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jueves, 13 de febrero de 2020

Tembleque, en los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.

En este año 2020, conmemoramos el centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós (1843-1920), uno de los más grandes escritores de España, novelista, político y cronista del siglo XIX y principios del XX. Nacido en Canarias, aunque pasó la mayor parte de su vida en Madrid.
Todos los que somos ya de una mediana edad, recordamos con nostalgia aquellos billetes de mil pesetas, del último cuarto del pasado siglo XX, donde su imagen estuvo impresa, extraída de un famoso cuadro de Joaquín Soralla, en 1894.
Su obra más importante fueron "Los Episodios nacionales", una amplia selección de 46 novelas históricas, divididas en cinco series. Las escribió entre 1872 y 1912, y nos narran de una manera absolutamente magistral la historia de España entre 1805 y 1880, mezclando realidad de los acontecimientos históricos con personajes ficticios. Todos los eventos históricos desde la Guerra de la Independencia hasta la Restauración borbónica. 
No voy en este artículo yo ahora a extenderme ni profundizar en la biografía y obra de Galdós, pues para ello ya existen multitud de páginas especializadas, pero sí os voy a recomendar el artículo publicado por el vecino blog de "Historia de Corral de Almaguer", titulado precisamente "Benito Pérez Galdós y Corral de Almaguer", pues fue ahí donde descubrí (confieso que aún no he leído al completo los Episodios Nacionales, aunque estoy en ello), que además de Corral de Almaguer, también Tembleque aparece en varias de sus novelas de los Episodios Nacionales, y no sólo nuestro pueblo, sino otros muchos de nuestro alrededor, como por poner algunos ejemplos: Consuegra, Madridejos, Ocaña, El Romeral, Yepes, Puerto Lápice, Quintanar de la Orden, Bargas, Tomelloso, Daimiel, Illescas y un largo etcétera, ya que parece ser que Galdós conocía bastante bien la Mancha.
Así pues, tras esta breve introducción, me dispongo a compartir las referencias hacia Tembleque que Benito Pérez Galdós dejó escritas para la posteridad en algunas de sus novelas de "Los Episodios nacionales", que por cierto, están disponibles en archive.org, tanto para su lectura online como descarga: (Primera serie, Segunda serie, Tercera Serie, Cuarta Serie y Quinta serie).

En la sexta novela de su segunda serie, "Los cien mil hijos de San Luis", hecho histórico conocido en Francia como "l'expédition d'Espagne", escrita y publicada en 1877  aunque ambientada en 1823, con Fernando VII y la invasión de un ejército francés, en el capítulo XXI, nuestra protagonista, Jenara Baraona inicia un viaje desde Madrid a Sevilla, junto a su doncella y el Conde de Mountguyon, en una silla de postas con caballos del General Bourdesoulle. En su camino, narra brevemente lo que le sucedió en varios lugares por los que pasaba, como Ocaña, Tembleque, Madridejos o Puerto Lápice.
En Tembleque, nos explica que vieron cómo arrojaban a un pilón a varias personas. No sabemos si se trataría del Pozo Palacios, o pudo ser en el pilón de cualquier otro de los numerosos pozos que en aquella época había en Tembleque:

 En los pueblos por donde rápidamente pasaba, vi escenas que me causaron tanta indignación como vergüenza. En Ocaña habían quitado las imágenes que adornaban el ángulo de algunas calles, poniendo en su lugar el retrato de Fernando, entre cirios y ramos de flores, y debajo la piadosa inscripción: «¡Vivan las caenas!». En Tembleque presencié el acto solemne de arrojar al pilón donde bebían las mulas, a dos o tres liberales y otros tantos milicianos. En Madridejos tuve miedo, porque una turba que invadía el camino cantando coplas tan disparatadas como obscenas quiso detenerme, fundada en que el mayoral había tocado con su látigo el estandarte realista que llevaba un fraile. Necesité mostrar mucha serenidad y aun derramar algún dinero para que no me causasen daño; pero no pude seguir hasta que no llegaron a aquel ilustrado pueblo las avanzadas de la caballería francesa. En Puerto Lápice se rompió una ballesta de mi coche, ocasionándome una detención de dos días.

