miércoles, 6 de mayo de 2015

Temblequeños por el mundo (XXIII). El valle de Arán.


Nueva excursión de un buen grupo de Temblequeños, organizada por la Asociación de Mujeres "El Clavel" esta vez al valle de Arán, del 1 al 3 de mayo. En esta ocasión será nuestro vecino, y ya diría cronista oficial, Julián Sánchez quien nos narrará en primera persona una estupenda crónica de todo el viaje, por lo que no me extiendo yo más en la presentación de este artículo.

CRÓNICA SENCILLA DE UNA GRAN EXCURSIÓN:
Empiezo pidiendo disculpas por mi etrevimiénto, ya que no tenía
yo intención de contar el viaje. Al día siguiente del regreso,mientras
me duchaba me vino la idea de que era preciso contarlo a los vecinos que
quedaron aquí, no para su envidia, sino pera que aprovechen lo próxima
ocasión y no la dejen escapar.Por eso al no tenerlo previsto, tampoco
fui preparado ni tomé apuntes o notas y mi cabeza no está para recordar mucho.
Entiendo que muchos de los que fuimos sería capaz de contarlo,
incluso, mejor que yo, pero como veo que no se ofrece nadie, lo voy a intentar.
Sin ser periodista ni cronista lo contaré a mi manera.
Eran las cinco de la mañana del primer día de mayo del 2015.
salíamos mi esposa y yo de casa, cuando Tembleque dormía
y descansaba.Enseguida oímos el rodar de las maletas modernas,
que nos hablaban de que iríamos en la misma expedición.
Naturalmente, pronto fuimos muchos los que esperábamos al
autocar que nos llevaría a la excursión, que las mujeres del " Clavel " del
pueblo venían preparando, ya desde el año pasado.
A las cinco y cuarto, puntual, como siempre, apareció el autobús.
Entre comentarios, saludos y alguna sonrisa tomamos asiento
y comenzó la larga caminata que teníamos por delante.
Casi en silencio, somnolientos por la hora, comenzamos a rodar, convencidos
de que todo iría bien.Recogimos más excursionistas en Parla y Madrid.
Hicimos la primera parada para tomar el desayuno, en un restaurante
autoservicio, situado cerca de la autovía.
A partir de ahí, repuestas las fuerzas, hubo mucho ánimo charlando
y comentando, los que se hallaban más cerca, animadaménte.
Llegamos a Barbastro al filo de las dos de la tarde, donde comimos.
Era un hotel de cuatro estrellas y salimos muy satisfechos por el
buen servicio y mejor cocina.
Nuestro destino eran los Pirineos, el Valle de Aran, una distancia de
al rededor de setecientos kilómetros. Eso no importaba, augurábamos
una excursión de primera magnitud, como, en realidad lo fue.
Pero antes, pasamos por Zaragoza y visitamos el Pilar.
Según nos acercábamos al destino y nos topamos con las estribaciones
de los Pirineos, su grandiosidad, altura, cortados y precipicios nos hablaban
de que la visita a estos parajes se presentaba más que satisfactoria.
Cruzamos el túnel, el nuevo, de Viella de unos cinco kilómetros,por cierto
que al la salida nos sorprendió una niebla que apenas dejaba visión de
unos cincuenta metros, pero solo molestó pocos minutos.
Pronto aparecieron pueblos pequeñitos adosados a las montañas y en
los valles, construidos en piedra y cubiertos con pizarra. Montañas altisimas,
precipicios inalcanzables, todo verde, verde; muchísima vegetación; vacas,
caballos, ovejas pastaban tranquilamente sin prestarnos la menor atención.
No recuerdo los nombres de tanto pueblecitos, solo el importante que se
llama Biella, naturalmente y en el siguiente, estaba ubicado el hotel.
Una vez que tomamos posesión de las respectivas habitaciones y disminuidos
por el cansancio, casi la totalidad nos fuimos a descansar.
En estos días hemos recorrido gran parte del valle de Aran con un guía como
pocos se han conocido. No se había aprendido de memoria el rollo, sino que
