Lo primero es dar muchos ánimos a la familia de Tembleque
afectada por este suceso; amigos míos y compañeros de trabajo. Afortunadamente
no hubo daños personales. Os cuento lo sucedido:
A eso de las 7 de la tarde del martes 9 de julio, se divisaba una columna de humo
visible a varios kilómetros; de hecho, la primera toma del vídeo está grabada
desde la carretera del yeso, cerca del cementerio, bastante alejado de la zona. Los bomberos
habían acudido rápidamente a sofocarlo.
Por aquel entonces lo único que sabía es que se trataba de
un vehículo ardiendo. Sería más tarde cuando me comentaron que se trataba de un
tractor, y además de Tembleque.
Un par de horas más tarde pasé por el lugar, pues estábamos
segando en una zona muy próxima. Estuve
charlando con los dueños del tractor,
amigos míos. Resulta que la causa había sido un cortocircuito de manera fortuíta.
Algo que también a mí me sucedió hace años, aunque tuve la fortuna de poder
sofocar las primeras llamas a tiempo; algo que resultó completamente imposible
al tractorista, otro buen amigo mío, y al que desde aquí le mando un abrazo por
el mal trago que se llevó.
Los bomberos ya habían abandonado el lugar, tras sofocar
parte de la cuneta y camino anexo a la carretera de Mora, al cual había alcanzado el
fuego, y una gran grúa se disponía a cargar el siniestrado tractor. En ese
momento, una de las ruedas comenzó de nuevo a arder, levemente, por lo que se optó por volver a
llamar a los bomberos, ya que así no podía ser cargado a la grúa.
En esos instantes el ambiente se había vuelto muy oscuro,
con una gran tormenta de polvo, que culminó en una ventisca, y muchos hablan
incluso de tornado. Justo en el momento que volvieron los bomberos, la zona que
aparentemente estaba ya apagada, volvió a resurgir con fuerza, y fue ahí donde
se vivieron los momentos más angustiosos, por el inminente peligro de que ardiera parte del campo o incluso uno de los coches de la Guardia Civil, que estaba aparcado justo al lado de este nuevo foco de fuego.
A su vez, el tornado hizo desprender parte de la uralita del tejado de una granja abandonada, la “GAOMA”, al otro lado de la calzada, lanzando con fuerza los trozos en nuestra dirección. Todos, bomberos y operarios de grúa incluídos, tuvimos que refugiarnos rápidamente tras los vehículos, para no ser alcanzados por las piezas. Sentimos en esos momentos miedo. Fueron unos segundos interminables. Un caos. No recordaba unas rachas de viento tan fuertes en toda mi vida, y encima en medio de un incendio, que gracias a la labor de los bomberos pudo ser finalmente sofocado. De lo contrario, hubieran peligrado las primeras viviendas de entrada a Tembleque por la carretera de Mora, sin duda…
A su vez, el tornado hizo desprender parte de la uralita del tejado de una granja abandonada, la “GAOMA”, al otro lado de la calzada, lanzando con fuerza los trozos en nuestra dirección. Todos, bomberos y operarios de grúa incluídos, tuvimos que refugiarnos rápidamente tras los vehículos, para no ser alcanzados por las piezas. Sentimos en esos momentos miedo. Fueron unos segundos interminables. Un caos. No recordaba unas rachas de viento tan fuertes en toda mi vida, y encima en medio de un incendio, que gracias a la labor de los bomberos pudo ser finalmente sofocado. De lo contrario, hubieran peligrado las primeras viviendas de entrada a Tembleque por la carretera de Mora, sin duda…
Afortunadamente, no hay que lamentar daños personales. Tan “solo”
la pérdida del tractor, algo que afecta de lleno a esta familia, a la que desde
aquí le mando un fortísimo abrazo y mucho ánimo. Sin duda han pasado un muy mal
trago.
Os dejo un par de vídeos (uno de ellos es un resumen, y el otro va de forma íntegra) y las fotografías de la fatídica tarde que pasamos en Tembleque el 9 de julio de 2013, algunas mías, y otras cedidas por Concha y Jose Luis.
1 comentario:
Ay que ver la que se puede liar en un momento,
Tenemos la vida en un peligro constante, menos mal que no tuvimos que lamentar daños personales.
Publicar un comentario