viernes, 4 de diciembre de 2015

Temblequeños por el mundo (XXV). Valle del Ambroz.


Retomamos una nueva excursión por parte de un grupo de temblequeños, gracias a la Asociación de Mujeres "El Clavel", que tuvo lugar el pasado día 22 de noviembre, al Valle del Ambroz, donde además visitaron los pueblos de Granadilla y Hervás, en la provincia de Cáceres.
Una excursión de un único día, por la proximidad, que nuestros paisanos aprovecharon al máximo.
Será nuestro cronista ya oficial, Julián, el que con su relato nos transporte al Valle de Ambroz.
Con él, con sus fotografías, y con el vídeo de Euyín, será casi como si les estuviéramos acompañando.
DESDE TEMBLEQUE A EXTREMADURA, IDA Y VUELTA. 
Por Julián Sánchez.
(Una excursión relajante, educativa, cultural, organizada por la dirección de la asociación de las amas de casa. Gracias mujeres).
Eran ya, más de las once de la mañana, del domingo veintidós de los corrientes, cuando desde el autocar, divisamos la torre de un castillo sobre un promontorio, rodeado de vegetación verde y exuberante. 
Estábamos en Granadilla, provincia de Cáceres. Ahí se pueden apreciar las huellas de antiguos pobladores, musulmanes y romanos, de una ciudad muy importante en la antiguedad. Fue reconquistada por los Reyes Católicos, los que también reconquistaron la Granada andaluza. Ambas llevaban el mismo nombre y ante la mayor importancia de La Granada, en Andalucía, la de Cáceres, de Granada pasó a recibir el nombre actual, Granadilla. 
Sobre el terreno se ven las murallas de piedra antiguas, pero también otras construcciones más actuales, construidas para los obreros que hicieron el pantano, también abandonadas. El pantano tiene el nombre de Gabriel y Galán, escritor español. Propietario en su tiempo de estas tierras.
 A la torre del castillo, muy bien tratado y conservado, puede accederse a lo más alto a pesar de sus tres dificultades: escalera de caracol, peldaños muy altos y casi nula visibilidad. A pesar de todo subimos, porque merecía la pena observar y contemplar, disfrutando, de un mirador superior, por su situación y los terrenos que lo circundan, sobre todo el pantano, que nunca llegó a cubrir las edificaciones. 
El tiempo que empleamos descubriendo esta pequeña maravilla nos acompañó una temperatura suave, agradable y húmeda, ya que nos lloviznó todo el rato.
 Cerrada esta visita tan deleitable, nos trasladamos en autocar a Hervás, otro pueblo rodeado de montañas y muy digno de mencionar por el rumor, el arrullo del río Ambroz que abraza y rodea el municipio. 
 Muy digno de tener en cuenta y mencionar es el barrio judío, callecillas estrechas, construcciones de la época con cierto parecido a la judería toledana. Dignas de mención especial las fachadas recubiertas con tejas y por lo empinadas que son sus calles para acceder a la iglesia parroquial, ubicada en lo más alto del cerro.
Terminado el recorrido comimos en el hotel-restaurante " Sinagoga " excelente por su servicio, por calidad de los alimentos y precio. Fue una gran idea de la directiva de las amas de casa, lo que agradecemos de verdad. El último acto fue breve, una visita a los Baños de Monte Mayor. Aprovechamos el tiempo en compras y ver rápido las termas romanas y los restos de una calzada romana.
 Sobre las diecisiete horas se ponía en marcha el autobús de Roberto, y conducido por él mismo. Los excursionistas, cansados pero satisfechos por un día tan completo en unión, en armonía, paz y felicidad.
No puedo ni quiero silenciar lo que oímos y supimos durante el viaje. Resulta que nuestro convecino, Mora y esposa Adriana, vinieron al viaje, así como Encarna, de todos conocida por proporcionar los medicamentos. Supimos que Mora y Encarna aprendieron juntos a bailar la jota hace tantos años. Escuchamos también que el amigo Mora, de oficio pastor, ya jubilado, como todos los pastores, en verano tienen mucho trabajo y madrugan demasiado, por lo que necesitaban una siesta reparadora. Encarna le preguntó si la siesta la dormía con las ovejas, entonces Adriana, que se reía mucho, respondió rápida, que la siesta la dormía con ella. Las carcajadas fueron unánimes y muy sonoras. 
No eran las nueve de la noche cuan desembarcamos sanos, salvos y alegres por este día tan especial y bien aprovechado. 
Tembleque, 24-11-2015
Llegamos así al capítulo nº XXV de la sección de "Temblequeños por el mundo", esperando poder disfrutar de muchas más entregas.

1 comentario:

Maria dijo...

otro lindo viaje a estos pueblos de Extremadura, todos tienen su encanto.