lunes, 5 de junio de 2023

Memoria sobre el paludismo en Tembleque a principios del siglo XX. Por el Dr. Julián García Suelto. "¡Horror dá pensarlo!"

A lo largo de la historia de Tembleque, al igual que en el resto de pueblos y ciudades, hemos sufrido distintas pandemias o epidemias, como podéis recordar en este mismo blog, como lo fue la epidemia de Tercianas, entre 1786 y 1802, la epidemia del Cólera, en 1885 o la Gripe Española, en 1918.
Dejando al margen la reciente pandemia del Coronavirus, que también tratamos en este blog a modo de diario, en el reportaje de hemeroteca de hoy, nos vamos a centrar en el paludismo que sufrimos en Tembleque a principios del siglo XX, de la mano de un excelente trabajo manuscrito por el médico de Tembleque en aquella época, el Dr. Julián García Suelto, natural de Cabañas de Yepes, aunque ejerció casi toda su vida en Tembleque, que tituló "Memoria sobre el paludismo en la villa de Tembleque".
Para ello, contamos con la inestimable colaboración de su nieta, Gloria García Suelto, que muy amablemente me invitó a su vivienda, una auténtica casa manchega del siglo XIX, casi palaciega, en el mismo centro de Tembleque, que la conserva a la perfección, manteniendo su amplio patio y zaguán, así como su cueva, o los corredores y estancias superiores, como lo eran las grandes casas de nuestro pueblo, de las que poco a poco cada vez van quedando menos.
Y es que la familia García Suelto, es una estirpe muy ligada al mundo de la medicina; tanto su abuelo, Julián García Suelto, como su tío o su padre, Francisco Barba y Medina y Juan Manuel García Suelto, fueron médicos en Tembleque.
Muy recordado es su padre, Don Juan Manuel, por haber atendido a varias generaciones de vecinos de Tembleque a lo largo del siglo XX.
En la casa de Gloria, se mantiene casi intacto el despacho de su padre y su abuelo, con el mismo mobiliario, libros, títulos, diplomas, fotografías familiares y un sinfín de recuerdos. En este artículo, además del manuscrito sobre el paludismo, compartiremos también fotografías tomadas durante aquella visita a la casa de la familia García Suelto.
Gloria recuerda perfectamente a su padre, Juan Manuel, pues ella de niña solía acompañarle, trabajando en alguna de las estancias de su vivienda, y atendiendo, por ejemplo, a numerosos heridos de los accidentes de tráfico, que a mediados del siglo XX eran demasiado habituales en la carretera de Andalucía a su paso por Tembleque. Todos los accidentes que ocurrían entre La Guardia y Madridejos, o al menos muchos de ellos, los atendía el médico Don Juan Manuel en su propia casa de Tembleque. Ha visto multitud de heridas de todas clases. Nos ahorraremos los detalles...
El médico Juan Manuel García Suelto, saludando
a la Reina Sofía, en una visita a Tembleque. 1976
El caso es que en su vivienda, conserva un libro familiar muy especial, manuscrito en parte por su abuelo, Julián García Suelto, a principios del siglo XX, aproximadamente en 1911 ó 1912, aunque también incluye otros muchos escritos, como luego os explicaré.
Se trató de un encargo que le hizo el Ayuntamiento, para explicar cómo nos afectó el paludismo en Tembleque, sus causas, su forma de combatirlo, y un largo etcétera, donde nos hacemos una idea muy aproximada de cómo se vivía en nuestro pueblo a principios del siglo XX, con los miedos que ocasionaba el posible contagio por malaria o paludismo, y que terminó con una frase muy ilustrativa que he destacado en el título del reportaje: "¡Horror dá pensarlo!". Luego os explicaré su contexto.
El paludismo, o malaria, es una enfermedad que se propaga a las personas a través de la picadura de un mosquito concreto, cuyos parásitos plasmodium originan la enfermedad, con fiebres altas que pueden llegar a ser mortales. Actualmente tiene tratamiento y en España está erradicada, pero hubo épocas, como las que vamos ahora a tratar, en que afectaba de una manera endémica, y Tembleque no fue una excepción.
