jueves, 19 de abril de 2018

"Recobro de Tembleque". Hemeroteca. Publicación original del escritor Jorge Mañach (1898-1961)

Jorge Mañach, a la izquierda, junto a sus hermanos: Eugenio, Consuelo ("Nena") y Manuel, en su casa de Tembleque.
Jorge Mañach, a la izquierda, junto a sus hermanos: Eugenio, Consuelo ("Nena") y Manuel, en su cada de Tembleque.
Vamos a publicar en este reportaje del blog, una auténtica joya literaria, el más bello relato sobre Tembleque jamás escrito. No creo que exagere ni un ápice, cuando os presente al famoso escritor cubano Don Jorge Mañach Robato (1898-1961), y el fuerte vínculo que lo unía a nuestro pueblo y sus vecinos.
Y es que resulta que a principios del siglo XX, siendo aún un niño, Jorge emigra de su Cuba natal a Tembleque, con su madre y hermanos, ya que su padre, Don Eugenio Mañach, gallego de nacimiento, abogado e Ilustre presidente del Centro Gallego de La Habana, aunque había regresado de joven a Cuba, logró volver a España, donde ejerció de Notario en Tembleque, desde 1908 hasta el año 1913, cuando regresarían de nuevo a La Habana, poco antes de la Primera Guerra Mundial. (Moriría finalmente en 1915).
Existe en el Ayuntamiento de Tembleque un acta de una sesión plenaria, con fercha de 3 de marzo de 1915, que tas la muerte de Eugenio Mañach, el padre de Jorge, dice textualmente:
...Por el Sr. Alcalde de Tembleque (José Molina Rincón), se dio conocimiento a la Corporación del oficio de sentimiento y pésame que había dirigido al Iltmo Sr. Alcalde de La Coruña, en nombre de este Ayuntamiento y del vecindario en general, con motivo de la muerte de nuestro querido Amigo D. Eugenio Mañach y Conceiro.
El Ayuntamiento quedó enterado, aplaudiendo la iniciativa tomada por el Sr. Presidente, en virtud a las numerosas simpatías que se creó mencionado Sr. Mañach, durante el tiempo que estuvo desempañando el cargo de Notario público en esta Villa.
La plaza de Notario en Tembleque estaba vacante antes de la llegada de los Mañach, tal y como se puede comprobar en el anuario de 1905, publicado en este artículo del blog.
Añado igualmente una nota de prensa de "La Gazeta", del año 1912, con la noticia de la solicitud de excedencia por dos años del notario de Tembleque, Eugenio Mañach, facilitada por nuestro paisano Miguel Ángel.
Así pues, el niño Jorge pasó varios veranos en Tembleque, desde los 10 hasta los 13 años de edad, donde terminó su educación primaria en manos privadas, para posteriormente pasar los inviernos en los Escolapios de Getafe, y continuar después en el Liceo de Madrid. (Información extraída la publicación "Jorge Mañach y su examen del Quijotismo").
Su casa en Tembleque fue la situada en la calle Iglesia nº 9, antaño calle Real. Actualmente, para que os situéis mejor, es el pub "Casablanca", muy cercano a la Iglesia Parroquial. La fachada se mantiene casi igual que hace un siglo, como podéis comprobar en la fotografía adjunta, que incluye los dibujos originales de Jorge.
Aquí en Tembleque nacería su hermana, Nena Mañach, cuyo bautizo fue un auténtico acontecimiento social en nuestro pueblo.
En el Registro Civil del Ayuntamiento de Tembleque, se conserva tanto el Acta de Nacimiento de Nena, cuyo nombre original era María de la Consolación Francisca Cándida Catalina de Sena Mañach Robato (30-7-1909), como sendas copias de sus hermanos, Jorge y Manuel, pues aunque estos dos eran naturales de Cuba, concretamente de Sagua La Grande, su padre Eugenio Mañach, el Notario de Tembleque, se encargó de transcribir una copia del acta de nacimiento de sus hijos Jorge y Manuel en el Registro Civil de Tembleque, junto con la de Nena, que ya sí era ella natural de Tembleque. En el caso de nuestro protagonista, Jorge, su nombre completo era Jorge Antonio Valentín Mañach Robato. Adjunto las tres actas de Nacimiento al álbum online final, como aporte histórico, gracias a la colaboración del personal del Registro Civil del Ayuntamiento de Tembleque.
