viernes, 4 de noviembre de 2022

La cueva-despensa original del Smo. Cristo del Valle.

Ahondamos un poco más en la fascinante historia del Santuario del Cristo del Valle, que como bien sabéis, su origen, según nos describía en 1769 Domingo Aguirre, es el siguiente:
...El día de San Juan Bautista de 1688, llegaron al paraje de esta ermita, y en un silo que servía de quintería a las labores de un vecino de Tembleque llamado Francisco Rodríguez Palmero dos hombres, en traje de pobres peregrinos, que el uno parecía de edad de 40 años, y el otro de 33, poco más o menos, los cuales en el poste que hay en medio del silo, con polvos y pinceles que traían prevenidos, pintaron la Imagen de Ntro. Señor Jesucristo Crucificado, y al pie de la Cruz su Stma. Madre. (Previamente, habían pedido los peregrinos un poco de aceite para alumbrar, a lo que le había dicho el dueño del silo que ya no quedaba nada en las vasijas. Tras insistir los peregrinos en que volviera a mirar, el dueño del silo comprobó para su sorpresa, que todas las vasijas de aceite milagrosamente estaban de nuevo llenas de aceite). Hecho este se ausentaron sin que persona alguna de los que estaban en el silo lo advirtiere...
Y a partir de ese momento, comenzaron a sucederse los milagros, muchos de ellos descritos en este Romancero y las peregrinaciones al lugar.
Más de 330 años han pasado desde el origen del Cristo del Valle, y en este artículo, os vamos a mostrar el interior de de la cueva-despensa original del Cristo del Valle, muy probablemente construida a la vez que la propia ermita, aprovechando que recientemente, esta cueva fue limpiada y acondicionada, para poder volver a ser visitable hoy en día, ya que en las últimas décadas, la maleza y escombros que con el paso del tiempo se estuvieron acumulando en su interior, impedían su acceso.
Para ello, contamos con un formidable vídeo, grabado por nuestra paisana Victoria Conde, durante la última Romería de septiembre de 2022, además de algunas fotografías de la propia Victoria, o también de Salvador Peces de S, aprovechando dicha visita, y siempre con permiso de la Junta de la Hermandad del Cristo del Valle.
Interior de la cueva, en los años 90 del siglo XX.
Y es que tras la reciente limpieza de esta cueva-despensa, por parte de la Hermandad del Cristo del Valle, únicamente se ha mostrado al público en dos contadas ocasiones, para preservarla lo máximo posible.
De hecho, me gustaría rescatar una excepcional fotografía tomada de en los años 90 del siglo pasado, donde vemos a nuestro vecino José, posando en su interior, y se aprecia parte de la broza y suciedad que ahora han sido retiradas. Es un documento gráfico realmente excepcional.
También contamos con algunas fotografías del antes y después de las escaleras de acceso al interior, desde el patio de la ermita, facilitadas por la propia Hermandad del Cristo del Valle, para que podamos compararlas.
Pero, antes de esta limpieza, ¿Cómo era esta cueva-despensa en sus orígenes? ¿Cual era su finalidad?
Para responder a estas preguntas, contamos con nuestro buen amigo y mejor historiador, Pedro Antonio Fernández Fernández-Peinado, cronista oficial de la Villa de Turleque, y seguramente el mejor conocedor de la historia y origen del Cristo del Valle, que recientemente ha publicado un excepcional trabajo sobre esta cueva-despensa. También aportaremos documentos históricos, rescatados por otro gran historiador, como lo es José García Cano, académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo por Consuegra. Gran experto en la historia del Priorato de San Juan, que es precisamente donde nos ubicamos.
