martes, 11 de diciembre de 2018

Accediendo al Chapitel de la Iglesia de Tembleque, tras el desprendimiento de una bola de plomo.

Llevamos tiempo denunciando el mal estado del chapitel de la Iglesia de Tembleque. Ya en junio de 2013, tuvimos el desprendimiento de una pequeña pieza de pizarra, que cayó a la acera, junto a la puerta de la torre (enlace a dicho vídeo). En aquel momento, se valló provisionalmente el contorno, durante unos meses, para prevenir posibles nuevas caídas.
En agosto de este mismo año 2018, pudimos apreciar el deterioro y desprendimiento de más parte de la pizarra. No cayó a la vía pública, pero el chapitel quedó bastante dañado (acceso al vídeo).
Lo más grave ha sucedido recientemente, aunque al final quedara todo en un gran susto, como ahora trataré de explicaros. Por lo visto, el pasado domingo día dos de diciembre, debido al deterioro de la pizarra, una parte de esta resbaló por el chapitel, y provocó la caída de una de las bolas de plomo instaladas en uno de los cuatro pináculos alrededor del chapitel, sobre uno de los ventanucos de acceso al interior, ya que cedió el palo de madera donde estaba sujetado.
 Esta vez, sí que cayó en la vía pública, junto a la puerta principal de la Iglesia, poco después de la salida de la misa del mediodía.
En la fotografía superior, señalo con flechas dos de esas bolas, y la falta de una de ellas (la que cayó), que debía estar donde rodeo con un círculo rojo la fotografía.
Afortunadamente, no cayó sobre ninguna persona ni vehículo, algo que hubiera sido fatal, pues esta bola metálica, del tamaño aproximado de un balón de balonmano, pesa alrededor de tres kilogramos.
De este suceso yo tuve noticia hace apenas unos días, y tras hablar con el párroco Don Carlos, me comentó que iban a venir de la empresa que restauró el tejado (el chapitel no estaba incluido en aquel proyecto).
Don Carlos, muy amablemente me enseñó la famosa bola metálica, que guarda en la sacristía de la iglesia, de la cual os dejo una fotografía con mi propia mano, para que os hagáis una idea del tamaño. Tenía un fuerte bollo, seguramente provocado por el fuerte golpe contra el suelo, en esa caída libre de unos 40 metros.
Puesto que el peligro ya había pasado, opté a esperar un par de días a la visita de Rafael, el encargado de la obra, para procurar tener una información más detallada.

Este lunes 10 de diciembre, la empresa de Rafel Gómez Galdón se presentó, y con la ayuda de una gran grúa de MILOMA (empresa de un pasiano nuestro en Villacañas), visible por su altura desde varios kilómetros a la redonda, accedieron al chapitel para evaluar los daños y buscar una solución, la cual llegó provisionalmente durante la misma mañana.
Con la grúa, pudieron llevar una escalera hasta la zona de la torre del reloj, para una vez en dicho habitáculo, acceder por una rampa del techo al interior del chapitel, del cual se puede salir por cuatro ventanucos hacia el exterior, para bordear la balaustrada de todo el perímetro.
Hacía más de 30 años que el chapitel se había restaurado, en 1985, y desde entonces, nadie había accedido al mismo.
Interior del chapitel.
Tras evaluar los daños, se comprobó que en la fuerte pendiente del chapitel, no hay nada en su base que pueda parar cualquier posible desprendimiento, salvo las pequeñas columnas de la balaustrada, aunque en el caso que nos ocupa, la bola debió caer entre medias de esas columnas.
Así pues, de manera provisional, se ha instalado una valla metálica en todo el perímetro, para sujetar cualquier posible nuevo desprendimiento, y evitar que caiga fuera de la balaustrada.
Es una solución eficaz, aunque provisional, pues está previsto que el próximo año 2019 se restaure completamente el chapitel, por parte del arzobispado de Toledo, ya que las piezas de pizarra, en según qué zonas, siguen estando en mal estado, debido al paso del tiempo, la humedad, y la falta de mantenimiento, debido al complicado acceso a dicha zona. Para esta próxima restauración, se prevé montar un gran andamiaje alrededor de toda la torre, algo que en realidad resulta más costoso casi que la propia restauración, según me han explicado, pero es necesario para una correcta finalización de la obra.
Para completar este reportaje, debo agradecer a Rafael, el encargado de la empresa, que muy amablemente me ha facilitado unas fotografías y vídeos del interior del chapitel, grabado por sus operarios. Imágenes inéditas y exclusivas que podéis ver en este pequeño vídeo. 
Algo que hasta ahora solamente habían visto los trabajadores que intervinieron en la última restauración de 1985, entre ellos algunos temblequeños, aunque que yo sepa, no existía hasta ahora ninguna fotografía del interior.
Estas tareas de mantenimiento, e instalación del vallado metálico para frenar posibles nuevos desprendimientos, se alargaron durante toda la mañana del lunes 10 de diciembre, pero al menos los vecinos ahora ya podemos estar tranquilos, pues hasta que llegue esa restauración, se puede comprobar, gracias a las fotografías facilitadas por la empresa durante sus trabajos, que la zona ha quedado bien segura.
De momento, esto es todo lo que os puedo comentar sobre el famoso desprendimiento de esa gran bola del chapitel de la iglesia de Tembleque, algo que en los últimos días ha sido muy comentado por todos los vecinos, creando cierta alarma, aunque es un tema que no ha llegado a salir en los medios de comunicación.
Sirva este reportaje del blog, para dejar constancia de lo sucedido y su solución, agradeciendo tanto al párroco Don Carlos como a la empresa de Rafael Gómez su colaboración para facilitar toda la información necesaria sobre este asunto.
Aprox. 1910
1985
Finalizo como curiosidad con una fotografía tomada aproximadamente sobre 1910, hace más o menos un siglo, por el Conde de Cedillo (acceso al resto de fotografías y reportaje completo) donde vemos que el chapitel, los pináculos y la balaustrada, eran muy parecidos, por no decir iguales, a como lo están hoy en día, desde la última restauración de 1985. Ya por aquel entonces, a principio del siglo XX, el Conde de Cedillo describía la torre de la iglesia así: "...Sobre el tercer cuerpo (de la torre), obsérvase un antepecho de balaustres y pinaculillos del Renacimiento y resguarda y corona el conjunto, un agudo chapitel de pizarra y plomo..."
Y también adjunto una fotografía, la única que he encontrado, con el andamiaje que se instaló en aquella última restauración de 1985.
Edito este reportaje un día después de su publicación, para añadir la crónica que han publicado en el diario "La Tribuna de Toledo", con fecha 13-12-2018, cuyo periodista se puso en contacto con el blog, y también con el párroco Don Carlos, para pedir información y permiso para publicar alguna de estas fotografías. 
También, los informativos de de la Televisión Regional de Castilla-La Mancha, CMM, se hicieron eco de esta noticia, con la siguiente crónica, emitida el día 18 de diciembre:

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