En nuestro pueblo, especialmente en las épocas lluviosas, donde se formaba la laguna de la vega, que no dejan de ser aguas estancadas, es cuando más se atribuía a la proliferación de estos mosquitos, que traían la malaria. Ya desde antiguamente, se asociaba este fenómeno y otras enfermedades a las lagunas de Tembleque, con su agua estancada.
En algunas actas del Ayuntamiento de Tembleque de principios del siglo XX, ya se advertía de este problema:
El 17 de marzo de 1909, siendo alcalde Don Ricardo López Pintado, se podía leer estas dos notas al respecto:
… Circular del Gobierno Civil de Sanidad, (no sólo en Tembleque, sino en todos los pueblos de la zona) para que se hagan barracas de madera para aislar los primeros casos de cualquier enfermedad contagiosa que pudiere presentarse.
 El Sr. Presidente dio cuenta de las malas condiciones en que se encuentra la zanja de desagüe del camino de Toledo, que desemboca en el sitio denominado de la vega, en las cercanías de esta población, y que por efecto del estancamiento de aguas, en dicho sitio hay emanaciones que pueden producir paludismo o cualquier enfermedad contagiosa. El Ayuntamiento, comprendiendo la necesidad de hacer las obras necesarias para llevar a cabo el desagüe y no contando con fondos suficientes para atender a obra tan necesaria para la salud pública, acordó por unanimidad, solicitar a la Excma. Diputación Provincial que de la cantidad que tenga presupuestada para calamidades públicas, conceda a este Ayuntamiento si a bien lo tiene, la cantidad que crea conveniente.
Ese mismo año 1909, en junio, se hacía también alusión al mal estado de los pozos que abastecían agua a los vecinos:
…También dijo que los dueños de pozos abastecedores de agua, habían contestado a los oficios que se les dirigió para que pusieran en ellos bomba, y que era conveniente que pusieran filtros, que no tienen medios para implantar esas mejoras.
Zaguán de la casa familiar
Y es que en Tembleque, siempre nos hemos abastecido del agua de pozo para consumo humano, y antiguamente, eran muchos los pozos utilizados, unos con mejor calidad que otros, y desde luego, tal y como veremos en el trabajo del Dr. García Suelto, los pozos de Tembleque también pudieron ser una fuente muy importante de contagio de enfermedades, por el mal estado de sus aguas y sobre todo por la contaminación a la que estaban expuestos.
De hecho, a finales del siglo XIX, en Tembleque se decidió trasladar el Cementerio Municipal desde su ubicación original, junto a la ermita del Loreto, a la actual, tras la epidemia del Cólera de 1885, pues se pensaba que las miasmas de los difuntos en descomposición, podrían ser la causa de la contaminación de nuestros pozos, por la propagación de dichas miasmas a través de las aguas subterráneas del casco urbano.
Cántaros de agua para llenar de los pozos.
En Tembleque, casi todas las casas disponían de pozo para el uso diario
, aunque eran muy pocos los que tenían agua potable, por lo que había que cuidarlos estos últimos con mucho mimo, y eso no ocurría habitualmente, como veremos en el trabajo del doctor.
Los vecinos acudían con sus cántaros para llenar agua potable de estos pozos, cántaros como los de las fotografías adjuntas, por cortesía de nuestro paisano Antonio Lobo, que conserva estos ejemplares en cerámica.
Arrebañaderas.
También conserva otras piezas que se solían utilizar a menudo en los pozos de la época, como son estas arrebañaderas, que son unos ganchos que se utilizaban para recoger las cosas que podían caer al fondo del pozo, e incluso cuerpos, pues no eran extrañas por aquel entonces las muertes de animales o personas de todas las edades en los pozos, ya fuera por caídas accidentales o incluso por suicidios. En todos estos casos se utilizaban estas arrebañadoras o ganchos para recoger los cuerpos del fondo del pozo.

