Lo que no sabe mucha gente, es que en Tembleque, fuimos casi pioneros por estas tierras manchegas en tener una Pasión de Cristo representada en la Plaza Mayor por jóvenes del pueblo, dentro del denominado Movimiento Junior de Acción Católica.
Nos remontamos aproximadamente al año 1970, y fue en aquellos momentos el joven párroco de Tembleque, Don Jesús, el que impulsó este Movimiento Junior en nuestro pueblo. Algo que recuerdan con agrado todos los jóvenes de aquel entonces, que participaron no sólo en esta representación del Vía Crucis, sino en otras muchas iniciativas que se llevaron a cabo. Hoy en día, todos esos jóvenes rondan entre los 60 y 70 años de edad, aproximadamente.
En este reportaje, vamos a compartir los testimonios y las fotografías que se han logrado rescatar de aquella exitosa representación, facilitadas por varios de los vecinos que participaron, como Julián Martín, Rosa (viuda de José María, quien interpretó a Jesucristo) o Merche Puyo.
El fotógrafo que las hizo en su día fue Manuel Calvo; de hecho en la parte trasera de cada foto está sellada como "Fotografía Calvo". "Negro y color". Tembleque (Toledo).
Las fotos son muy pequeñas (unos 6 x 9cm) y están algo deterioradas, por lo que he procurado escanearlas con la mayor resolución posible, a 1200 ppp, para compartirlas ahora con todos los lectores del blog. Podéis pinchar en cada una para ampliar, aunque la resolución no da más de sí.
En la que ilustra en primer lugar este reportaje, de la que luego compartiremos ampliaciones de sus protagonistas, vemos la excepcional foto de todo el grupo, al terminar la representación. No puedo citar a todos los participantes, pero dejo abierto el apartado de comentarios para que quien lo desee, pueda aportar su testimonio. El párroco Don Jesús, aparece agachado, abajo a la derecha.
Para este reportaje, estuve hablando con varios de los vecinos que participaron, como Julián Martín, Rosa, Juanjo, Merche Puyo, Manolo Corps, Encarna, Isabel, José Pérez, Carmen Bernabé, etc... para que cada uno me aportara un poco de sus recuerdos sobre aquel evento, que como digo, fue el Viernes de Dolores de la Semana Santa de 1970, año arriba o año abajo.
Participaron multitud de jóvenes de Tembleque, prácticamente niños, pues rondaban entre los 12 y 16 años, aproximadamente. Los monitores eran algo mayores, de unos veintitantos años, como Isabel o José Pérez, así como Encarna, que fue una de las que hicieron de narradoras.
Aquel año, hubo unas obras en la Plaza Mayor, por lo que se había formado un montículo de tierra y escombros, junto al Ayuntamiento, que muy hábilmente se utilizó como monte de los olivos, donde Jesucristo fue crucificado.
Entre el párroco Jesús y nuestra vecina Isabel, y más monitores, organizaron todo, incluyendo el vestuario, los ensayos, etc...
La viuda de José María, Rosa, además de facilitarme algunas de las fotografías de este reportaje, también me ha cedido una de José María a color, y así poderle rendir nuestro particular homenaje póstumo, a través de este artículo.
Una segunda fotografía muy similar a la anterior, pero con detalles y protagonistas distintos, pues el fotógrafo parece que hizo dos fotos desde la misma posición, con pocos segundos de diferencia, aunque eso permitió que aparecieran varias personajes tras Jesucristo que en la anterior fotografía no se les veía la cara:
No faltó ninguno de los principales personajes, como Herodes, San José o Poncio Pilatos, así como las Vírgenes María Magdalena, María de Cleofás o la Virgen María (foto inferior, interpretadas, de izquierda a derecha por Sagrario Rodelgo (María Magdalena), Merche Puyo (Virgen María) y Emilia Carrero (María de Cleofás). En definitiva, no faltó ningún detalle, dentro de las posibilidades técnicas y humanas de aquel ya lejano año 1970.
