Me gustaría rememorar una vez más aquella crónica del diario "El Castellano", fechada en 1927, donde se describía espléndidamente este palacio con motivo del banquete organizado por sus dueños tras la inauguración del Grupo Escolar de Tembleque, que ya publiqué en este blog y en su día en VDT, con aquel reportaje sobre el interior de La Casa de las Torres, y aprovechando que la crónica está escrita en la misma época que estas formidables fotografías, y que además su lectura resulta muy amena:
EL BANQUETE.
Lector: figúrate
en lo más amplio de nuestra calle Real, festoneada por las copudas acacias aún
en todo su verdor y pompa que, tamizando la luz, cubren de verde esmeralda los
viejos sillares, los artísticos hierros de sus balconaje; la magnífica portada,
verdadero encaje de granito; las dos airosas torres cuadrangulares rematadas en
agudas trazas, enmarcando la austera casona pregonera de rancias
noblezas…
Ábrense
los grandes portones para recibir a tan ilustres personalidades… El patio
enorme, cuadrado, de portales amplios y galerías corridas en su torno. En el
centro el pozo de brocal en ochavas rematado por artístico hierro soporte de la
garrucha. En uno de los portales, panzudos secos repletos de grano ponen su nota
típica de casa labradora.
El Señor Suárez
Somonte no puede ocultar su alegría; avanza con juvenil viveza hacia la
portadilla del corral, lleno de luz cegadora penetra en todas las dependencias.
Cobertizos en que yacen hoy en depósito las típicas galeras, los carros de
labor. Las cuadras donde buen número de mulas comen pacíficamente su pienso;
aspira con deleite el vaho cálido y agrio del ambiente… Y sus ojos de tonos de
acero certeros y firmes, se velan por la emoción.
La escalera regia,
en cuyo frontis campea el escudo de los Alejo. ¡Qué prodigio de
galerías! ¡Qué sala la colindante al oratorio! ¡Qué muebles aquellos, escasos
para tan amplios recintos, en que campean señoriales pregonando toda una
historia de grandezas!...¡Y qué curiosa la colección de óleos sobre las
transformaciones por cruzamientos de la raza humana!
Y en tan señorial
ambiente, lector amigo, que sus ilustres dueños, el ingeniero agrónomo
don Víctor Fernández Alejo y su respetable y bella esposa doña Purificación
Sabater de F. Alejo, pusieron galantemente a disposición de nuestro
alcalde, se verificó el banquete ofrecido por el Ayuntamiento a sus ilustres
huéspedes de unas horas, banquete íntimo que bien en contra de los deseos del
señor Torres hubo que limitar a concejales, autoridades civil y militar judicial
y eclesiásticas, maestros nacionales, prensa y forasteros venidos con
representación oficial o acompañantes de las altas autoridades.
…El alcalde (de
Tembleque) termina dando las gracias más rendidas a los dueños de la casa, los
respetables señores de Fernández Alejo, por la amable hospitalidad que nos han
prestado.
Seguidamente el
señor Suárez Somonte dio las gracias al alcalde por la espléndida acogida que le
ha dispensado el pueblo de Tembleque; a los señores dueños de esta mansión,
señores y labradores, que tantos recuerdos ha evocado en mi alma –dice- porque
yo, señores, que soy de los que se enorgullecen de su humilde origen, cuando
visitaba esos corrales llenos de aperos de labor y aspiraba el bravío perfume
que el campo pone en todos sus elementos de trabajo, evocaba mi infancia, mis
primeros años, hasta los catorce, en que, hijo de labradores, he roto alguna vez
la escarcha de la barbechera para que los sementeros arrojaran el bendito
grano.
¡Brindo
por Tembleque labrador, por su Ayuntamiento y por su alcalde, y sobre todo por
la prosperidad de los dueños de esta casa tan acogedora y tan
cortés!...
Y por último, el
señor Fernández Alejo, en oportunísimo momento y en breves frases llenas de
sincera emoción, pone a disposición de todos su casa, sus servicios personales y
toda su alma en cuanto sirva para realzar a su querido pueblo. (Grandes
aplausos).
Corresponsal de “EL CASTELLANO”. ARCE. Tembleque 9 de Octubre de 1927.
Pocos años después de tomarse estas fotografías y la escritura de la formidable crónica, en la Guerra Civil de 1936, este emblemático edificio fue saqueado, perdiendo muchas de sus pinturas y muebles que adornaban el palacio. Posteriormente fue utilizado, entre otros usos, como cuartel de la Guardia Civil, y en 1979, fue declarado Monumento Histórico Artístico. Tuvo algunas restauraciones donde se eliminaron las cuadras y patios posteriores, dejando el edificio tal cual hoy en día podemos observarlo, y un gran parque en la parte trasera. En próximos reportajes os mostraré imágenes tomadas durante algunas de estas restauraciones, por cortesía de Emobar y Jose Luis Gómez Fernández-Mazarambroz, descendiente de esta ilustre familia de los Fernández-Alejo.
Algunas escenas cinematográficas se han rodado en este palacio, las últimas fueron correspondientes a la película de Emilio Aragón "Pájaros de papel" y en un capítulo de la serie de televisión "Águila Roja". Me despido con dichas imágenes hasta una nueva entrega de estos reportajes de carácter histórico.
2 comentarios:
bueno Fredy, vaya reportaje es SOBERBIO! me tienes alucinada, cuantas cosas estoy aprendiendo de tu querido Tembleque.muchas gracias hermoso.
O sea que el señor Fernández Alejo tiene que tragar con que el Ayuntamiento sea quien organice el banquete y ¡en su casa!, invitando a quien considera oportuno. ¡ País! desde siempre.
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