Seguramente por todas estas referencias, fue por lo que la Corporación Municipal de Tembleque encargó un amplio estudio al Dr. García Suelto, que había estado ejerciendo de Médico Titular, junto a sus compañeros Víctor Ortiz Villajos y Juan Manuel Carramolino, desde 1902 hasta finales de 1911, según se comprueba en actas de esos años. Y lo más probable, es que esta Memoria sobre el Paludismo, la escribiera El Dr. García Suelto al final de carrera y de su vida, cuando ya su salud empezaba a mermarse, entre 1911 y 1912, ya que en este trabajo, el propio Julián explica que lleva 10 años como médico en Tembleque.
Julián García Suelto.
Tras consultar el acta de defunción de Julián García Suelto, gracias a las gestiones con el personal del archivo del Ayuntamiento de Tembleque, comprobamos que Julián falleció muy joven, a los 48 años de edad, el día 12 de diciembre de 1912, a causa de una insuficiencia mitral, por problemas de corazón. Dejó viuda a su mujer, Amparo Melgar y Jiménez de Torres, y huérfanos de padre a sus tres hijos: Gloria, Filiberto y Juan Manuel.
De hecho, según me trasladó su nieta Gloria, fijaos hasta dónde llegaba el compromiso y la preocupación de Julián con la causa de la propagación de enfermedades, que incluso poco antes de morir, consciente él de que además de los problemas del corazón también padecía tuberculosis, pidió a sus familiares ser enterrado en una zona del cementerio concreta, donde el terreno era más húmedo, para que su descomposición fuera más rápida, y además, pidió que a su cadáver le echaran cal viva, con el propósito de que sus huesos, tras la descomposición, en definitiva sus miasmas, antes mencionadas,  no propagaran ninguna enfermedad a la población de Tembleque. Así se hizo, y de hecho, muchas décadas después, al hacer restos en su tumba, aparecieron sus restos aún con la protección de la cal. Todo un ejemplo de solidaridad y compromiso con sus vecinos de Tembleque, en vida y en muerte.
En el acta del 28 de junio de 1906 se explica la renovación de los contratos de estos tres médicos de Tembleque antes citados, Víctor Ortiz Villajos, Juan Manuel Carramolino y nuestro protagonista, Julián García Suelto, que transcribo para completar la información:

Se dio lectura al contrato celebrado el 1 de junio de 1902, donde se establece que el término del mismo es de 4 años, que terminarán el 30 de junio de 1906, y demás condiciones, entre ellas el que la asistencia médica a 200 familias pobres, como máxima, la desempeñarán los tres Médicos por la cantidad anual de 666 pesetas y 61 céntimos cada uno de ellos, distribuyéndose el número indicado de familias, equitativa o proporcionalmente entre los tres repetidos médicos. Después de hacer uso de la palabra varios concejales, se dio uso de palabra a los Sres Médicos, quienes manifestaron que estaban dispuestos a desempeñar el servicio de asistencia Médica, como Médicos Titulares, a familias pobres, en las mismas condiciones que se comunican en el contrato que se ha leído, y que concluye a fin de junio, y que en cuanto a término del nuevo contrato, no se comunique en él plazo ninguno, sino que se establezca como dispone la Instrucción de Beneficencia, que es por tiempo ilimitado, resultando de este modo, una economía para el Ayuntamiento, toda vez que de otra suerte, habría de establecer dos Médicos Titulares con 1500 pesetas anuales cada uno de ellos. Los manifestantes, atendiendo al estado del Municipio, aceptan gustosos el servicio de asistencia médica como médicos titulares en las condiciones expresadas. El Ayuntamiento por unanimidad, acordó aprobar la proposición hecha por los tres médicos, y que se formalicen los contratos en los términos mismos al contrato finalizado, con la única variación que en él se haga, que sea por tiempo ilimitado, en vez de cuatro años, que determina o señala el contrato de 1902… 

Y en otra acta del 15 de noviembre de 1911, se explica los motivos de su dimisión, por salud.