En el archivo antiguo del Ayuntamiento de Tembleque también se conservan sendos cuadros con la imagen tanto de Jorge como de Nena Mañach. Fueron pintados en 1997 por M. Luca de Tena, pues un año después, en 1998, con motivo del centenario del nacimiento de Jorge Mañach, se le rendiría un homenaje con una placa conmemorativa junto a la que había sido su casa en Tembleque. Estuvo expuesta desde 1998 en lo que ahora es (o será) el auditorio municipal.
La placa conmemorativa era de azulejos incrustados en la fachada de lo que fue el Hogar sindicalista en los años 80 y 90, hasta que dicha fachada fue demolida para iniciar las obras del auditorio.
Ponía lo siguiente:
"En el número 9 de esta calle transcurrió parte de la infancia del gran escritor cubano Jorge Mañach (14.II.1898-25.VI.1961) y nació su hermana Nena. La editorial Tropico rinde homenaje a su memoria en el primer centenario de su nacimiento. Año de 1998" .
Seguramente la placa desapareció durante la demolición, aunque no lo puedo asegurar. Lo que afortunadamente sí he podido encontrar es alguna fotografía de dicha placa y la fachada donde estaba puesta, que añado a este reportaje, junto con la crónica del diario ABC anunciando esta conmemoración. Insisto en que la placa no se instaló exactamente en lo que había sido su casa, sino en la siguiente fachada. Un breve desplazamiento de 3 ó 4 metros del cual desconozco los motivos.
Pero volviendo al joven Jorge, en esa etapa de su infancia, a principios del siglo XX en Tembleque, le debió dejar un grato recuerdo, y 45 años después, ya de adulto, entre Estados Unidos y Europa, y tras formarse como escritor, intelectual y el primer Catedrático de Historia de la Filosofía en la Universidad de La Habana, además de Ministro, y realizar varios ensayos periodísticos, regresó a España, y visitó de nuevo su querido pueblo de la infancia, Tembleque, en el año 1955. Él mismo lo relató en una entrevista que concedió al diario ABC, y que adjunto a este reportaje.
Tras esta última visita a España y a nuestro pueblo, escribió un libro genérico titulado "Visitas Españolas. Lugares, personas", editado en 1960, y que incluía un apartado muy especial dedicado a nuestro pueblo, que tituló "RECOBRO DE TEMBLEQUE". Al final de este reportaje lo podréis leer de manera íntegra; no tiene nada de desperdicio, y es una lectura recomendadísima para cualquier temblequeño.
Tan solo un año después, en 1961, Jorge Mañach falleció. Añado una crónica del periódico "La Vanguardia", fechada el 5 de julio de 1961, donde su autor nos explica que casualmente iba a escribir sobre el libro "Visitas Españolas", recientemente publicado, cuando le llegó la noticia del fallecimiento de su autor.
Llegados a este punto, entra en escena nuestro vecino de Tembleque Javier Arranz, al cual le agradezco su colaboración. Y es que resulta que el abuelo de Javier Arranz y Jorge Mañach fueron vecinos en la misma calle, y forjaron una gran amistad.
Cuando Jorge regresó de visita unos días a Tembleque en 1955, y tras escribir su ensayo "Recobro de Tembleque", antes de la edición en el posterior libro de 1960, "Visitas españolas. Lugares, personas", lo publicó en primer lugar en otro periódico, en el año 1957, cuyo título original desconocemos, pero eso sí, unas páginas del ejemplar original se las envió Jorge por correo al abuelo de Javier Arranz, que afortunadamente, a través de sus descendientes, han conservado desde 1957 hasta nuestros días.
Yo mismo, junto con Javier Arranz, que muy amablemente me mostró los originales, tuve el placer de poder digitalizarlo hace unos meses, escaneando cada página original con el mayor cuidado y mimo posible. En ellas, además del texto, en un papel muy fino y amarillento por el paso de los años, incluían varios dibujos realizados por Jorge, como la entrada a la Casa de las Torres, una panorámica de la Iglesia, la antigua "Casa de la Tercia" o casino, situada en la Plaza de la Orden, o la propia fachada de su casa en la calle Iglesia, que por aquella época se llamaba Calle Real.
