De hecho, fue nuestro buen amigo David, natural de Villarrubia de los Ojos, y que durante los últimos meses ha estado trabajando en el Centro de Recepción de Turistas de Tembleque, el que me facilitó esta pequeña historia, partiendo de un antiguo libro que conserva su padre, escrito por Luis Villalobos en 1967, titulado "Siglo XVIII. Toros Jijones. Esplendor y ocaso de esta ganadería brava española", y que trata precisamente sobre la ganadería de los toros Jijones y la historia de la familia de dichos ganaderos, los Sánchez-Jijón. Es un libro local que aún mantienen algunos vecinos de Villarubia de los Ojos.
Por no extenderme demasiado, me voy a centrar exclusivamente en este artículo del blog en la historia vinculada con Tembleque.
En el capítulo II de dicho libro, hablando sobre los miembros de la familia Sánchez-Jijón, propietarias de la ganadería, se nos narra cómo los dos últimos supervivientes de esta ilustre familia, son dos hermanos, Don Juan, nacido en 1661, y Don José en 1679. Habían tenido muchos hermanos, pero todos fueron muriendo por diversas enfermedades letales de aquella época. Sólo quedaron ellos dos, el mayor y el benjamín.
Pues bien, nos volvemos a situar en el año 1724, y vemos que ambos hermanos vivían juntos, y estaban solteros, en una época en que eso era toda una rareza, pues lo normal era casarse joven. Ellos ya eran muy mayores para contraer matrimonio, pues Don Juan tenía 63 años, y su hermano Menor, Don José, 45, y ya se habían acomodado a la vida tranquila y rica que les proporcionaba su ilustre ganadería.
Aún así, temerosos de que con ellos se acabara su apellido, y tras meditarlo ambos hermanos, el menor, Don José, finalmente decidió que buscaría esposa. Y para ello, buscó en las familias nobles del vecino pueblo de Consuegra.
Dicho y hecho, finalmente conoce a la familia formada por el matrimonio de Don Miguel de Torres y Figueroa, natural de Consuegra, y Doña Josefa de Valdés y Pliego, natural de Alcalá de Henares. Este matrimonio tenía una joven hija de 19 años, Doña Josefa María, bautizada en Consuegra.
La gran diferencia de edad no fue impedimento, pues poderoso caballero es Don Dinero, y de eso no faltaba en ninguna de las dos familias.
Así pues, llegamos al punto donde nuestro pueblo, Tembleque, entra en escena, y es que nos explican textualmente, al respecto del inminente enlace entre Don José y Doña Josefa que:
"Boda hubo en Tembleque, en este año de 1724".
No hay constancia de la fecha en la que se realizase este enlace, no obstante, sabemos cómo la novia iba dotada de 66000 reales.
"...el vestido que la novia llevó para acercarse al altar fue: "Basquiña, casaca y jubón de tela encarnada forrada de tafetán carmesí y mantilla de lo mismo", que años adelante se tasó en la cantidad de 4045 reales"...
La fotografía de la pareja de novios de este artículo es una ilustración en acuarela, que está incluida en el documento que acredita que una familia era noble o hidalga. Se le denomina: Ejecutoria Iluminada de Hidalguía.
El capítulo profundiza y explica mucho mejor toda esta historia. Finalizaré el artículo con dicho capítulo completo, por quien lo quiera leer íntegramente.
Nos podría parecer extraño que un enlace de familias nobles, cuyo novio es de Villarrubia de los Ojos, y la novia de Consuegra, decidan casarse en Tembleque. La explicación es que la familia paterna de la novia, cuyo padre se llamaba Don Miguel de Torres y Figueroa, pertenece a la rama de la ilustre familia de los Torres en Tembleque, y por ese motivo estaban muy vinculados a nuestro pueblo.
De hecho, profundizando más en el libro, en el capítulo V, vemos que este matrimonio tuvo dos hijos, y que poco antes de morir Don José, nombro como uno de los tutores de sus hijos, a un tío del mismo, que ya era natural de Tembleque. Extraigo el párrafo:
Más adelante nos explican que uno de los dos hijos, José Antonio, cursó sus estudios en Tembleque:
Contamos también con un pequeño árbol genealógico de aquella época, cortesía del dueño de este histórico libro, para centrarnos mejor en la historia:
Os dejo en pdf el prólogo y el capítulo II de dicho libro, por quien quiera profundizar más en esta historia:
Muchas gracias a David, por compartirla con todos los seguidores del blog.
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