Comenzamos con un ameno resumen descriptivo a nivel general, de estas típicas construcciones manchegas, por Pedro Peinado (le nombraremos así en lo sucesivo, por abreviar):
Cuevas, así es como denominamos en la Mancha a las construcciones subterráneas que han servido funcionalmente como despensa, facilitando el almacenamiento y la conservación de alimentos. Muchas de ellas han desaparecido o están en desuso, pero no cabe duda que han jugado un papel fundamental hasta bien entrado el siglo XX
El acceso a las mismas se lleva a cabo a través de una inclinada escalera que nos introduce en un espacio abovedado, distribuido en galerías simples o con oquedades abiertas en los muros que albergan tinajas para la conservación del vino, aceite, vinagre… Dependiendo de las necesidades del propietario, las dimensiones y la profundidad varían notablemente entre las distintas cuevas. Podemos encontrar plantas con más de un tramo cruzándose perpendicularmente con la galería principal, conformando plantas en forma de “T”, de cruz, de una sola nave con lunetos que arrancan desde los nichos de las tinajas, con bóvedas fajonadas o con bóvedas tabicadas como las galerías de la casa de tercia de Turleque. En cualquier caso, todas ellas construidas con bóveda de cañón.
Lo primero, sería aclarar que esta cueva-despensa del Cristo del Valle, que lleva ahí desde los orígenes de la ermita, no se trata del silo original donde los peregrinos pintaron al Cristo en 1688, ya que la ermita actual, se construyó, precisamente sobre ese silo. Fue una construcción que duró aproximadamente 10 años, desde la donación del silo, en 1688, hasta aproximadamente 1698, tal y como aparece en el escudo de la puerta principal. Por eso está construida a un nivel inferior del resto del recinto, ya que los silos son subterráneos. Es decir, que el silo original ya no existe como tal, al construirse encima la ermita, y la cueva que os vamos a mostrar, era en realidad la despensa anexa a la ermita, y que seguramente se construyó a la vez, o si acaso muy poco después, para ser utilizada por toda la gente que vivía ahí, o en la zona, ya que este Santuario, en sus orígenes y durante muchísimos años, hasta poco antes de las desamortizaciones del siglo XIX, era un lugar no sólo muy frecuentado por peregrinos, sino que tenía mucha población viviendo todo el año alrededor de este gran Santuario del Priorato de San Juan, donde se ofrecían Misas diarias, y las labores agrícolas, ganaderas y de comercio, eran el día a día de toda la zona, en medio del valle del Algodor. Todo ello con sus correspondientes cuentas de beneficios y gastos perfectamente documentadas, como en cualquier población.
Tras la reciente limpieza de su interior, por parte de la Hermandad, se instaló de manera simbólica un pequeño altar, para recordar el origen del Santuario, aunque desde la Hermandad se quiere aclarar que el lugar escogido para ese altar no es el lugar exacto donde aparecieron las pinturas de los peregrinos, que estaban en el silo original, ya inexistente, como hemos explicado anteriormente, al construirse sobre él la ermita, aunque debió ser en un lugar muy cercano, a muy pocos metros. Las vasijas que hoy decoran el interior, tampoco son las que había originalmente, de Colmenar de Oreja y de Mota del Cuervo, ya que las de ahora han sido donadas por varios vecinos.
En cuanto a la construcción, nos apunta Pedro Peinado, que es una construcción típica de la época de la Orden de San Juan. De hecho, en Turleque existe la Casa de la Tercia, construida en la misma época, y también con una cueva muy similar a la del Cristo del Valle, construido en mampostería con similares bóvedas y disposición general.
La descripción que hace Pedro Peinado de la cueva del Cristo del Valle es la siguiente:
El conjunto, construido en mampostería, posee aparentemente buena estabilidad estructural y gran capacidad de resistencia. Consta de varios tramos de galerías que se cruzan perpendicularmente con la principal. Según se accede, las primeras galerías carecen de huecos para albergar tinajas, apreciándose en las bóvedas de cañón las marcas de tablazón de las cimbras. Las siguientes galerías están habilitadas para alojar tinajas. Los nichos están coronados con arcos de medio punto de ladrillo y los espacios cuadrangulares resultantes de la fabricación de las cavidades están rematados con bóvedas de arista y nervios del mismo material, con el fin de dirigir las fuerzas hacia puntos más resistentes. El ladrillo, económico y práctico, también es empleado en el remate de los arcos, utilizando el aparejo de panderete.
Plano de la Casa Tercia de Turleque
Pero, ¿cómo se fraguó la construcción de esta cueva o despensa, desde sus orígenes?
Una vez más, nos quedamos con la teoría del historiador Pedro Peinado, por ser la que más veracidad puede tener, por los datos objetivos que nos aporta en su descripción:
Desde el día de san Juan Bautista de 1688, cientos de personas se dirigían a un austero silo en medio de la Cañada de Urda buscando consuelo en las pinturas que allí dejaron unos misteriosos peregrinos. Dos meses después, el 25 de agosto de 1688, se firmaba la escritura de donación de la santa quintería a favor de la orden de San Juan.
 La afluencia constante de peregrinos hacía necesaria la construcción de un santuario, un lugar digno para el culto de las imágenes milagrosas. La orden era consciente de ello y que aquel fenómeno traería consigo un aumento exponencial de su patrimonio.
 Desde un punto de vista pragmático, el planteamiento que tuvo que hacer el gran prior a la hora de ejecutar este ambicioso proyecto fue, en primer lugar, dotar de los servicios necesarios a visitantes, capellanes, sirvientes y obreros. Para ello, el maestro mayor de obras probablemente comenzó por el acondicionamiento de la capilla, la construcción de la cueva-despensa y, con la tierra de esta, como era costumbre, fabricar los tapiales de otras dependencias (cocinas, hospital, cuartos…). Una vez acabada esta primera fase, comenzarían las obras del templo.
 Previniendo que las obras de una iglesia de estas características tendrían una duración considerable dificultando el tránsito de personas y el desarrollo normal del culto, es muy probable que habilitaran un acceso a la capilla en su cara norte, desde el patio, permitiendo así el curso correcto de ambas actividades.
 Una vez concluida la ermita o en el momento que consideraran oportuno, se unirían ambas (iglesia y capilla) formando un único conjunto artístico. A falta de documentos que puedan sacarnos de dudas, cabe la posibilidad de que la primera fase comenzara entre 1689 y 1690. En los años sucesivos, a medida que fue aumentando el nivel de ingresos del santuario, se irían ampliando y construyendo nuevas dependencias, además de contribuir a las obras del templo, núcleo principal del complejo.
¿Y qué albergaba en su interior esta despensa en sus orígenes? (En la fotografía adjunta, restos de algunas vasijas y demás objetos encontrados tras la limpieza de la despensa).
Aquí contamos con el inventario de bienes del Cristo del Valle en 1774, rescatado por el historiador José García Cano. Tras su estudio minucioso, ya que es un documento muy extenso, su homólogo, Pedro Peinado, y también un servidor, estamos convencidos que la cueva que os mostramos en este reportaje es la que en dicho inventario, con fecha 4 de febrero de 1774 (1) se describe como "CUEVA DESPENSA MAYOR":
«El cuarto despensa mayor llamado la de abajo, situada a la mano izquierda de la entrada en esta casa, por su puerta principal, la primera que se encuentra y tiene su cerradura, llave y aldabilla bastante fuerte.»
 Y el resumen de lo que albergaba en su interior, al menos en aquel año 1774, sería el siguiente:
1) Pesos y medidas: romanas y pesos 
2) Herramientas: martillo de orejas, picos de hierro(2)
3) Herramientas para carne: cuchillos de diferentes tamaños y un tajo de madera de álamo negro(3) 
4) Herramientas para el ganado: una olla para derretir la pez para el empego del ganado(4) , un hierro con el emblema sanjuanista para marcar el empego 
5) Herramientas para el manejo del aceite: un embudo de latón, una libra, una panilla y media panilla(5) 
6) Una troje para almacenar sal 
7) Tinajas: dos de Colmenar(6) para aceite con capacidad de 20 arrobas(7) , una de La Mota(8) de 16 arrobas litros. Una de la Mota, de 16 arrobas para la hierba del cuajo del queso. Una para pimientos en vinagre(9) de El Toboso, de 20 arrobas(10) . Una tinaja pequeña de Alcorcón, de 4 arrobas y otra mediana de La Mota, de 8 arrobas, ambas para vinagre. Media tinaja para hacer la sal de agua(11) 
8) Elementos para almacenar agua: 46 cantaros(12) de barro de La Mota 
9) Otros utensilios: rayos de madera de encina para reparar ruedas de carro y peinazos para la tahona(13)
Leyenda:
1 Tomado del inventario existente en el AGP, sección Infante don Gabriel, fondo Secretaría, legajo 581-fin.
2 Empleados en hacer rayones en las muelas de los molinos de agua 
3 Zoquete con patas para cortar carne, estaba fabricado con madera de olmo común (Ulmus minor Mill) 
4 Marcar el ganado 
5 Medidas para el aceite 
6 Colmenar de Oreja (Madrid) 
7 La arroba de aceite equivale a 12,5 litros 
8 La Mota del Cuervo (Cuenca) 
9 El vinagre es un excelente conservante 
10 La arroba de vino y vinagre equivale a 16 litros 
11 Preparar la salmuera para el salado del queso 
12 Un cántaro equivale a 16 litros de agua 
13 Molino de sangre

Acceso a la cueva desde
el patio interior.
En el trabajo completo de Pedro Peinado, que compartiré en este reportaje, encontraréis mucha más información detallada, así como la manera de llevar agua potable a la zona, ya que no siempre contó con pozos, teniendo que acarrear el agua desde otras zonas cercanas, entre otras curiosidades.
A continuación vamos a hacer un particular recorrido por el interior de esta cueva-despensa, gracias al vídeo que grabó durante la última Romería nuestra paisana Victoria Conde, y con permiso de la Junta de la Hermandad del Cristo del Valle. También se incluyen en este reportajevarias fotografías tomadas ese mismo día.
Compartimos a continuación, desde este enlace de Google Drive, con opción de descarga, el excelente trabajo publicado por el historiador Pedro Antonio Fernández Fernández-Peinado, para ampliar información sobre esta cueva-despensa:
Para complementar mucho mejor esta información, rescatamos el inventario del Santísimo Cristo del Valle, fechado en 1774, en un trabajo perfectamente editado por el historiador Consaburense José García Cano, desde este enlace de Google Drive. Recordar también que el propio José García Cano, junto con Pedro Peinado, nos ofrecieron unas jornadas divulgativas excepcionales en 2018, con motivo de la Conmemoración del 330 aniversario de las peregrinaciones al Cristo del Valle, cuyos vídeos podéis ver de manera íntegra en este artículo del blog.
Tenéis un amplio reportaje al respecto de este inventario de 1774, en este reportaje del blog.
Antes de finalizar, me gustaría recuperar un vídeo del recuerdo, que no es inédito, pues ya lo publiqué hace años en este blog, aunque es probable que muchos no lo conozcan. Se trata de un reportaje sobre el Cristo del Valle, grabado en 1987 por el temblequeño Emilio Moraleda, y que incluye además una interesantísima entrevista al presidente de la Hermandad en aquella época, Manuel Oliveros, que además, nos habla (a partir del minuto 14) de la existencia y dimensiones de esta cueva-despensa, o silo, como a veces se nombra, en aquellos momentos, en los cuales el acceso era muy complicado.
Para completar más este reportaje, finalizo adjunto en el siguiente álbum online, más fotografías tanto actuales como antiguas, del interior y exterior de esta cueva-despensa, en el Cristo del Valle, agradeciendo la colaboración en primer lugar, de la Hermandad del Cristo del Valle, por la labor que han hecho para que ahora todos, con su permiso, podamos contemplar esta parte de la historia. También a los historiadores, Pedro Antonio Fernández Fernández-Peinado, de Turleque, y José García Cano, de Consuegra, por su impecable labor de investigación. A Victoria Conde, que grabó y fotografió el interior de la cueva, y consiguió el consentimiento por parte de la Hermandad para iniciar la edición de este reportaje, a nuestro vecino José, por prestarme la fotografía antigua de los años 90  así como a Salvador Peces de S., por algunas de las fotografías del altar interior que aparecen en este reportaje, que espero que haya sido del agrado de los lectores.

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