Todo ello lo podéis disfrutar en las imágenes incluidas en este reportaje, y con más resolución en el álbum fotográfico que igualmente incluyo hacia el final del post.
Lamentablemente, faltaban algunas páginas de la publicación original para completar el texto, pero como sabíamos que este relato se había incluido en el libro de 1960 titulado "Visitas españolas. Lugares, personas", era cuestión de buscar dicho libro.
En un principio descubrí que ya estaba descatalogado, y únicamente se podía adquirir a través de coleccionistas privados o algunas pocas bibliotecas. En el caso de la biblioteca de Tembleque, conservan un libro titulado "Viajeros de Castilla-La Mancha", que incluía una pequeña parte del "Recobro de Tembleque", pero al igual que la publicación original que guarda la familia Arranz, el texto, de varias páginas, no estaba completo.
Así llegué hasta la Biblioteca de Castilla-La Mancha, en el Alcázar de Toledo, cuyo personal, muy amable y atento, no sólo me indicó que en sus archivos guardaban un ejemplar del libro de "Visitas españolas. Lugares, personas", sino que ellos mismos se encargaron de facilitarme una copia digitalizada en pdf del capítulo íntegro del "Recobro de Tembleque", que incluye, además del texto completo, también una fotografía antigua e inédita de los arcos principales de la Plaza Mayor, del fotógrafo Nicolas Muller, con la que abro este reportaje.
La lectura de esta obra es una auténtica delicia, cargada de nostalgia. Con su pluma nos sumerge en sus recuerdo sobre el pueblo de principios del siglo XX, sus gentes, sus calles, su aroma, sus vivencias y anécdotas... Lugares que no he logrado ubicar, como su añorada "huerta del notario", donde iba todas las tardes con su padre. La explanada, que era el actual aparcamiento frente al casino, en la puerta lateral de la iglesia, lugar de juego de todos los niños; el sereno, las galeras; en definitiva las faenas rutinarias de aquella época. También nos cuenta detalles simpáticos de algunos ilustres vecinos, como de Piedad Melgar, los Mazarambroz, Rabadán, o de su amigo César Cabeza Revuelta, compañero de aventuras, entre otros.
Nos describe magistralmente ambas Plazas, la Iglesia, la Casa de las Torres, que ya por aquel entonces (a fecha de su visita, en 1955) la describía en ruinas. Las eras y todo el trabajo que en ellas había, con la trilla, aventar el grano, la vendimia, los molinos, etc... También nos hace referencia las Ferias, así como a las Romerías y la Semana Santa, todo ello con la descripción de cómo vestían y vivían los vecinos de hace más de un siglo, sus costumbres, gastronomía, etc...
Insisto, es un relato de obligada lectura para cualquier persona relacionada con Tembleque. Una lectura que te va sumergiendo poco a poco en nuestro pueblo, trasladándote a su pasado en dos etapas distanciadas entre sí 45 años, como si de una puerta del "Ministerio del tiempo" se tratara, a principios y a mediados del siglo XX, y que al menos en mi caso, no pude levantar los ojos del libro hasta llegar al punto y final, quedándome con ganas de mucho más.
Es para mí un verdadero placer poder compartirlo con todos a través del blog. Vayan mis agradecimientos a todas las personas o entidades que han colaborado en la elaboración de este reportaje, desde Javier Arranz, Ángela, la biliotecaria de Tembleque, o la propia Biblioteca de Castilla-La Mancha, en el Alcázar de Toledo, así como al Ayuntamiento de Tembleque, por permitirme el acceso tanto al Registro Civil como al Archivo antiguo.
Son 17 páginas que se leen en un suspiro. Saboreadlas y dedicadle la atención que se merecen, os lo recomiendo.
Se puede acceder con opción de descarga en pdf a través de este enlace de Google Drive.