Comunicación presentada por el D. Julián García Suelto, en la que presenta su dimisión de Médico Titular de esta Villa, fundamentada en tener muy quebrantada su salud y por lo tanto no poder trabajar con el interés que siempre ha demostrado en el cumplimiento de su deber. El Ayuntamiento por unanimidad le admitió mencionada dimisión, quedando esta Corporación, satisfecha del celo e inteligencia con que ha desempeñado mencionada titularidad, por espacio de número de años de consideración, por los que ha atravesado epidemias de distintas clases y muy complicadas, en esta localidad. También se acordó por unanimidad, nombrar interinamente Médico Titular a D. Julio Villarrubia, en atención a que dicho cargo no puede estar vacante, por ser indispensable la asistencia médica para los pobres de solemnidad incluidos en la Beneficencia de esta Villa, acordando igualmente se comunique mencionada vacante en forma reglamentaria, para proveerla en propiedad, y la consignado en el presupuesto. 

Tras esta larga introducción, entramos de lleno en el manuscrito de Julián García Suelto, titulado "Memoria sobre el paludismo en la villa de Tembleque", dividido en varios capítulos.

Comienza con una introducción, donde explica los motivos por los que decidió aceptar este encargo por parte del Alcalde de Tembleque:

Cábeme la satisfacción de que el Sr. Alcalde de esta villa de Tembleque, por acuerdo de su Ayuntamiento me haya encargado el hacer la memoria o informe relativo al cuestionario formulado por la Dirección general de Sanidad en la Circular dirigida a los Sres. Gobernadores de Provincia, para el cumplimiento de la Ley de 30 de Enero último referente al paludismo: encargo que acepté gustoso aún cuando convencido que no lo desempañaría en consonancia con los adelantos que hoy registra la ciencia, por considerarme con pocas fuerzas para ello, y faltarme el tiempo para el estudio por atender a la enfermería, pero tratándose de asunto de tanta trascendencia, pues no es el paludismo una de las menores fuentes de la decadencia orgánica que tanto tratamos hoy de regenerar, por la miseria fisiológica a que conduce a los individuos afectos de tal dolencia, no he titubeado en aceptar, persuadido de que si no hago un informe minucioso por sus términos escogidos, será todo lo más práctico posible para los fines que se persiguen.
 Una vez entrado en materia, iré por orden contestando a las preguntas que en dicho cuestionario se hacen, y ante todo creo conveniente dar una ligera idea topográfica de esta facultad localidad de lo que puede tener relación con la Medicina.

A continuación, el doctor explica la situación topográfica tan peculiar de Tembleque, por las lagunas que la rodean en épocas de lluvias, tan cerca del casco urbano, y cuya lenta evaporación, al ser un suelo casi impermeable, sería la causa principal del desarrollo de la bacteria causante de la enfermedad:
Estando situado Tembleque en un hoyo y existiendo a su alrededor tres lagunas llamadas de la Vega, Villaverde y Serna, que únicamente embalsan agua cuando llueve mucho y torrencialmente como ocurre en las grandes tormentas. A una altura sobre el nivel del mar de 640 metros, siendo un suelo compuesto de los arrastres que conducen las aguas y por lo tanto de muchas substancias procedentes del reino vegetal; estando dos de dichas lagunas, lamiendo las tapias del pueblo y aún a veces penetrando en las calles e inundando las cuevas; siendo el subsuelo de las mencionadas lagunas impermeable por pertenecer al terciario lacustre; causas que hacen que estos depósitos se consuman por evaporación lenta y por lo tanto sea la causa más indicada para el desarrollo del Bacillus Malarie, pues al irse desecando lentamente van muriendo una infinidad de seres acuáticos que allí se habían desarrollado, y queda sobre la tierra inundada, una capa legamosa compacta que se puede extraer a grandes trozos a manera de mantos.