En su siguiente novela, la sexta de su segunda serie, titulada "El terror de 1824", escrita y publicada también en 1877, y ambientada en la España de Fernando VII en 1824, dando así continuación a la novela anterior, en su capítulo II, uno de los protagonias, "Pujitos", preso, al que trasladaban en un carro de una larga comitiva, cerca de Madrid, entabla conversación con Don Patricio, viejo conocido, y nuevamente nos cuenta las calamidades que sufrieron por los pueblos del camino de Andalucía por donde pasaron, y la verdad es que en Tembleque las pasaron canutas...

—Esto que tengo en el arca del estómago es fechoría de un francés a quien vea yo comido de perros. Lo de la cabeza es una pedrada, y lo del brazo un mordisco. En los pueblos por donde hemos pasado nos han recibido lindamente, señor. Como los curas salían diciendo que estábamos todos condenados y que ya nos tenían hecha la cama de rescoldo en el infierno, no había para nosotros más que palos, amenazas y pedradas. En Santa Cruz de Mudela nos dieron una rociada buena. El general y yo salimos descalabrados, y gracias a que los carros echaron a andar; que si no, allí nos quedamos como San Esteban. En Tembleque nos quisieron matar, y si la tropa no nos defiende a culatazos, allí perecemos todos. Hombres y mujeres salían al camino aullando como lobos. Uno que debía de ser pariente de caníbales, después de molerme a coces y puñadas me clavó los dientes en este brazo y me partió las carnes... ¿Qué ganará el Rey absoluto con esto? Mala peste le dé Dios... 

En el capítulo XVII de "Los apostólicos", la octava novela de la segunda serie, publicada en 1879, pero ambientada entre 1829 y 1832, simplemente se hace mención a Tembleque como posible lugar de nacimiento de uno de sus peculiares y rico personaje, Don Felicísimo Carnicero:

 Pero D. Felicísimo que no consentía que su casa viviera menos que él, la apuntaló toda, y así desde el portal se encontraban fuertes vigas que daban el quién vive. La escalera, que partía de menguados arcos de yeso, también tenía dos o tres muletas, y los escalones se echaban de un lado como si quisieran dormir la siesta. Arriba los pisos eran tales, que una naranja tirada en ellos hubiera estado rodando una hora antes de encontrar sitio en que pararse, y por los pasillos era necesario ir con tiento so pena de tropezar con algún poste, que estaba de centinela como un suizo con orden de no permitir que el techo se cayera mientras él estuviese allí.
 D. Felicísimo era toledano, no se sabe a punto fijo si de Tembleque o de Turleque o de Manzaneque, que los biógrafos no están acordes todavía. Estuvo casado con doña María del Sagrario Tablajero, de la que nacieron Mariquita del Sagrario y Leocadia. De esta, que casó pronto y mal con un tratante en ganado de cerda, nació Micaelita, que se quedó huérfana de padre y madre a los seis años.


Pasamos a continuación a la cuarta serie, con su sexta novela, titulada "Aita Tettauen", publicada entre 1904 y 1905. El primer capítulo de la segunda parte, "África, de Ceuta al Valle de Tetuán", comienza precisamente con la primera referencia a Tembleque, con el nombre del viaje que iniciaron sus protagonistas hasta África:

Seis días tardó de Madrid a Cádiz el Clavileño, que sólo era ferrocarril hasta Tembleque; lo demás lo anduvo por caminos carreteros. El 14 se embarcó O'Donnell en el vapor Vulcano para hacer un reconocimiento de la costa africana. En Cádiz esperaban orden de embarque las tropas del Segundo Cuerpo al mando de Zabala, y allí quedó también Santiuste, quien, si por una parte se alegró de aquel descanso junto a sus buenas tías, por otra renegaba de la tardanza en pisar la tierra berberisca, objeto de sus más ardientes ansias.

