Por resumir, diremos que se trata del caso de posesión demoníaca (por más de 300000 diablos) de la mujer natural de Tembleque, Catalina Díaz, apodada "La Rosela", y que fue exorcizada por un clérigo y médium de la vecina localidad de Madridejos, en un caso que derivó en un juicio contra el mismísimo diablo, y que lo más asombroso del caso, es que se mantiene la supuesta firma de Asmodeo, uno de estos demonios, en el libro en cuestión de donde se ha sacado a relucir toda esta historia.
Hace pocos meses, el historiador y académico Juan Luis Alonso, que también forma parte de la empresa "Rutas de Toledo", publicó un extenso reportaje en su página web, "Leyendas de Toledo", muy recomendada para los amantes de todo lo relacionado con la capital regional, y muy amablemente, me ha permitido compartirla también de manera literal, para mantenerla igualmente en la hemeroteca de este blog Todo Tembleque, pero insisto, todo el mérito, y el reportaje original es de él, y lo encontráis en este enlace de Leyendas de Toledo.
Puede parecer un guion para una película de Álex de la Iglesia, pero lo sucedido en Madridejos a comienzos del siglo XVII fue un caso real documentado por el Santo Oficio. Una joven llamada Catalina Díaz, apodada la Rosela, fue considerada poseída por cientos de miles de demonios. Un clérigo local, el licenciado Juan García Fernández, ofició un exorcismo tan elaborado que derivó en un proceso judicial insólito: se interrogó a los demonios uno por uno, se registraron sus nombres —tan extravagantes como “Ojazos”, “Patalón” o “Asmodeo”— y se recogieron sus declaraciones… ¡por escrito! Lo más desconcertante es que una de las relaciones manuscritas, hallada siglos después, contiene una firma trémula atribuida nada menos que al mismísimo Satanás. El caso, que escandalizó a la Inquisición y terminó con la excomunión del sacerdote, inspiró incluso una obra de teatro barroco. Hoy, gracias a los investigadores, sabemos que este episodio no es solo leyenda, sino un insólito episodio real de nuestra historia religiosa y cultural, que a continuación os detallamos.
Una historia que desafía la lógica.
En 1604, en la villa manchega de Madridejos, se desarrolló un episodio digno del más desconcertante relato sobrenatural. Catalina Díaz, conocida como la Rosela, joven vecina de Tembleque, fue considerada víctima de una posesión demoníaca sin precedentes: se decía que albergaba en su cuerpo nada menos que 300.000 demonios. Pero lo más perturbador no fueron sus gritos, blasfemias, ni sus episodios de levitación o vaticinios. Lo verdaderamente insólito —y documentado— fue la aparición de un manuscrito firmado por Satanás y Asmodeo, conservado durante siglos y hoy en manos privadas. Libro firmado por el Diablo.
El juez de los infiernos.
El protagonista de este proceso no fue solo Catalina, sino también su exorcista: el licenciado Juan García Fernández, clérigo de Madridejos. Este sacerdote —más cercano a un médium que a un confesor tradicional— no dudó en abrir un juicio contra los demonios, convocando testigos del más allá. La ceremonia de exorcismo incluyó interrogatorios a entidades infernales, durante los cuales los demonios revelaron sus nombres, entre ellos Asmodeo, Barrabás, Belcebú, y muchos otros con nombres tan grotescos como simbólicos: Robador de Buenos Deseos, Uñas Largas, Soplón o Patalón.Un bautismo defectuoso... y letal.
La raíz del mal, según los exorcismos, estuvo en un bautismo mal realizado. Su comadrona habría omitido las palabras esenciales de la fórmula sacramental: “yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, dejando abierta la puerta a la posesión. Así lo recoge una antigua partida bautismal conservada en la parroquia del Salvador de Madridejos, en la que se justifican las vejaciones demoníacas sufridas por Catalina desde su infancia.El documento infernal.