A continuación, en el segundo capítulo, dividido en 9 puntos, el doctor García Suelto nos explica las diferencias entre los vecinos que están permanentemente expuestos a estas humedades, que son los que viven en los márgenes del valle del Algodor, a los que únicamente están expuestos en épocas lluviosas, cuando se forman las tres lagunas. Algo extensible al resto de pueblos de los márgenes del río Tajo o demás ríos con agua.
En los siguientes puntos, el 2, 3 y 4, nos explica las épocas más propicias para el desarrollo de la enfermedad, así como los cultivos que más le afectan
 II 
 Punto 1º: Fuentes de paludismo en la villa de Tembleque; para contestar debidamente a este punto debemos dividirlo en dos preguntas: Fuentes continuas y fuentes intermitentes.
 Llamaré fuentes continuas a aquellas cuyos efectos se vienen manifestando sin interrupción sobre todo en los individuos dedicados a las labores agrícolas en el valle de este término municipal, llamado de Algodor por cruzarle el río de este nombre.
 Se entenderá por fuentes intermitentes a las lagunas ya mencionadas en la época de las grandes tormentas en que como dejo dicho se llenan de agua las concavidades naturales del terreno y al evaporarse originan el paludismo, no sirviendo precaverse la mayor parte de las veces pues con el mero hecho de salir de una habitación o abrir una ventana se nota la fetidez del olor desprendido de los miasmas palúdicos.
 Punto 2º: Regiones de la Provincia en que más daños produce el paludismo: difícil es contestar a esta pregunta a priori no habiendo recorrido la Provincia en su totalidad y siendo de bastante extensión, pero indudablemente: cruzándola en su mayor parte el río Tajo, en los pueblos situados en sus márgenes o cerca de él y sobre todo en los individuos destinados a los riegos es en quienes tal enfermedad se ceba preferentemente, habiendo ocasiones que se les conoce por su tinte marcado y característico. (Tocando en definitiva el solventar esta cuestión a la Junta Provincial de Sanidad, con los datos aportados por cada uno de los pueblos de la Provincia).
 Punto 3º: Épocas en que es mayor el desarrollo palúdico: En verano y otoño sin descartar del todo la primavera, especialmente el mes de mayo, máxime cuando se suceden los días húmedos y calurosos determinando una evaporación rápida.
 Punto 4º: Géneros de cultivo en las regiones más castigadas por el paludismo. El de huertas sobre todo en el valle del Algodor y Villaverde y en ellas se siembran y cultivan, patatas, zanahorias y otros hortalizas que por su riego intermitente favorecen el desarrollo del Hemabeva Lavevari; en las otras lagunas cuando están secas se siembran cereales. 

Destaco a continuación el punto número 5, por parecerme especialmente interesante, ya que se hace un alegato contra el mal estado de los pozos de Tembleque, donde según Julián, sus aguas están en peores condiciones que las de Marruecos, por la ausencia total de higiene. ("En esta población (Tembleque) la higiene es un mito") Denuncia no ya sólo a los numerosos carruajes que se aglomeran a llenar agua de los pozos, por el barrizal y lodazal que dejan, y que vuelve a filtrarse a esas mismas aguas subterráneas, ya que además no existía ningún alcantarillado ni desagüe. También destaca los numerosos estercoleros que se encuentran durante todo el verano en el casco urbano, por los mismos motivos, pues se filtran todas esas sustancias nocivas e infectadas (no dejan de ser excrementos de animales) a lo largo del verano al subsuelo de Tembleque, y en definitiva, al agua supuestamente potable de los pozos. Incluso propone como una posible solución, que todos estos estercoleros, al menos cada 8 días, se los llevaran al campo, fuera de la población, para mitigar sus efectos y olores nauseabundos por todo el pueblo, y quizás así erradicar esta enfermedad epidémica.