Seguimos en la cuarta serie, con su séptima novela, titulada "Carlos VI en la Rápita". Escrita en 1905 y ambientada en la intentona Carlista de hacerse con el poder, en 1860.
Nuevamente se cita nuestro pueblo como la "nobilísima Villa de Tembleque" como lugar de paso hasta Madrid:

 A medida que yo avanzaba por estas tierras pardas, se me presentaba más clara y hermosa, dentro del magín, la figura y persona de la ideal mujer, viuda de Halconero y madre del interesante niño Vicente. Era esto como si lo cierto recobrara el puesto que le había quitado lo dudoso y fugaz.
 Y recuerdo que al pasar por la nobilísima villa de Tembleque, y por el no menos ilustre lugar de Quero, que rodean saladas lagunas, mi mente y mis sentidos apreciaron toda la majestad de la hija de Ansúrez, su exquisita belleza, el hechizo de su voz, las soberanas virtudes que subliman su persona... Y ya en el paso entre Valdemoro y Pinto, lugares famosos por sus alborozantes vinos, iba mi pensamiento tan recalentado en la mental contemplación de la sin par señora, que ya se me hacían siglos los minutos que tardara en rendirle toda mi voluntad...


Seguimos con la cuarta serie, en este caso con la penúltima novela "Prim", escrita en 1906, y con clara referencia al militar y político Prim, que participó en la primera Guerra de África y pasó por nuestro pueblo en 1860.
En este caso, en menos de tres páginas consecutivas, encontramos tres referencias a Tembleque, por lo que os dejo el texto más extenso.
Prim atisba los molinos de Tembleque, que por aquel entonces llevaban construidos apenas 30 años. Poco después, Zabala, que iba con algo de retraso, aunque pisando los talones a Prim, será el que pernocte en nuestro pueblo:

 De Santa Cruz de la Zarza salieron el día 5, buscando los caminos manchegos. Por el excelente espionaje que le servía, supo Prim que el General Zabala, destinado a perseguirle con tres batallones de Infantería, seis escuadrones y ocho piezas de batalla, había llegado a Villarejo en la noche del 4. ¡Qué acertado fue inutilizar el puente! Zabala no podía seguir otro camino que el de Colmenar y Aranjuez para cortar el paso a los sublevados en algún punto de la línea de Alicante, si estos la pasaban para tomar la dirección de Portugal. Pero Prim picó espuelas, y arreando toda la noche adelantó muchas horas a Zabala. Al amanecer del 6, divisaba los molinos de viento de Tembleque. ¡Oh Mancha, oh tierra del ensueño caballeresco!... Por cierto que en aquel punto quiso Teresa quedarse; mas la disuadieron con el engaño de que la columna pasaría por la propia Herencia. Notó Ibero que la pobre mujer no se rebelaba ya tan enérgicamente contra estas fábulas, o que iba entrando en la superchería, dejándose querer, dejándose llevar. Y el bravo Teniente Coronel, acariciando sus gratos pensamientos amorosos, se decía: «¡Qué Herencia ni qué niño muerto! Aquí no hay más herencia que la mía, que yo la heredo, que Leal me ha dejado por heredero... y aquí no ha pasado nada».
 Camino de Madridejos, donde pensaba pernoctar, supo Prim que además de Zabala venía contra él el General Concha, que había improvisado una columna con dos compañías sacadas de Albacete y paisanos armados. Y no era esto sólo, pues de Madrid venía Echagüe con tropas de todas armas. Hallábase, pues, entre tres fuegos, entre tres Generales aguerridos, que se disputarían la gloria de cogerle y hacerle pagar cara su insana osadía. No sería flojo triunfo burlarles a los tres y escabullirse por entre los pies y patas de tantos hombres y caballos... 
En Madridejos, donde pasaron la noche del 5 al 6, no expresó Teresa con tanto ardor su propósito de ir a reunirse con Felisa; más bien se notaba frialdad en lo que días antes fue deseo febril. Las impresiones trágicas se borraban quizás, o sólo persistían en la forma de turbación de conciencia. El gusto de vivir en conformidad con el destino iba ganando terreno en aquella pobre alma, y los accidentes del viaje, que ya traían incomodidad, ya novedades y distracciones, producían el efecto sedante. De nada carecía; los conductores del carro, bien gratificados, la trataban con respetuosas consideraciones, creyendo tal vez que era una condesa o archipámpana que llevaban en rehenes, y por fin, para mayor tranquilidad de ella, se iba disipando el peligro de que su presencia causase escándalo, pues desde Tembleque venían no pocas mujeres agregadas al convoy, unas arrastradas con vago magnetismo por la tropa, otras movidas de su propio impulso a la granjería de cantineras o proveedoras. La cola de un ejército, y más si este va sublevado proclamando altos ideales, la emancipación de los esclavos, el fuero de los humildes, lleva y arrastra siempre un jirón del temporal o eterno femenino.
 De Madridejos siguieron a Villarta, donde el General recibió el soplo de que por el tren iban treinta vagones de tropa en dirección a Manzanares. Mientras Prim descabezaba un sueño en Villarta, Zabala dormía en Tembleque, distante cuatro leguas. En Daimiel acechaban al rebelde fuerzas superiores, y a Toledo se aproximaban ya Echagüe y Serrano del Castillo. Por cierto que al de Reus le sacó de quicio lo que de él dijeron Concha en su proclama de Alcázar de San Juan, y O'Donnell en su discurso del Senado. El primero le llamó traidor y cobarde; el segundo denigro a su rival con la especie de que al salir de Villarejo había huido cobardemente.