También añado el pdf con la publicación original que conserva nuestro vecino Javier Arranz, publicada en 1957, tres años antes que el libro donde se incluyó este relato, y con los dibujos originales de Jorge Mañach. Lástima que no se hayan encontrado todas las páginas:
Al igual que en el caso anterior, os facilito el enlace de acceso y descarga del pdf, en este enlace de Google Drive.
Vamos a tratar de ubicar lo más aproximadamente posible la famosa "huerta del Notario", que nuestro protagonista recordaba con tanta añoranza en su relato, ubicación que queda finalmente confirmada, en la zona de la antigua fábrica de harinas de Tembleque, como comprobaréis a continuación.
Según nuestro paisano José María Tirado, esa huerta estaría situada entre la calle Cruz de Mayo y la calle Tetuán. Él mismo me mandó un mapa del año 1882 (con mayor resolución en este artículo del blog) con el supuesto itinerario que Eugenio y Jorge Mañach realizaban desde su casa, en la calle Iglesia, hasta esta huerta. Pasarían por la actual calle Iglesia, calle Castelar, Cruz Verde, calle Consuegra, Cruz de Mayo y llegarían a la supuesta zona, junto a la calle Tetuán. 
Hoy en día, esta zona está llena de casas, pero consultando el callejero de finales del siglo XIX, comprobamos que existía una noria de pozo, (rodeada en la imagen en un círculo) tal y como se narra en el relato.
Además, gracias igualmente a José María, hemos rescatado unas fotografías aéreas del año 1945, de la fototeca del Ministerio de Fomento, donde vemos que la zona bien pudiera ser una huerta, con bastante vegetación. En la foto, rodeo en un círculo blanco la zona que creemos que puede ser dicha huerta.
Sea como fuere, adjunto las fotografías y los planos, para intentar arrojar más luz. Si alguien pudiera concretar aún más, estaría encantado de recibir sugerencias. Todo sea por imaginarnos lo mejor posible los sitios que frecuentaba en su relato nuestro protagonista, Jorge Mañach, a principios del siglo XX, siendo un niño.
En una reciente edición de este reportaje, (abril de 2021) me puse en contacto con nuestra vecina Luisa, cuyo abuelo, Juan de Dios, fue el hortelano de la huerta del Notario, que no sólo corroboró la ubicación del huerto en dicho barrio, donde antaño estuvo la fábrica de harinas, sino que me facilitó una espléndida fotografía inédita de Jorge Mañach y sus hermanos, con la que abro el reportaje, tomada en su casa de Tembleque, aproximadamente en el año 1910.
Además, me facilitó una carta original que Jorge Mañach escribió a Eugenio López, el padre de nuestra vecina Luisa, que conservaba esa fotografía, y se la envió por correo a Jorge, a Cuba, algo que le hizo especial ilusión, tal y como se aprecia en su escrito, que comparto en este artículo.
Para completar más aún este reportaje, también logré localizar otra publicación original de Jorge Mañach, en la revista cubana "Bohemia", desde La Habana, fechada el 29 de diciembre de 1946, donde escribió otro formidable relato previo al "Recobro de Tembleque", que escribió en aquellas Navidades, titulado "Evocación de Tembleque", donde nos cuenta más cosas y similitudes con el posterior texto, en lo que podría decirse que es casi un ensayo previo al "Recobro de Tembleque"
Lamentablemente, no está escaneado de manera correcta, y las columnas derechas de dicho artículo se ven borrosas, dificultando bastante esa parte de lectura.
Aún así, y con la esperanza puesta en localizar un ejemplar que se pueda leer bien, por parte de algún coleccionista de revistas y libros antiguos, comparto tanto las imágenes de dicho texto (que añado con mayor resolución al álbum online de este reportaje) como el pdf de la revista original, en este enlace de Google Drive, donde lo encontraréis en las páginas 35, y continuación en la 43, para finalizar en la 65


