El caso es que en Tembleque ya había una ermita en honor a Santa Ana, por lo que se decidió invertir sus bienes en otros temas, eso sí, relacionados con la Iglesia.
Está todo perfectamente explicado en este nuevo capítulo. Por cierto, ¿alguien sabe qué fue de aquella ermita de Santa Ana que ya existía en Tembleque a principios del siglo XVII, según este documento?