La última novela de la cuarta serie, titulada "La de los tristes destinos", publicada en 1907, narrando la caída y exilio de Isabel II de España, también hace una breve referencia a Tembleque, en su capítulo XXXII, donde sus protagonistas, Tarfe e Ibero, iban repartiendo folletos en las distintas paradas del tren, y cómo no, Tembleque, al igual que Alcázar, eran paradas obligadas y muy importantes en aquella época.

Los españoles cambian los nombres de sus vicios. 
En cada parada del tren, Tarfe y sus amigos repartían el Manifiesto de Cádiz y los números de La Andalucía. Saludados eran con vítores, canticios roncos, augurios ardientes de un risueño porvenir. Ayudando a repartir proclamas, Ibero decía entre dientes: «Tomad, tomad vuestra alfalfa, borregos de la Revolución». En Alcázar y Tembleque su intensa amargura se desbordó en las formas de sarcasmo más envenenadas; extremaba su falso entusiasmo gritando: «¡Viva el Pueblo libre! ¡Abajo la Iglesia! ¡No más Trono ni Altar! ¡Venga la República, venga el Comunismo!».
 Pasado Aranjuez, hallándose el hombre en un estado de profundo agotamiento muscular y nervioso, Tarfe se dispuso a pasar la mano por el lomo del pobre león herido.

Y con este último extracto, finalizo este reportaje, aportando así mi granito de arena a la conmemoración del centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós, y sus referencias literarias hacia Tembleque, en sus famosas novelas de "Los Episodios Nacionales".

domingo, 10 de febrero de 2019

100 cumpleaños de Antonina, en la Residencia de Mayores de Tembleque. 8-2-2019

El pasado viernes día 8 de febrero, se organizó una Fiesta por el 100 cumpleaños de Antonina, residente en la Residencia de Mayores "San Bartolomé", de Tembleque, y natural de la vecina localidad de El Romeral.
Tras el fallecimiento de Modesta y Devisvinda, que eran hasta hace poco las personas más longevas de Tembleque, ahora, en la Residencia, Antonina es la mujer de más edad.
Esta fiesta la organizaron los propios trabajadores de la Residencia, decorando el salón social y encargándose de la merienda.
Además, también se aprovechó para celebrar el 90 cumpleaños de Rafael ("El Zorro"), vecino de Tembleque que junto con Antonina, llevan varios años viviendo en la Residencia de Mayores "San Bartolomé".
Ambos son personas muy alegres y simpáticas.
A esta Fiesta acudieron los hijos de Antonina y las sobrinas de Rafael. Y hacia el final de la Fiesta, también se presentaron el alcalde de Tembleque, Don Jesús Fernández Clemente y la concejala de Educación y Cultura Dña María del Mar Muñoz Cereceda.
Para este artículo, contamos con las fotografías y el siguiente vídeo, por cortesía de la directora de la Residencia, Dña Rita Chaparro, donde veremos además las emotivas palabras que los compañeros de Residencia de Antonina y Rafael les dedicaron, además del soplido de las velas de la tarta de cumpleaños.
El resto de fotografías las añado a este álbum de Google Photos, dando mi más sincera enhorabuena y felicitando por su 100 cumpleaños a Antonina, y los 90 a Rafael, deseándoles que cumplan muchos más.

martes, 22 de enero de 2019

El olmo centenario del valle de Tembleque. Plenitud y declive.