Una de las piezas más desconcertantes de este caso es un manuscrito firmado por el mismísimo Diablo (y algún Demonio), conservado en un compendio tardío de relaciones manuscritas, algunas de ellas localizadas en colecciones privadas. Allí, entre fórmulas, testimonios y descripciones del exorcismo, se encuentra una rúbrica temblorosa atribuida a Satanás y Asmodeo, lo que ha llevado a historiadores y expertos a debatir entre la realidad documental, la sugestión colectiva o una magistral puesta en escena de tipo teatral.
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| El manuscrito del diablo en Madridejos. Libro firmado por el diablo. Fuente: Librería Astarloa. |
Del infierno... al convento.
Tras su liberación demoníaca, la Rosela fue bautizada —quizá rebautizada— en una ceremonia multitudinaria. Según algunos testimonios, acabó sus días como clarisa en el convento de Madridejos, bajo el nombre de Catalina de San Salvador.De la crónica al teatro barroco.
Tan espectacular fue el caso que pronto inspiró la obra “El pleito que tuvo el diablo con el cura de Madridejos”, escrita por tres titanes del teatro barroco: Francisco de Rojas Zorrilla, Vélez de Guevara y Mira de Amescua. La pieza dramatiza todos estos elementos, convirtiendo el proceso de exorcismo en un auténtico juicio al Diablo ante los ojos del pueblo. Libro firmado por el Diablo.
¿Por qué firmó el demonio Asmodeo este documento?
La supuesta firma del demonio Asmodeo en uno de los documentos relacionados con el caso de Catalina la Rosela tiene una explicación coherente dentro del contexto cultural, religioso y simbólico del siglo XVII, especialmente en la España de la Contrarreforma. Aunque hoy lo veamos con escepticismo, en aquella época se interpretaba de forma literal. Según la documentación histórica analizada, esta firma aparece en una de las relaciones manuscritas que recogen el proceso de exorcismo llevado a cabo por el sacerdote Juan García Fernández en Madridejos. Estas relaciones servían para dejar constancia de los testimonios, hechos y “respuestas” dadas por los demonios a través de la posesa durante las sesiones de exorcismo. Y ahí es donde entra la “firma”.
Razones simbólicas y funcionales de la firma diabólica:
1- Como parte del juicio simbólico al Diablo:
El exorcista trató el proceso como si fuera un juicio legal contra los demonios, en el que los acusados debían declarar, ser identificados e incluso firmar sus confesiones. La firma de Asmodeo —uno de los principales demonios según la demonología cristiana— sería el equivalente a una “confesión escrita”.2- Como prueba de la autenticidad de la posesión:
En ese tiempo, muchos dudaban de los exorcismos y de las posesiones. Un documento firmado “por el Diablo” ofrecía una prueba física que validaba el caso, tanto ante la Inquisición como ante la comunidad.3- Como recurso retórico o teatral del exorcista:
El propio Juan García Fernández actuaba como medium, y probablemente fue él quien, en estado de trance o interpretación litúrgica, escribió el nombre de Asmodeo con una caligrafía temblorosa y grotesca, afirmando que no era suya, sino del demonio. Era una forma de reforzar su autoridad espiritual.4- Como parte de una liturgia paralela o apócrifa:
Existen precedentes en la época de textos firmados “por demonios” o donde se incluían listas de nombres infernales como si fuesen legajos judiciales. No era raro encontrar textos rituales donde los demonios debían “reconocer” su derrota o abandono del cuerpo poseído.¿Quién es Asmodeo?