La representación se hizo en toda la Plaza Mayor, con un recorrido que la bordeaba por completo. Los narradores iban describiendo cada escena, según se había ensayado previamente desde semanas o meses atrás, y simultáneamente, los jóvenes actores hacían acto de presencia interpretando sus escenas; Jesucristo, bajando desde el puente de la zanja, entrando por los arcos principales, donde le pusieron su Cruz, mientras le azotaban los soldados romanos. En el callejón del Toril esperaba Herodes, mientras que a lo alto de las galerías también estaba Poncio Pilatos.
En la fotografía de los cuatro jóvenes, que dicho sea de paso, se vestían en la casa de Bernardi (Plaza de la Orden, junto al Pozo Palacios), aparecen, de izquierda a derecha: José Agustín Barrilero, de pastor; Julián Martín Benito, de Judas; José Luis Verbo, de soldado romano, y Ataúlfo López, de Barrabás.
Por citar a otros vecinos de los muchos que participaron, estaban, por ejemplo, Félix Vizcaíno, de soldado romano; Jacinto Seguido (QEPD), de José de Arimatea; José Luis Molina, de Apóstol Simón, Teófilo Sánchez, de Poncio Pilatos, Pili Domingo, de Verónica,
La escena final, como he comentado, fue en ese particular monte del olivo, que se adornó con olivos instalados en ese montículo improvisado por las obras en la Plaza. Y la Resurrección final de Jesucristo, saliendo al balcón del Ayuntamiento, como veis en esta última fotografía, bastante deteriorada por el paso del tiempo, pero igualmente ilustrativa. Aquí vemos a José María, interpretando a Jesucristo, y en el balcón de la izquierda, aunque está muy oscuro, estaba Manolo Puyo tocando con su tambor, así como el resto de narradores.
También participaron muchos de los maestros del colegio, como narradores o simplemente ayudando en la organización.
Encarna, una de las narradoras, aún recuerda al pie de la letra alguno de los pasajes que leyó. De hecho, en mi pequeña entrevista con ella, me relató, de manera improvisada, algún extracto de uno de los pasajes que le tocó leer, sin titubear en ningún momento, a pesar de los más de 50 años que han pasado desde entonces:
Maltratado y afligido, no abrió la boca, como cordero llevado al matadero, como oveja muda ante los trasquiladores. ¿Qué te he hecho, pueblo mío, en qué te he contristado?
Otros narradores fueron José Pérez, Tere Flores, Isabel Vizcaíno o Antonio Román.
Lamentablemente, no existe vídeo de este evento, del que todos coinciden que fue un gran éxito. Y las fotos, en aquella época, fueron más bien escasas, aunque suficientes para al menos poder felicitar a todos los participantes, y dejar testimonio gráfico.
Rescato, de la fotografía principal de todo el grupo, tres ampliaciones, de izquierda a derecha, dentro de las limitaciones de resolución, para intentar identificar mejor a sus protagonistas.
Esta representación del Vía Crucis se llevó a cabo únicamente ese año, y desde entonces no se ha vuelto a hacer nada similar. Hoy en día, el Vía Crucis de cada Viernes de Dolores se sigue realizando de manera más simbólica, dentro de los actos religiosos programados en cada Semana Santa, donde los jóvenes, aunque no de manera teatralizada, sí siguen leyendo los pasajes bíblicos del Vía Crucis.
Desde aquí animo a los jóvenes de hoy en día a volver a tomar esta iniciativa tan preciosa, como la que tuvimos en 1970. Seguro que si se lo proponen, también lo hacen de lujo.
Finalizo este reportaje, en primer lugar felicitando a todos los que lo hicieron posible, agradeciéndoles también su colaboración a la hora de la edición de este artículo; también con un emotivo recuerdo para los que ya no están con nosotros; y cómo no, compartiendo el enlace al álbum online con todas estas fotografías, escaneadas de las copias originales a la máxima resolución posible, 1200ppp, dentro de sus limitaciones por tamaño, ya que cada foto mide aproximadamente 6 x 9 cm, por quien se las quiera descargar.
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