En las famosas alamedas que tenemos en el valle de Tembleque, siempre ha destacado uno de sus olmos centenarios, el más grande, el más frondoso, y hasta hace bien poco, el único que aparentemente se había librado de la grafiosis, enfermedad que poco a poco ha ido terminando con el resto de olmos de las alamedas del valle de Tembleque, desde los años 80.
Lamentablemente, este centenario olmo, comúnmente llamado "El olmo de la Indiana", ya dio evidencias de tener grafiosis al menos desde 2017, y recientemente su tronco se ha partido en su parte más alta, en la copa, durante el pasado otoño, seguramente debido al debilitamiento que ha sufrido últimamente.
Precisamente, en la parte que se ha partido, el año pasado había un gran nido de águila, que estaba controlado por el SEPRONA.
Nuestro buen amigo, vecino de Turleque, historiador y gran conocedor de la fauna arbórea de nuestra comarca, Pedro Antonio Fernández Peinado, que precisamente tiene editado un libro sobre los árboles de Turleque y comarca, titulado "Árboles singulares, nuestro Patrimonio natural", publicado en este enlace, conoce como nadie las alamedas del valle de Tembleque, y hace poco, me puse en contacto con él para contarle lo sucedido con este centenario olmo, cuya edad se estima en más de 200 años.
Bien merece este olmo un buen reportaje, a modo de homenaje, y el más indicado, creo que es el propio Pedro, al que le pedí que me escribiera un par de páginas sobre este olmo, las alamedas y la enfermedad de la grafiosis. 
Dicho y hecho, el resultado es un completísimo y ameno trabajo, que me envió en formato pdf, y que a continuación compartiré con todos los lectores, para continuar después con varios vídeos y fotografías.
En él, además de hablarnos sobre los árboles de Tembleque, las alamedas y este famosísimo olmo, también nos incluye alguna fotografía inédita de principios del siglo XX, con unos militares de maniobras en las alamedas del valle, o un carro de madera construido por el taller de nuestro paisano, el añorado Basilio Oliveros, además de contarnos varias curiosidades históricas.
El trabajo completo de Pedro, titulado "Patrimonio arbóreo de Tembleque" en formato pdf, lo comparto a continuación, con opción de descarga en este enlace de Google Drive:
Voy a recuperar varios vídeos de este olmo, comenzando cronológicametne por un vídeo personal, grabado en septiembre de 1993, donde varios de mis amigos, subieron al famoso olmo. Ahora, queda ya como imágenes del recuerdo, difícilmente repetibles:
El siguiente vídeo lo grabé en octubre del año 2017, cuando aún estaba en plenitud, aunque ya por aquel entonces se aprecia un leve deterioro en la parte más alta. Parece ser que la grafiosis comenzaba a apoderarse de él:
Y el último vídeo, el más lamentable, cuando pude observar la rotura de la copa, grabado en diciembre de 2018:
Finalizo con un álbum fotográfico, tomado en diversas fechas, tanto antes (2017) como después de la rotura de su copa, que detecté en diciembre del año pasado, 2018. Esperamos que la próxima primavera, vuelva a brotar de la mejor manera posible, aunque me temo que ya nunca podremos ver con la plenitud de épocas pasadas.
Edito este reportaje para añadir un extenso artículo publicado por "La Tribuna de Toledo", cuyo redactor se puso en contacto conmigo y con Pedro Peinado, para redactar dicho artículo. Tenéis acceso pinchando en la imagen adjunta o a través de este enlace de La Tribuna de Toledo
También, actualizo el álbum fotográfico, para añadir nuevas imágenes tomadas a principios de febrero de 2019,  donde vemos que ya se han llevado la leña de esa gran rama caída.

Edito nuevamente este reportaje con imágenes tomadas en junio de 2019,  donde lamentablemente, vemos lo mal que ha brotado el olmo durante esta primavera, tras el deterioro explicado en este reportaje. Una verdadera pena...

domingo, 8 de febrero de 2015

100 cumpleaños de Modesta, en la Residencia de Tembleque. Y también de Guadalupe.