Punto 5º: Cauces o acequias destinados a riegos, empresas fabriles o industriales, su pendiente, máxima e influencia de ellas en la salud pública: No existe en este pueblo ninguno porque las huertas que hay se riegan con norias, extrayendo el agua de pozos. Y a propósito de esto he de manifestar que en este pueblo estamos en materia de aguas potables, en peores condiciones que lo puedan estar en el corazón del Imperio Marroquí; la higiene está aquí en mantillas por no decir que se desconoce en absoluto; se bebe el agua de pozos que no siendo en gran número se aglomeran a su alrededor en algunas horas del día tal número de carruajes y caballerías que se forma a sus inmediaciones un verdadero lodazal como pudiera haberle en cualquier camino de herradura, lo cual se filtra otra vez a los pozos siendo luego ingerido y ocasionando trastornos digestivos y del aparato urinario; así como no existiendo alcantarillado ni teniendo desagües las casas, puesto que en la mayoría de ellas, las aguas pluviales y arrastres naturales de limpieza, van a parar a especie de pozos negros (sumideros), por las corrientes subterráneas todos esos restos se ponen en comunicación con los pozos destinados a abrevaderos, a semejanza de lo que ocurre con los estercoleros que en este pueblo son bastantes profundos. Además como ya dejo dicho en esta población la higiene es un mito, pues se da el caso de que al llegar los últimos días del mes de agosto y todo septiembre, remueven estos haciendo grandes montones que a veces esperan largo tiempo en las calles antes de ser transportados al campo, ofreciendo un espectáculo desconsolador al transeúnte y lo que es más grave originando el desarrollo de la fiebre tifoidea bajo la forma epidémica.
 Dicha enfermedad epidémica podría hacerse desaparecer en opinión del que subscribe si cada ocho días se sacaran tales materias al campo lejos de la población. Y digo esto porque sin duda en los estercoleros es donde el Bacillus de Eberth propio de esta enfermedad tiene su apropiado medio de vida por las condiciones de calor y humedad que en ellos se encuentran.

En los últimos puntos de este capítulo II, el doctor García Suelto nos señala más datos sobre la forma de propagarse la enfermedad. Incide también en la ausencia total de árboles en Tembleque, (y que los pocos que hay, terminan destruyéndolos), explicando que si se plantaran unos millares de ecualiptos, es muy probable que se desterrase esta enfermedad.
También nos explica que la mortalidad no es muy alta, pero sí que provoca que se agraven otras muchas enfermedades, que literalmente "conducen a la mansión del descanso eterno" a muchos vecinos. También nos habla de los químicos (medicinas) utilizadas por él con los enfermos, con resultados satisfactorios.

