían muy pocas luces en la autovía. Normalmente, a esas horas de la tarde, se veían muchos más coches de regreso del trabajo a los pueblos como el nuestro, o Madridejos o más allá, pues son muchos los trabajadores de nuestra zona que diariamente se desplazaban a Madrid o alrededores. Parecen tiempo lejanos, pero apenas han pasado un par de semanas, y lo que nos queda. Os podéis imaginar que tampoco vi a ningún vecino por la calle.
En esta crónica va también un toque de atención a algunos vecinos, pues me han enviado unas imágenes donde vemos guantes de usar y tirar, de los que ofrecen muy acertadamente en algunos supermercados, tirados en la calzada. Por favor, esos guantes desechables, al cubo de la basura, pero jamás al suelo de nuestras calles. Este hecho ha sucedido en la calle Tobarra.
Poco más por hoy. Os dejo un pequeño lote de fotografías, de los guantes desechables, el verdor de nuestros campos, ajenos por completo a la crisis del coronavirus, y uno de los relámpagos que pude captar a la entrada a Tembleque, desde la zona oeste. Ójala mañana sea un pelín mejor que hoy.
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