

Así es como se concibe, cómo debe desarrollarse toda excursión que se precie, para que sea auténtica y digna de tal nombre.
Al tratarse de un relax, de salir de la rutina diaria, de cambiar de lugar y actividades, en un ambiente distinto, el espíritu necesita abrirse, comunicarse, divertirse, y reírse con sonoras carcajadas, dando rienda suelta a los sentimientos, que normalmente no se tiene en el ambiente familiar.


Cuando el autocar se aproximaba el pueblo con mucho respeto y silencio dieron las gracias a la guía, Mercedes, a Roberto, el conductor, a todos los excursionistas y a Dios, porque, en su compañía volvían a casa en paz, sanos y con alegría. Todo esto animado y dirigido por otro elemento asiduo de las excursiones, Julián.
El resto de fotografías las podéis disfrutar en el siguiente álbum de Google Photos.