 Punto 7º: (Nota del traductor: desconocemos si hubo un punto 6º, que no está descrito en el libro original, o el autor se saltó un número al escribir su texto). Vientos dominantes en las regiones en que tienen asiento los focos palúdicos: Los vientos más comunes en este pueblo son el del E. o solano en el verano, y en las demás épocas del año el N. N.O.. Estando situados los pantanos pluviales dos al E. y otro al NO., de aquí se deduce que según soplen los vientos así se notan los efectos del paludismo, siendo estos mayores cuando tienen agua los primeros pantanos pues debido a la mayor extensión pantanosa y al predominio de ese viento se concentran grandes cantidades de agua, dando lugar al desarrollo de la Plasmodia malárica.
 Punto 8º: Propagación de las afecciones palúdicas a regiones o pueblos que carezcan de aguas estancadas: Existiendo actualmente la creencia de que el miasma palúdico, no se eleva ni tiende a difuminarse mucho y no existiendo pueblos más próximos en esta zona no cree el que subscribe que el paludismo aquí desarrollado pueda afectar a otro alguno a pesar de que los aires pueden transportarle, máxime no existiendo –como aquí sucede- colinas o arbolados que pudieran detenerlo. Hemos de hacer constar que aquí se carece en absoluto de arbolado y lo poquísimo que hay cual si fuera perjudicial se tiende a destruirlo cuando probablemente si se plantaran unos millares de ecualiptos es muy probable que se desterrase la enfermedad que nos ocupa.
 Punto 9º: Morbilidad y mortalidad en este pueblo debido al paludismo: En cuanto a la morbilidad por más que se carece de estadísticas exactas se puede afirmar sin miedo a faltar a la verdad, que cuando existen depósitos de H2O, de toda la enfermería que existe durante el verano y otoño, las tres cuartas partes son producidas por el paludismo en sus diferentes manifestaciones y modalidades, abundando principalmente las fiebres, en forma de tercianas, cotidianas y cuartanas, sin dejar de observarse las larvadas intermitentes y alguna que otra perniciosa, pneumoníaca, cardiological, neurálgica, álgida, diaforética y comatosa pero principalmente las tres primeras formas. Para concluir este punto diré que en mi práctica de 10 años en este pueblo, he podido observar que habiendo agua en las lagunas, en la mayoría de las enfermedades por no decir en todas, como complemento de su medicación adecuada he usado largamente de la química y a decir verdad no me arrepiento pues los resultados obtenidos han sido altamente satisfactorios.
 En cuanto a la mortalidad si bien es verdad que no ocasiona muchas defunciones directamente, origina como es sabido bastantes casos de anemia, determina además infinidad de infartos de hígado, bazo, etc y por último ocasiona este estado patológico conocido con el nombre de caquexia palúdica y otras muchas afecciones digestivas, respiratorias, nerviosas, que conducen a la mansión del descanso eterno a muchos seres que a no haber sido infectos por los hematozoos palúdicos no hubieran sucumbido prematuramente.

A continuación, casi para finalizar, nos habla de las medidas para erradicar la enfermedad, que pasarían por la construcción de un canal de desagüe de las lagunas, un proyecto inviable, incluso a día de hoy (2023), pero que sin embargo ya se trató por parte del Ayuntamiento de Tembleque en esta época de la que estamos hablando, finales del siglo XIX y principios del XX. Incluso mucho antes, a principios del siglo XIX. Jamás se llegó a hacer, por el enorme costo que supondría, (se pretendía conducir el agua de las lagunas hasta algún punto concreto del río Algodor, salvando desniveles y una larga distancia de unos 14 ó 15 kilómetros) y difícilmente se volverá a retomar, con el cambio climático y las continuas sequías actuales, que hacen que ya no se vuelvan a formar estas lagunas de forma duradera, ni mucho menos. Ya veremos a ver en un futuro...
 III
 Una vez contestadas aunque muy a la ligera los puntos a que se refiere la circular de la Dirección de Sanidad, circular que tanto beneficio ha de reportar a la sociedad porque hará desaparecer una causa de muerte y mitigará los sufrimientos de la Humanidad, creemos conveniente decir algo acerca de las medidas que se pudieran tomar en este pueblo para acrecentar su salubridad.
 El Municipio que representa a todos los habitantes debe tomar la iniciativa en todas cuantas mejoras conducentes al fin ya expresado. Mas sus esfuerzos por lo regular verán impotentes dado que el mejor remedio sería la construcción de un largo y costoso canal de desagüe empresa poco hacedera si el Gobierno provincial y el Poder Central no se interesan en ella pues careciendo este municipio de los recursos necesarios a cubrir las atenciones más perentorias tales como beneficencia en Instrucción pública mal podría realizar una obra de índole semejante.