hablaba como quien sabe mucho del valle y de sus gentes : costumbres historia,arte,
geografía etc.Comprendimos su buena preparación porque, además, ha nacido
en un pueblín de dicho valle.
Uno de los momentos álgidos y más sobresalientes de las excursión fue pisar la
nieve en Baqueira, pero con una temperatura para aguantarla en mangas de camisa,
además estos días han sido preciosos por la claridad y el buen tiempo, entre veinte
y veintidos grados. ¿ podíamos pedir alga más ?
Tengo que subrayar y ponderar el comportamiento de todos. Los más jóvenes han
disfrutado mucho con su juventud, alegría y buen humor. Caso a destacar el de
José Manuel Checa, yo no le conocía en este aspecto excursionista, había oído
cosas agradables de él, pero lo he comprobado por mi mismo. Entre muchas cosas,
dichos, refranes, chistes tengo que resaltar cómo nos delehitó con un número tan
especial que arrancó risas, aplausos y muchos comentarios, cuando nos brindó
una sardana con sus " trinos trémulos " ejecutados con la lengua, imitando al
instrumento de cuerda, el laúd, pero con tanto acierto como buen oído y buen gusto.
Tengo que resaltar también cómo algunas señoras recogieron algunas lilas, flores y
hasta matas de tomate para montar una huerta-jardín en el pueblo. La de la mata
de tomate, recibida como regalo en Barbastro, tuvo peticiones de cara a la cosecha.
Pero la guardaron en la papelera de autocar, alguien la empujó y todo se fue al traste,
lo que sirvió de chiste y regocijo para la concurrencia.
Sobresalen en mi memoria el conductor, Roberto, ya, de todos
es conocido por las muchas excursiones , bodas y otros eventos que cubre.para el
pueblo. Profesional, puntual, cariñoso, cercano, siempre buscando cómo agradar a los clientes, cumpliendo escrupulosamente el programa acordado.
Por último el hotel, de cuatro estrellas muy brillantes: Personal de servicio atento,
agradable, cariñoso y tolerante.Limpieza que brillaba por todas partes. Cocina excelente en los alimentos, sabores y buen hacer y quedamos muy satisfechos. Y la ubicación del hotel,
justo al pie de una montaña toda verde, empinada y con nieve en sus cumbres.
El domingo, día de la madre, con mucha ilusión y emoción quise honrar a las madres y zarandeado por los nervios, pude leer unas lineas, que así empezaban:
No existe regalo mejor
que decirle a una madre : TE QUIERO,
decírselo con todo el corazón,
porque desde el vientre, ella,
ya nos lo enseñó primero
cómo debe ser el buen amor.
El resto podréis verlo en todo Tembleque, publicado el día primero de mayo.
Esto tuvo lugar cuando todos estábamos para partir, dirección Francia,el último
desplazamiento antes de la comida, después de la cual partimos ligeros
hacia la tierra chica, que ya anhelábamos.
No eran las doce cuando llegamos y todos salimos disparados buscando
nuestros dulces hogares.Pero pensando ya en la próxima.
Si queréis saber quien soy
y no queréis preguntar,
yo os lo voy a explicar,
ex-estanquero del pueblo,
todos me llaman Julián. Julián Sánchez.


Para finalizar, y complemento a este nuevo artículo de "Temblequeños por el mundo", contamos con dos estupendos álbumes de fotografías, el primero de ellos, por cortesía de María Tovar, y el segundo, mucho más extenso, por gentileza de Ángel López Gil. Muchas gracias a ambos, y también a Julián, por compartir con todos su magnífica aventura por el valle de Arán.

 Y añado un par de fotografías espectaculares de todo el grupo, por cortesía de Rosario Santos.

1 comentario:

Maribel dijo...

Muy bonitas las fotos, gracias a Pedro por ponerlas y a Mari y Angel El viaje ha estado muy bien, un poco cansado porque son muchas horas de bus,, pero es normas pues estamos muy lejos , Gracias a Julián por su completa y brillante crónica