¡Muchísimas felicidades a Modesta! Esta mujer cumplió este domingo día 8 de febrero de 2015 nada más y nada menos que 100 años de edad, y dicho centenario lo celebró en la Residencia de Mayores "San Bartolomé", de Tembleque.
Modesta Herrera Bernal, natural de nuestro vecino pueblo de El Romeral. Fecha de nacimiento: 8-2-1915.
Contamos con algunas fotografías (en este álbum de Google Photos), para compartirlas con todos en este artículo del blog.
Y hablando de vecinos centenarios, recordamos que en Tembleque, también en la misma Residencia, contamos con Dña Devisvinda Pérez, nacida el 3 de septiembre de 1912, (actualmente tiene 102 años) y cuya fotografía extraigo del homenaje del último libro de las Ferias y Fiestas de Tembleque.
 Un recuerdo merecido también para D. Ángel Ocaña, que ya falleció, precisamente a los 100 años de edad. Podéis recordar las fotografías de la celebración de su centenario en este artículo del blog.
Me despido recordando el spot navideño que publicamos en este blog, donde fueron en gran parte protagonistas nuestros mayores de la Residencia de Tembleque. Vemos a sus dos centenarias, Modesta y Devisvinda. ¡Muchas felicidades!
Edito nuevamente este artículo, con fecha 15 de febrero de 2017, para felicitar a otra Temblequeña que desde hoy es centenaria. Se trata de Guadalupe, ("La barbera") que cumple hoy, 15 de febrero de 2017, nada más y nada menos que 100 años de edad. Adjunto fotografías, facilitadas por un familiar suyo, Misi. ¡Muchas felicidades, Guadalupe!

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Falleció nuestro vecino centenario: Ángel Ocaña Rodríguez.

Nuestro vecino en Tembleque centenario, Ángel Ocaña Rodríguez, no pudo llegar a los 101 años por muy poco, ya que falleció el pasado día 11 de septiembre de 2013, a sus 100 años de edad
Nació el 5 de octubre de 1912. El año pasado, por su 100 cumpleaños recibió un homenaje en su propio domicilio de la calle Gracia, cuyas imágenes dejé plasmadas en este artículo del blog, por cortesía de Santos Muñoz, y con las que finalizaré este artículo a modo de despedida. en la foto de la izquierda le vemos posando para el libro de las FERIAS Y FIESTAS 2013, como hacía en los últimos años. Bien es cierto que en la residencia de mayores de Tembleque aún hoy día hay una señora con más edad, según me han comentado.
 Hace apenas un par de meses, el 3 de julio de este año 2013, le hicieron a Ángel una entrevista, junto con su sobrina Pilar, para el programa de RTVCM "El Mercadillo" (video íntegro de la emisión del programa en este artículo del blog) . También nos enseñaron toda su casa, cargada de recuerdos.
 A continuación quisiera compartir esas imágenes, que a la postre fueron las últimas donde vimos a Ángel en un medio de comunicación:
Ya sólo me queda dar mi más sincero pésame a toda la familia. Un fuerte abrazo a todos ellos, y decirles que nos quedará en el recuerdo a todos sus vecinos. Me despido con esas fotografías correspondientes a la fiesta de su 100 cumpleaños, donde le acompañaron, además de familiares, amigos y autoridades municipales:

viernes, 19 de octubre de 2012

100 cumpleaños de Ángel Ocaña Rodríguez.

El pasado día 5 de octubre en Tembleque tuvo lugar un cumpleaños muy importante, pues se trata de los 100 años de Ángel Ocaña Rodríguez, un vecino ya centenario, creo que actualmente el único en nuestro pueblo. A la merecida fiesta, aparte de todos los familiares, también asistieron representantes del ayuntamiento y del Hogar del Pensionista. Se le hizo entrega de una placa conmemorativa por parte de Vicente, presidente del Hogar y del obsequio V Centenario de manos del alcalde, a parte de numerosos regalos por parte de sus familiares.
 A continuación os dejo un álbum con fotografías de la fiesta de cumpleaños, en su domicilio de la calle Gracia, algunas de ellas cedidas amablemente por Santos, de POLIAUDIOVISUALES. Vaya desde aquí mi más sincera felicitación a Don Ángel y a toda su familia.