Para finalizar, nuestro paisano, el doctor Julián García Suelto, nos describe una serie de medidas que los vecinos de Tembleque deberían realizar, para erradicar la enfermedad.
Os recomiendo la lectura completa de ellas, que no tienen desperdicio, basadas principalmente en la higiene, la limpieza, la eliminación de estercoleros, etc.. aunque quisiera destacar nuevamente la alusión al tema del mal estado de las aguas de los pozos, precisamente por la frase que destaco en el título de este reportaje: "Horror dá pensarlo", para reflexionar, y es que el doctor, nos explica que los pozos del pueblo donde se abastecen los vecinos, no tienen vigilancia, y que sería muy sencillo para cualquier criminal o enajenado, ocasionar un día de luto a toda la población, arrojando cualquier sustancia nociva a ellos...

 En cuanto a los demás medios más fáciles de llevar a la práctica son:
 -Hacer grandes plantaciones de “Ecualiptus occidentalis”, árbol de crecimiento rápido, de gran tamaño que se cría con facilidad y soporta temperaturas bajas.
 -Extraer los estercoleros cada ocho días como dejo dicho. 
 -Rellenar los saca-tierras y castigar severamente al que los abra para evitar que embalsen agua.
  -Obligar a que los animales muertos sean enterrados profundamente o conducidos a largas distancias del pueblo con el fin de evitar los olores nauseabundos y los productos tóxicos, patógenos provenientes de su putrefacción.
 -Hacer una selección de las viviendas pues existiendo algunas que están casi a la misma altura que las corrientes subterráneas, están las paredes (valga la frase) manando agua y por lo tanto en su grado tal de humedad perjudicialísimo para la salud. 
 -Limpiar las vías públicas y evitar que en ellas se formen charcos por falta del desnivel suficiente, sobre todo en las inmediaciones de los pozos potables. Y ya que de los pozos de agua potable se habla, bueno será hacer constar que esta es malísima por contener gran cantidad de materias selenitosas (yeso) que originan muchos padecimientos del tubo digestivo, aparato urinario, y lo que es más triste aún, que no estando los pozos convenientemente vigilados le sería muy fácil a un criminal o un enajenado ocasionar, ¡horror dá pensarlo! un día de luto a la población arrojando cualquier substancia nociva a ellos.
 Tales son Sr. Alcalde las medidas que a juicio del informante debieran adoptarse para desterrar de este pueblo tan temible huésped que aun cuando no de una manera continua llegan ocasiones en que originan multitud de males y origina la miseria fisiológica y material del pueblo.
Firma: Julián García Suelto.

A continuación compartimos el trabajo íntegro manuscrito del Dr. García Suelto, con su caligrafía original, así como su correspondiente transcripción, desde este enlace de Google Drive:
Pero es que en el libro familiar completo, aparte del trabajo o Memoria sobre el Paludismo en Tembleque, también se incluyen multitud de poemas, escritos, ensayos y un largo etcétera, en ocasiones son publicaciones originales de la familia García Suelto, y en otros casos son copias transcritas entre la década de los 10 y de los 20, del siglo pasado, de famosos autores de todas las épocas, dignos de compartir.
Con una caligrafía cuidadísima, en una encuadernación de lujo. Así pues, me comprometí con Gloria, a digitalizar el libro de manera íntegra, que fue un auténtico placer poder ojearlo y hojearlo entre mis manos, para poder ahora compartirlo y disfrutarlo de manera íntegra con los lectores que así lo deseen. Sus 172 páginas las podéis leer o descargar desde este enlace de Google Drive:
Para finalizar, compartimos un álbum fotográfico, con algunas de las imágenes publicadas en este artículo, en la casa de nuestra vecina Gloria García Suelto, la nieta del Dr. Julián García Suelto.
Vivienda de la familia García Suelto, en la calle Romeral.
Detalles del zaguán y su entrada.
Detalle más nítido de la inscripción.
Fotografía de antes de la última restauración.
Diversos retratos familiares.
Gloria García Suelto en la actualidad, posando en el despacho de su padre y su abuelo,
 Juan Manuel García Suelto y Julián García Suelto. Conserva su mobiliario original.

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