Asmodeo es un demonio tradicionalmente asociado con la lujuria, las tentaciones carnales y la destrucción de matrimonios. En el libro de Tobías (Biblia), es el demonio que mata a los esposos de Sara antes de consumar el matrimonio. Que aparezca en el caso de Catalina (considerada una mujer no casada, desobediente, y con un comportamiento sexualmente irregular para la época) reforzaba el estigma y la credibilidad de la posesión.Conclusión:
Este episodio no es solo una curiosidad histórica: es una ventana a las creencias, los miedos y la psicología colectiva del Siglo de Oro español. Que una joven manchega llegara a “firmar” un pacto de liberación con el mismísimo Asmodeo nos recuerda que, para quienes lo vivieron, el Diablo no era una metáfora… sino un vecino más. Y lo más curioso: el documento se conserva, y gracias a la Libería Astarloa de Bilbao, que lo contó en un “reel”, os traemos las imágenes que acompañan a este texto, en exclusiva, del manuscrito original, ahora en paradero desconocido.
Así nos puso sobre la pista de este interesante documento la Librería Astarloa:
NOTA: A continuación, compartimos desde Youtube el reel publicado por la página de Instagram de la Librería Astarloa, para poder incluirlo en este blog:
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| Firmado: Satanás + Asmodeo. El manuscrito del diablo en Madridejos. Fuente: Librería Astarloa. |
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| Fuente: Astarloa |
- González Fernández, L. (2007). Puntos de vista y puntos de mira en El pleito que tuvo el diablo con el cura de Madridejos. Culturas Populares. Revista Electrónica, (5), 1–9.
- Gómez Vozmediano, M. F. Clérigos exorcistas en el Toledo postridentino. RABCHTO.
- Origen del libro: https://www.astarloa.es/
Juan Luis Alonso:
Editor y creador de "Leyendas de Toledo" desde 1999. Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Socio de la empresa Rutas de Toledo y Guía Oficial de Turismo de Castilla-La Mancha.Como complemento a este reportaje, hemos comentado que esta historia inspiró una obra de teatro barroco, El pleito que tuvo el diablo con el cura de Madridejos, y precisamente existe un vídeo desde el canal de Youtube de Madridejos, (con copia y opción de descarga desde este enlace de Google Photos), con la presentación, coloquio y representación de un fragmento adaptado de esta obra de teatro, de Francisco de Rojas Zorrilla, Vélez de Guevara y Mira de Amescua, que compartimos a continuación.
De la presentación previa, por parte de varios profesores e historiadores, destacando la participación del Profesor George Peale, obtenemos algunos datos más, como por ejemplo, que Catalina La Rosela (o "La Roseja") tenía 47 años cuando fue exorcizada.
Cuando Catalina tenía 20 años, unas brujas de Tembleque que querían mal a su hermana, también la hechizaron.
En su primer bautismo, la bautizaron en el Nombre del Padre, del Hijo, pero NO del Espíritu Santo, y por eso fue un bautismo fallido.
Su exorcismo, con jornadas de 12 horas, y su posterior rebautizo fue el 18 de abril de 1604, en la pila bautismal de la Iglesia de San Salvador de Madridejos. Se dice que no quería entrar, y tuvo que ser obligada a la fuerza por cuatro hombres, ante su fuerte resistencia.
Tenía en su cuerpo 45 legiones de demonios, y cada legión, a su vez tenía 6666 demonios. Es decir, los aproximadamente 300000 demonios.
Su exorcismo se consideró un milagro y un gran alivio para Catalina, que terminó siendo Clarisa en el Convento de Santa Clara en Alcázar
El cura de Madridejos que la exorcizó, Juan García Fernández, continuó haciendo muchos más exorcismos, siendo muy famoso, aunque en alguna ocasión, sus exorcismos se les fueron de la mano y mató a alguna de las personas poseíadas. Fue perseguido por la Inquisición.
En la presentación, se habla del trabajo publicado por Pedro Luis Camuñas Rosell, en el volumen III de los Cuadernos de Historia y Cultura Popular, de Madridejos, titulado El pleito que puso al diablo el cura de Madridejos. El teatro como puro espectáculo", con mucha más información, además de una transcripción de la partida bautismal de Catalina, y que también vamos a compartir en pdf, a través de este enlace de Google Drive, para complementar mejor este reportaje.












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