Quisiera añadir antes de finalizar, un álbum fotográfico, que incluye con mayor resolución la publicación original que conserva nuestro vecino Javier Arranz, así como los cuadros de Jorge y su hermana Nena Mañach, los dibujos de Jorge y el resto de curiosidades, fotografías y recortes de prensa que hemos compartido en este reportaje.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Que interesante y que bien documentado, muchas gracias por estos artículos y tambien mi reconocimiento a los colaboradores.

Gusabecquer dijo...

Buenas Pedro. magnifica entrada y relato. Dices que no sabes donde podría estar el "huerto del notario" y por lo que cuenta el relato pienso que podría ser un huerto que había, al menos cuando yo era pequeño, entre la actual calle don quijote, calle cruz de mayo y calle tetuan. A ver si podemos arrojar luz sobre la ubicación. Gracias por tan altruista trabajo

María dijo...

¡Que bonito relato del Tembleque de antes!que bien ha relatado sus recuerdos de su niñez!
ha merecido haber perdido una hora leyendo esta historia que me ha emocionado y eso que no soy de Tembleque. gracias Pedro! bien se ve que te gusta el pueblo.eres para mi un poeta.

Breogan dijo...

No me canso de leerlo una y otra vez, yo creo que ya van al menos unas diez o once veces leído, y me quedo con ganas de mas. Nunca he visto un relato de Tembleque, de principios del siglo pasado, escrito por puño y letra por su propio autor, maravilloso, de verdad maravilloso. Había que plantearle al Ayuntamiento, de reinagurar la placa conmemorativa de este Ilustre,e hijo adoptivo de Tembleque,donde cuenta sus años de infancia y parte de su adolesdéncia que sin duda le marcaron en su trayectoria personal y profesional.
Gracias una vez mas al administrador por tan excelente trabajo.

Saludos.

CCM dijo...

Quiero felicitarle por el estupendo post que sobre Mañach y Tembleque ha publicado. Como seguidor de Mañach y coleccionista de sus obras me han sido muy útiles sus PDF, tanto de textos como imágenes.
El texto "Recobro de Tembleque" es verdaderamente extraordinario, uno de los mejores ensayos de evocación de un paisaje de la infancia que me haya sido dado leer.
Ahora bien, me extraña que haya tenido que ir a buscarlo a la biblioteca del Alcázar, en Toledo. Me explico, cuando hacia finales de los 90, leí "Visitas españolas", uno de mis objetivos inmediatos fue visitar Tembleque, y ver qué huella quedaba de Jorga Mañach. Paseé por la población en marzo del año 2000, me encontré con la placa conmemorativa, lo que me causó gran felicidad, y me acerqué a la Biblioteca para ver si tenían algún material de o sobre Mañach. Creo recordar que no tenían nada. Y entonces le prometí al bibliotecario que, cuando volviera a mi ciudad, Valencia, le enviaría una fotocopia del breve ensayo sobre Tembleque, como así hice. Me extraña por eso que no se conserve (enmarcado, diría yo) en la Biblioteca del lugar. También me produce mucha pena leer que la placa dedicada a Mañach ha desaparecido.
De nuevo, sin embargo, felicidades por el magnífico post.