

Cada espectador que asistió a la sala donó 5 euros a tal fin.
Ciertamente creo que se puede decir que la asistencia de público no fue todo lo deseable que la ocasión merecía. Concretamente fueron 57 los vecinos del pueblo que se acercaron a la mítica sala de cine. También se echó en falta a algún representante municipal, ya sea desde el gobierno o desde la oposición. Sea como fuere, la iniciativa del dueño del cine, Alberto Muñoz, me parece muy loable. Desde aquí vaya mi enhorabuena a él y a toda su familia, no sólo por esta magnífica iniciativa, sino por lograr mantener abierto, en estos tiempos tan difíciles, una de las más bellas salas de cine de todo el pais, y más dentro de un pueblo tan pequeño como es el nuestro. Algo digno de admiración, y de lo que debemos estar orgullosos todos los vecinos.
Sin más, me despido con un vídeo que recoge imágenes dentro de la sala de cine, minutos antes de comenzar la película, y finaliza precisamente con las escenas de la misma que se rodaron en la Plaza Mayor de Tembleque, que corresponden a los últimos 5 minutos de la película; todo en el mismo vídeo: