No obstante, precisamente por esas predicciones meteorológicas, que ciertamente se cumplieron, pues llovió más de 60 litros por metro cuadrado entre el sábado y domingo días 31 y 31 de octubre, habían sido muchos los vecinos que acudieron a dejar sus flores durante la semana previa, temiendo no poder hacerlo durante el fin de semana o el propio día 1 de noviembre, Día de Todos los Santos.
Por este motivo, el goteo al cementerio de Tembleque había sido incesante desde mediados de la semana anterior, y el día 1, aunque amaneció despejado, si bien es cierto que con algo de viento, pero con buena temperatura, las visitas ya fueron menos numerosas respecto a años anteriores, incluso también al año pasado, cuando la pandemia obligó a tomar bastantes restricciones en todos los cementerios, como podéis recordar en este artículo del blog.
Así pues, un día muy tranquilo, del que vamos a dejar constancia gráfica, gracias a las imágenes facilitadas por Euyín, tanto en el siguiente vídeo, donde también se aprecia cómo estaba el aparcamiento frente al cementerio, como en el resto de fotografías, en el interior del camposanto y su capilla.
El resto de fotografías, todas por cortesía de Euyín, las podéis ver en el siguiente álbum de Google Photos:
Recientemente, volví a editar este reportaje sobre la historia del cementerio de San Isidro, que así se llama el cementerio de Tembleque, con más datos y curiosidades sobre sus orígenes, construido en 1889.
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